Oliver Stone es su gramática.: tomas de grúa imposibles y de ojo divino, largos planos secuencia que intensifican lo grandilocuente de su escenario, juegos cromáticos para ejemplificar la sangre-y-el-dolor del pasado o de lo posible, el montaje como arma. Su discurso es su retórica endiablada e interminable, tremendista e hiper-expresiva, incluso poderosamente imaginativa. Hay películas de Stone que parecen nacidas para la polémica, pero son siempre juguetonas. Tenemos sus Asesinos Natos, cuyas críticas siempre consideré equivocadas y que hubieran sido muy interesantes de centrarse en la representación de la violencia y su discurso y de haber obtenido una lectura comparativa a los Funny Games de Michael Haneke. Otra polémica es la gloriosa y agobiante JFK. Pero su fama viene gracias a su interés por hacer de cronista de los Estados Unidos en, al menos, dos frentes: la política y la guerra. Su experiencia propia fue el germen de Platoon (1986) y usó materiales ajenos para completar su percepción en esta película y El cielo y la tierra.
En esta película hay una gran interpretación de Tom Cruise como Ron Kovic, el veterano autor del libro en el que se basa y coguionista del film. La historia de Kovic es la de un soldado que regresa paralítico de Vietnam y que emprende un camino hacia el activismo pacifista. También la de un hombre con problemas de conciencia cuya experiencia en Vietnam le deja como asesino de un compañero y horrorizado ante la matanza de unos campesinos inocentes en una operación. Cruise emprende un camino muy interesante: de joven all-american obsesionado con la guerra a adulto desencantado, que envejece y sufre a los ojos del espectador. Como si el propio film pareciera destinado a resaltar las virtudes de Cruise como arquetipo y como estrella y luego a desmantelarlas cuidadosamente, esta parece una película diseñada para que su talento brille y lo hace a un gran nivel. Pero el interés de la evolución de Kovic dibuja una personalidad cuasi caricaturesca: un soldado virgen, oprimido por una madre castradora cuya furia contenida Stone subraya con su mirada maligna, que regresa paralítico y por lo tanto inhabilitado para el sexo, cuyo compromiso con la causa aumenta conforme se descubre decorativo y accesorio para el gobierno, ocupado en recortar gastos a los hopsitales de veterano y en dejar convenientemente deslocalizado al protagonista. Pero Stone es su retórica y aunque aquí puntea el kitsch en varias ocasiones, rompe moldes, se atreve a mostrar una tronchante pelea de paralíticos y a dibujar el fracaso de Kovic en su encuentro con una prostituta mexicana. Y hay una buena idea tras esa simplificación: que un americano con conciencia debe carecer de atributos, de dejar de ser un hombre, un héroe genuino, al tiempo que su primer relato oficial será el de un noble luchador.
Sin embargo, no es la película en la que Stone descubra algo nuevo sobre el conflicto de Vietnam. La guerra es sucia y cruel, pero el mejor de los temas tratados en esta película es el que trata sobre el Hombre y sus posibles (im)potencias.
3 comentarios:
A pesar de todos sus pesares (serie b, argumento delirante), o precisamente por ellos, para mi la gran peli americana del veterano de guerra que vuelve "cambiado" es esa maravillosa precursora del ejército de los muertos de Dante que hizo Bob Clark, Deathdream.
"The Deer Hunter" es la mejor peli sobre Vietnam, pero las opiniones son como el culo, claro.
Siempre vi a Tom Cruise como Tom Cruise, y nunca como Ron Kovic. Me pasa siempre con este actor. Dafoe se sale, eso sí.
Creo que, más que como el cronista de Estados Unidos, Stone se prefiere postular como su terapeuta.
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