viernes, noviembre 09, 2007

Abyss

El Lamento de Portnoy es uno de los blogs más dedicados a la investigación de la construcción de la realidad en la ficción: por eso sus autores clave son, no podía ser de otra manera, gente como Philip Roth, Roberto Bolaño o Vladimir Nabokov. La primera parte del comentario de Portnoy acerca de la última pieza(s) de Enrique Vila-Matas es ficción, la segunda trasunto de realidad y tras su crítica, el mismo autor respondió a Portnoy sobre sus observaciones. No hay tal vez mejor definición para esta pieza: un lugar fantasmal, dónde la realidad es sólo un conjunto de detalles, y al final se termina encontrando a si mismo, no como ingenioso juego de espejismos, sino como inevitable choque contra... ¿qué?

Enrique Vila-Matas ha vuelto, a lo grande. Exploradores del Abismo es, tal vez, el menos vila-matiano de sus libros, pero esta mentira debe ser acotada: es, digamos, el abandono de la trilogía de la metanovela que supusieron Bartleby, Montano y Pasavento por un regreso hacia unos fueros más interesantes para mí: los de su Breve historia de la literatura portátil.

Exploradores del Abismo crea el personaje más fascinante de toda la galería de su autor: Maurice Forest Meyer. Si en sus libros anteriores se hablaba del eterno escritor fantasma, tejiendo una línea progresiva sobre la desaparición como única forma de verdad, aquí directamente la escritura es fantasmal. Vila-Matas tiene muy claro, y yo lo agradezco desde lo más profundo de mi ser, como se inventan los mitos, por eso, de Forest-Meyer todo lo que sabemos es por otros. Habrá críticos más coquetuelos que digan que su autor ha vuelto a olvidar las reglas de la tradición clásica, yo digo que ha sido capaz de reinventarse a si mismo (J. Habló de ciencia ficción, tras leer la maravillosa Materia Oscura yo no puedo parar de pensar en la ciencia ficción cotidiana que sólo es posible tras una carrera encarnada en las investigaciones metaliterarias de su autor).

Thelonius Monk o Miles Davis son algunos de los nombres a los que se invocan, con justicia a lo largo de la obra Exploradores del abismo es una jam session sobre el vacío, una serie de variaciones, con una melodía distinta, sobre algo extraño que, en realidad, no es la misma cosa: está construida sobre los cimientos que nacieron discos como Round About Midnight o Birth Of the Cool. Sólo es una forma de referirnos a otras, muchas más cosas. Y es también una novela maravillosa sobre y también de Maurice Forest Meyer, capaz de trascender la estructura plúmbea de escritor ausente perdido entre citas y hoteles, con síndrome de Estocolmo y reviviendo viejos tiempos en París. Pero, aquí, como no, se vuelve a París.

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