martes, julio 24, 2007

BOO O LA CONSAGRACIÓN DE LA RIDICULEZ DE LA MALDAD

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Estos días Liana hace tareas de bien conmigo: me obliga a revisar Dragon Ball, lo que no es tan mala idea como pudiera parecer. Majin Boo me parece, con diferencia, el triunfo absoluto del sentido del humor de Toriyama (que es lo más parecido a un kamikaze suicida que he visto en manga, ever) no siempre comprendido por los fans más clásicos (y quizás uno de los casos más claros de inversión de nihilismo-mal: la falta de Mal verdadero se traduce en un nihilismo individualista light).

Boo es un villano (en su primera encarnación, la más personal de Toriyama) gordinflón, con un insecto (Toriyama y el placer de una metáfora LITERAL: la forma icónica de poquita cosa del que manda al monstruo se convierte aquí en una broma explícita a un nivel nunca visto antes en la serie) como jefazo, con una pasión desmedida por destruir la humanidad convirtiéndola en CHOCOLATE.

El contexto de Dragon Ball (social, político) es el de un Japón literalmente hinchado por la especulación antes del apocalipsis económico y tremebundo (otro fiel cronista de esta realidad distorsionada es Haruki Murakami) y Majin Boo es un monstruo consumista. Pero Toriyama no opta por un lenguaje simbólico, que si me lo permiten, murio con toda la maravillosa modernidad: en las ruinas de la misma le quedan los códigos de la metáfora cafre y anárquica que no está sujeta a otra cosa que no sea su peculiar universo multirreferencial y ultraexpansivo.

La diferencia que situa entre héroe/villano el mismo Toriyama es escalofriante: si Son Gokuh necesita comer antes de vencer a su rival, Boo se los COME . La batalla que se libra en la saga del Boo (toda ella acompasada por una trama de divinidades y mitologías artúricas convertidas por el ojo toriyamiano como siempre en SITCOM ) es la de dos grandes comilones. El héroe se traviste (¡la fusión!) y se multiplica para hacer frente a un devorador con ganas de seguir su rutina (el momento de la vida cotidiana de Boo es muy significativo). Posiblemente, y al margen de lo dilatada que es Dragon Ball - en su narrativa postmoderna y fragmentadísima, adelantada a todo el manga que se hizo después (sorprendentemente rancio, incluso una pretendida sucesora como NARUTO se revela con una narrativa la mar de clásica pero habrá que darle tiempo) – esta sea la batalla más gloriosamente épica: la épica del fracaso por encima de todas las cosas
.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente post, Alvy, como de costumbre. No obstante, me gustaría puntualizar un par de cosas alrededor del mítico Majin Booo (Bubú para los españoles...). Desde mi punto de vista, no es que se pretenda ridiculizar la maldad con este personaje, sino que Toriyama plasma magistralmente la dualidad del ser humano, dividida entre el niño y el adulto. Así, el Boo gordo y tragón representa al niño malcriado y desobediente que se divierte, en este caso, matando a los humanos como si de una merienda se tratara. En el momento en que Mr. Satan es asesinado y del Boo gordinflón emana el Boo anoréxico, la concepción del personaje y del mal cambia. Antes todo eran risas y juegos (macabros sí, aunque juegos)pero ahora la maldad del personaje es adulta. Una muestra es que, una vez aniquilado el Boo gordinflón, el Boo estilizado se dirige al palacio celestial y elimina a todos los seres humanos mientras espera el combate contra Gotrunks. Vamos, que no se anda con tonterías.

Por cierto, algún día me contarás qué sucede con el "travestismo" de Gotrunks.

Saludos

Kelzor dijo...

Madre mía, excelente análisis. Ayer tenía una discusión similar en torno a Gohan y su evolución en comparación a la de su padre: ese sentido en el que la sociedad se relaja en periodos prósperos y se vuelve vulnerable.

Acertadísima comparación con Murakami.

Portnoy dijo...

Anda que manda cojones intelectualizar a Boo... ¡por qué no se me habrá ocurrido a mí!
:-)
Un saludo

El Miope Muñoz dijo...

