lunes, enero 23, 2006

THE DOORS: "Riders on the storm"

The Doors: La Leyenda.
(The Doors, 1991).
D.: Oliver Stone.
G.: Randall Johnson y Oliver Stone basado en el libro Riders on the storm de John Densmore.
I.: Val Kilmer, Meg Ryan, Kyle MacLachlan, Kathleen Quinlan, Kevin Dillon, Frank Whaley, Kristina Foulton, Billy Idol, Michael Wincott, Michael Madsen, John Evans, Dennis Burkley.
Duración.: 134 minutos. Color.

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Riders on the storm
Into this house we’re born
Into this world we’re thrown
Like a dog without a bone

Con The Doors Oliver Stone inicia una senda estética que después hiperbolizó con Asesinos Natos y pulió con el neo noir, Giro al infierno, pero aunque entronca más en todos los sentidos con su trabajo posterior, sigue además su afán por reconstruir la historia moderna de su país. Aquí reconstruye uno de los mitos por excelencia de la historia del rock.: la vida de Jim Morrison, ligada a su grupo, The Doors, uno de los mayores revolucionarios, adelantados a su tiempo, y símbolos del movimiento hippie de finales de los sesenta. Además su aportación musical fue grandiosa, siendo el único grupo que en 1970 era capaz de competir con los Beatles y los Rolling Stones, en los primeros puestos. Pero la prematura muerte de Morrison (todo un ejemplo de moderna vida de rockero-poeta de destino inequívocamente autodestrcutivo) truncó todo éste ascenso que parecía imparable.

La película hace una reconstrucción muy personal de la vida de los Doors, y lo que pretende Oliver Stone es dar una visión tremendamente personal acerca de la concepción del mito, y lo que supuso para él. De nuevo, como en su film posterior, hace suo de la estética como si fuese uno de los personajes. Lo que quiere describirnos Stone es que Jim Morrison fue un símbolo del exceso, y su mensaje era que no marcasemos límites. Así entendemos mejor toda la puesta en escena experimental del film, que lo convierte en un torrente de imagénes y sonidos un tanto rocambolescos, que se centran mas en describir el mensaje y comprensión del mito de Morrison, que en realmente narrar una historia. La excusa narrativa es narrar la vida de Morrison principalmente de 1965 hasta 1971, fecha en la que suicidó en Paris, donde reposa en su tumba en el cementerio Pére Lachaise.

El problema es que si en Asesinos Natos Stone nos deslumbra por su carácter directamente transgresor y por momentos inteligente, The Doors se aprecia tambien como otro experimento visual-sonoro pero queda un sabor de boca muchísimo mas rocambolesco en el espectador, y aunque tiene momentos realmente geniales y memorables (como las visiones del desierto o el encuentro con Andy Warhol) el resultado final es tan excesivo que el propio espectador termina tan "mareado" y "colocado" como le debió estar Morrison.

Muchos de los críticos han estado disgustados porque solo muestra el lado drogadicto de Morrison, cuando éste también era un poeta, ya en sus inicios. Yo creo que Stone no obvia este aspecto, y que su film no es una traducción literal de lo que se entiende por biopic al uso, y lo que pretende realizar es un film tremendamente subjetivo de unos hechos, aunque haciendo eso sí especial hincapié en la personalidad de Morrison. No creo que le interese mostrar todo el rato a un Morrison bajo efectos de drogas y demás porqué si, lo hace para mostrar su obsesión con los excesos, su vida al límite, y así fue efectivamente.

Muestra su vena poética, su interés por el cine en la UCLA, su vena artística perfectamente, aunque se subraye lo otro, no obvia que Morrison experimentó con todo, y que fue precisamente eso lo que le mató. El resto de la banda quedan retratados tambien muy bien, y a lo largo del film se va contrastando la personalidad algo mas racional y comprometida de Ray Manzarek con el exceso desbocado al que decidió abocarse su compañero.

Las interpretaciones sorprenden muy gratamente, siendo las más destacadas las de un sorprendente Val Kilmer que encarna a la perfección a Morrison, Meg Ryan que encarna a la fuese su amante Pamela Courson, y Kyle MacLachlan que encarna tambien con total identificación a Ray Manzarek. El resto de secundarios también siguen a la altura, aunque el film se resuma practicamente en estos tres personajes redecorados con secundarios que van adquiriendo mayor (el personaje de Michael Madsen) o menor importancia (el batería John Densmore). Para los curiosos tenemos un cameo de Oliver Stone ejerciendo de profesor en la UCLA, en un guiño muy cómplice.

En resumen un recomendable experimento, con un fondo musical, como es obvio maravilloso. Suenan todas las piezas mas míticas del grupo, como L.A. Woman, Break on through, People are strange, Light My Fire, Hello I Love you, Roadhouse Blues, when the music is over algunas de ellas interpretadas con gran eficacia por Val Kilmer.

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En resumen un film muy interesante pero marcado por ciertos excesos y pecados (como ese epílogo final en el cementerio), pero que es muy recomendable para pasar un par de horas tan al límite como las vivió Jim Morrison y alejarse un tanto de los convencionalismos del biopic.

Puntuación. 8.

1 comentario:

Unknown dijo...

Cuando la vi en el cine creo que me tragué alguna palomita de maíz recubierta de LSD y me sentó bien. Tengo buen recuerdo pero nunca me he planteado volver a verla. Prefiero quedarme escuchando L.A. Woman y poniéndome ciego de whisky.
Saludos... Ah! gracias por el link. Será correspondido.