sábado, enero 19, 2013

Che cosa sei


Celentano y Mina

Confidencias



-....Porque, lo que yo digo,qué fuerza mueve las esferas y nos hace oscilar en el tiempo si no es la amenaza o la esperanza de lo que no ha ocurrido todavía? Se aguza el ingenio para esquivar las garras de la fatalidad o se buscan puntos al abrigo de la intemperie para mantener viva la hoguera de la esperanza, que se alimenta con poco, si vas a mirar, a veces bastan unas hojitas de eucaliptus. Ésos son los dos únicos polos de referencia, Mauricio. Mientras vamos hacia algo o huyendo de algo, por quimérica que parezca la meta, estamos vivos. Lo otro es vegetar.

Carmen Martin Gaite, La reina de las nieves, Anagrama, Barcelona, 1994.

jueves, enero 17, 2013

Especies de espacios

Hay un montón de cosas que me repelen todavía de The Artist (id, 2011) y entre ellas está el hecho de que sea un reciclaje de películas considerable y obviamente mejores de Gene Kelly o William Wellman. Tal vez lo más irritante es lo poco imaginativa que es la película con la sintaxis del cine mudo, frecuentemente pareciendo un pastiche de cine mudo en el que el peso lo lleva Jean Dujardin, haciendo de Douglas Fairbanks y Gene Kelly con un encanto arrebatador.

Aún así, Michel Hazanavicius realiza un trabajo solvente y, pese a una infame apropiación de la bso de Vértigo (el tema Scene d'amour de Herrmann, usado del modo más patético posible) hacia el final, en sus revisiones he digerido mejor con la propuesta de la película y he apreciado un par de logros visuales que sobresalen en su dirección.

Como esta es una historia de cambios del destino en Hollywood, Hazanavicius acierta al dotar a los planos de un elemento expresivo tan primario como encantador. Más que cualquier recoveco argumental, este plano es más bello que los tópicos narrativos que le preceden.



Más tarde, el personaje de George Valentine (Dujardin) oye como su descubierta Peppy Miler (Bérenice Bejo) critica el cine mudo y su pandilla de señores mayores, aunque ella ignore que está detrás.



Y ella le da, literalmente, la espalda tanto al actor como a su carrera, ahora en cuestionamiento. La escena es artificiosa, pero la floritura estilística no parece forzada en una propuesta de estas características. De hecho, más allá del juego sonoro, elemental, son estos los pequeños detalles con los que The Artist puede conquistar al cinéfilo más exigente.

La vanguardia