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miércoles, octubre 06, 2010

La risa novedosa


Participo en este libro y lo recomiendo vivamente porque todo lo que no lleva mi firma es poco menos que original, instructivo y tronchante. Hay un texto mío sobre el audiovisual humorístico inglés post-Monthy Python, pero es un pormenor que el libro salvaguarda con brillantez y grandes firmas. Muy, muy recomendable. Lo edita Jordi Costa para el Festival de Cine de Albacete y fue presentado hace ná.

jueves, octubre 08, 2009

Una problemática del emblema

Jordi Costa y Darío Adanti 'Mis problemas con Amenábar' (Ed. Glénat, 48 páginas a todo color)

I

La antología Mutantes: Narrativa española de última generación ofrecía una posibilidad de leer a un Costa que se enunciaba genuino: 500% Costa era un ejercicio que canibalizaba otros textos literarios, previamente publicados para presentar a un autor aislado en sí mismo y condenado a su propio bloqueo como escritor. Costa ya predijo esta obra cuando describió
Regreso al Futuro 2 como "una cegadora lección intertextual de festiva autorreferencialidad".

El narrador se describe: "He estado de suerte: a los 40 ya no podía aspirar a la etiqueta de Joven Promesa y el sambenito de Gandulazo es lo único que parecía ir cobrando forma en el horizonte. Si la nada absoluta es mi audiencia cautiva, me da menos vergüenza colocarme detrás de este atril, centrar la luz del flexo y comenzar a desgranar mi pequeño recital integrado por los parcos highlights de una trayectoria holgazana".

Irónicamente, la otra gran obra de Costa no es de ficción, sino sus crónicas y artículos recopilados en Vida Mostrenca, clásico ilustrado por el ojo alucinado del cómplice Dario Adanti. La trilogía se completó con un completo estudio sobre la obra de Todd Solondz que supo usar muy bien la gloriosa firma invitada y un pequeño catálogo de Mitologías contemporáneas compuesto a la manera feliz de Ramón Gómez de la Serna, del que Costa se ha declarado discípulo en Greguerías Ilustradas.

Mis problemas con Amenábar , páginas semanales previamente publicadas en la imprescindible Mondo Brutto, funciona como disfuncional cuarta entrega a la fructífera colaboración del Canon Costa/Adanti, pero también como interesante confesión autoparódica y honesta en la línea de relatos como 500% Costa.

II

Alejandro Amenábar es tratado como emblema en esta colección de anécdotas personales y un recuento crítico de la conquista mediática por parte del cineasta. Sin embargo, creo que Amenábar es antes una 'singularidad estatal' (por su condición solitaria, aislada, de claro liderazgo) que una pecularidad exclusivamente nacional, como da a entender Costa cuando su cómico alter-ego asegura que la revolución definitiva del cine debe salvarse a través del placer. Sin embargo, esto implica una omisión del modelo al que aspira Amenábar, un cine industrial que se puede rastrear, precisamente, en Robert Zemeckis, en Forrest Gump y Náufrago, en el cine sin identidad y nada transacional facturado por cierto Wolfang Petersen (Troya) o en muchos momentos del último Ridley Scott (Gladiator; American Gángster). Sigue siendo este un país sin demasiada industria, y esto es lo que concede la singularidad a Amenábar, sin embargo, el cine nacido de la UCLA, modelo Zemeckis y Ron Howard (Apolo 13; Cinderella Man) es el que hace sentir a mchos espectadores posibles de Amenábar bien: al fin un cineasta que no parece español, que se codea con los mejores. Pero esta reacción sirve para explicar el éxito, no el fenómeno, por el que pasan una astuta descripción de su fascinante condición de calculador animal político (pág. 41), pero descuida que el cine de Amenábar es un mero eco de los calculadores esfuerzos del mainstream norteamericano por despersonalizarse.