Gracias por el comentario Ryu, aunque yo no creo que Toriyama pretenda mostrar estos contrastes entre niño y adulto. De hecho, Dragon Ball Z esta llena de esos contrastes TODO EL TIEMPO y mostrarlo con el villano sería una redudancia poco propia de un creador tan huracanado como el japonés (y a todo DR. SLUMP me remito para que vean su capacidad destroyer).

Sin ir más lejos la saga de Célula ya es la evolución de teen a adulto, y en Boo hay trigeneracionalidad (goku, goten-trunks, gohan) pero creo que la intencionalidad es OTRA.

La sospecha clara ya la cita en el post porqué si fuera todo una metáfora infantil no mostrarían a Boo con una vida más o menos cotidiana (recuerda Ryu se le muestra leyendo el diario, cepillándose los dientes y bostezando). ¿Por qué? Porqué Toriyama ridiculiza el concepto del Mal o mejor todavía: el Mal es simplemente el monstruo consumista. Y Boo se lo pasa pipa devorando cuanto pilla: en ese gag demuestra que incluso sus costumbres lo revelan como un consumidor perfecto.

La esencia paródica está ahí, en su manga ultraparódica Neko Majin, Toriyama haria reaparecer en un cameo a Majin Boo. NO es casualidad: es la pista definitiva de las intenciones paródicas de Toriyama respecto a todos. Yo creo que las evoluciones de Boo son más cesiones de Toriyama a un esquema al que su público (que espera batallas y "seriedad") está más acostumbrada, porqué debido a la diferencia de tonos y a su poca continuidad entre el Majin Boo y el Boo digamos oscuro se nota que no responde a algo previamente planeado.

Anónimo dijo...

¡Boo es el amo!

El Miope Muñoz dijo...

Y lo del travestismo mi explicación es sencilla: es una mezcla de humor postnuclear (el nombre, el nombre) de tintes kármicos con un registro cómico a la Billy Wilder, de ahí su gloria. Aunque ya sabe que el dragonballólogo de referencia es usted y no yo, aunque yo juraria que...

malaji dijo...

dicen puras tonterias. Denle a su vida un sentido menos patetico y dejen de ver caricaturas bola de virgenes fracasados.

Anónimo dijo...

nunca pense que este anime pudiera decir algo tan complejo... o es pura hermeneutica? sea como sea me parec muy entretenido el post!

Unknown dijo...

Buu siempre me pareció un grandísimo villano, no solo de Dragon Ball sino en la literatura general. Es sencillamente único. No parece humano, no logras comprender sus motivaciones, su actitud. Recuerdo el momento bizarro en que convierte a un inocente en cartón de leche y lo regala a un niño ciego que no había podido comprarla, precisamente debido al cierre de tiedas por la destrucción de Buu. Cosas como esa son INCREÍBLEMENTE RARAS DE VER, y me parece brillante. Brillante por cómo usa la ironía, el humor absurdo y el humor negro, cómo rompe con las expectativas del espectador (área esta donde Toriyama es un maestro) y le deja sin saber qué pensar.

Los más necios (y los más ligados al tradicionalismo en el sector) no lo entienden y lo que no entienden, asumen, es malo. Pero no es así, simplemente es maravillosamente extraño, complejo. Buu es bueno, inocente, pero también es malo, no parece sentir empatía. Ninguna. ¿Qué clase de empatía mostrarías si las personas y los edificios desaparecieran literalmente si respiras fuerte? ¿Cómo te identificas con vidas tan efímeras?

Buu es la máxima obra de Toriyama, la creación más valiente y narrativamente, más genial. Incluso cuando se vuelve completamente "maligno", sigue teniendo rasgos de niño, puntos humorísticos, y al mismo tiempo, aterradores. Los gestos que hace, sus mismos poderes, si consigues "creértelos", si te los imaginas... da miedo. Su absorción de las personas, su forma de devorarlas, su forma de recomponerse, de dividirse, o cuando se vuelve kid buu y deja de hablar. Como si ya no pudiera. Pero clava la mirada y piensa. Y no sabes qué está pensando.

Brutal.