III

Darío Adanti y su multiforme estilo se adaptan perfectamente a la propuesta de Costa, un chiste cinematográfico con gags cuasi beckettianos, como la revelación de la página 35 y su desenlace en la página 40. Adanti muta de un collage que se diría inspirado en el primer Crumb, incluyendo sus colaboraciones para Harvey Pekar, hacia una mezcla indiscriminada de Tex Avery que incluye cierto estilo de Clampett, otro cartooner contemporáneo de Avery, pero de estilo muy distinto. Es perfecto para describir a Costa y su universo. Cuando más triunfa Mis problemas con Amenábar no es en su divertidísima forma de ejecutar la denuncia, con severos diagnósticos, sino como un testimonio humanista y autobiográfico. Johnson ha escrito que el escritor de su propia vida tiene al menos la mejor cualificación de un historiador: el conocimiento de la verdad. Y Costa lo tiene y se dibujac omo un tímido e inocente guionista, como un egocéntrico y alucinado testigo accidental de los noventa, como un patético y cuasi abandonado disidente mientras que sus más íntimos maestros y camaradas aplauden a Amenábar. Es en esa imaginación del universo de Costa como un álbum francobelga de 48 páginas, como una hilarante forma de autobiografía que este tebeo alcanza su cima, antes que como eficaz chiste sobre el 'eterno retorno' al que parecen sometidos los enemigos.

En Mis problemas con Amenábar hay ocasiones en las que brilla el hilarante y autodestructivo retrato de una personalidad excéntrica, patética, valiente, aislada, inteligente, furiosa y pochísima al mismo tiempo y no se trata de Amenábar, sino de Mostrenco, el verdadero centro de este tebeo y el que le da los momentos más apasionantes. Si disculpamos sus peros intelectuales, deberíamos esperar, con paciencia, una secuela que debería titularse 'Mis garbeos con Dionysos' y con la que Costa podría completar su visión del arte y del mundo y del placer como lógica en un mundo que considera previsible y al borde de la barbarie intelectual.

lunes, julio 27, 2009

Linkes Semanales

-TR2N: Legacy Trailer. El ciclón del hype del año que viene reúne mucho en su superficie: secuela de un clásico de culto de los años ochenta, tendrá una banda sonora de Daft Punk y que promete una espectacularidad capaz de reeditar y revalorizar los diseños presuntamente anticuados de su sobrevalorada predecesora. Minchinela ha dicho que el futuro es retro. Y el director, el debutante Joseph Kosinski, proviene de los spots de videojuegos. ¿Una camada de nuevos cachorros forjada en el CGI o una excepción?

-Reseña de Up por Jordi Costa. ¿Pixar repitiendo el éxito de Wall-E?

-Backyard Adaptations of Classic Videogames o una clase de ludología descubierta por El Emperador de los Helados.

-Ebro/Orbe de Arcadi Espada reseñada por Jorge Carrión. Un lujo.

-Warlock de Oakley Hall reseñada por Jordi Costa (y 2), cortesía de HT en el Focoforo.

-La voz del maestro de Martin Amis. Amis reseña el libro de cuentos póstumo de John Updike. El original apareció hace unos días en The Guardian. Debería leerse como un Amis continuando la observación que hizo Updike sobre los trabajos tardíos (un ensayo delicioso y lúcido, además de auto-consciente).

-El verano infinito por la red (de gente más o menos inteligente, claro): Invierno Infinito de Diego Zuñiga y Antonio Díaz Oliva y en el Lamento de Portnoy. Yo estoy leyendo con pasión a Susannah Clarke y Audrey Nieffenneger. ¿Una reacción popper ante este revival del barroco declarado de la posmodernidad literaria norteamericana?

sábado, octubre 04, 2008

Trilogía Mostrenca

Definida por su autor como "una versión pequeñoburguesa de Vida Mostrenca", Monstruos Modernos es la entrega decididamente menor de la Trilogía Mostrenca facturada, como siempre por Jordi Costa y Darío Adanti. Ahí están los hasta ahora inexistentes improperíos estilísticos del Mostrenco Articulista (el repetido uso de Gañán que en el columnismo semanal resulta imperceptible, algunas forzadas frases entrecortadas como recursos humorísticos) como prueba casi irrefutable de ello. Pero es, también y casi por encima de todo, la consagración de un Adanti que hace del color casi un manifiesto: sus ilustraciones adquieren un tono que justifica la edición más bella que ha tenido la Trilogía y también hipnotiza a los textos desde otras galaxias.

Puede que el coleccionista reproche la ausencia de los artículos escritos para ADN de Costa, extended and uncut, que incluyeran además la lectura de Adanti, bastante cercanos a este furioso acercamiento a los rincones más extraños de la vida contemporánea (pienso en La Siesta o Los Perros) tamizados por una autobiografía histérica, casi borrosa. Ya al principio de su relato incluído en Mutantes, 500% Costa, el narrador admitía que de camino a la antología no le había pasado nada divertido y se revelaba escritor demasiado inédito, incluso para sí mismo.

También es cierto que este libro contiene muchos otros, casi de posibilidades infinitas: puede ser leído como una Travesía de Madrid en clave inequívocamente Mostrenca, también preocupada por el lenguaje (atención al uso sarcástico de dar un giro a su vida) que tanto inventó y escuchó Umbral. O esta sentencia, que puede proyectar el siguiente paso de la Bibliografía Mostrenca más allá del Futurible Epílogo que recopile las tiras de Mondo Brutto:

Quizás, a este paso, la Cultura consiga, por fin, estar tan mal vista como el tabaco. ¿Por fin? ¿Acaso no lo estaba ya

Pero todo ello sin perder, por supuesto, su condición de Bestiario Contemporáneo. El resultado oscila, como en toda la obra de su autor, como un hijo mutante y descarriado de Lo Cursi y Otros Ensayos de Gómez de la Serna y las Mitologías de Roland Barthes. Tampoco esquiva Costa su prosa ágil, su divulgación de referentes heterodoxa y a veces indiscutible cuando escribe:

Quizás el universo sea finito, pero está poblado de visionarios que, con las improvisaciones de su música del azar, diseñan un mapa posible de la infinitud. La física cuántica tiene ritmo de jazz.

Este final, por ahora, del aprendizaje de lo mostrenco llega para conectar con aventajados discípulos y en un contexto muy distinto al de su primera entrega: si entonces había demostrado que no se trataba de una ampliación del campo de Mondo Bulldog, ahora encontramos a un autor que rinde tributo a sus maestros y es un cronista preferente de la periferia cinematográfica nacional.

Una buena puerta de entrada para los no iniciados para las dos entregas anteriores, con momentos de puro nihilismo:

La evolución es, en definitiva, una película aburrida que tuvo un inicio prometedor.

O auténtico, insobornable, amor al Arte (musical o no):

El problema de la fundación de toda modernidad es que uno acaba descubriendo que ya fue fundada tiempo atrás por quien, en nuestro confuso presente, consideraríamos antiguo. Y no era antiguo: era, en todo caso, Eterno, Axiomático o Primigenio. Como Lola, Lolita, Lola.

Una delicia.

Trilogía Mostrenca:

-Todd Solondz: En Los Suburbios de la Felicidad

Lecturas comparativas más que recomendables:

Jordi Labanda: el hilo musical ilustrado
(Vida Mostrenca) vs. Novelas y Niños (Mitologías, pag. 33 del link)

Los plumeros (Lo Cursi y Otros ensayos) vs.El brunch o la redención de la resaca (Monstruos Modernos)

martes, enero 08, 2008

Jam Session Mostrenca

Jordi Costa

A favor

Hay algo que es patrimonio de los grandes creadores: la capacidad de seguir siendo ellos mismos y, a la vez, saber poner a prueba a sus incondicionales. Este crítico confiesa que lo último de Wes Anderson no se lo ha puesto fácil: reivindicar el legado de Merchant & Ivory(aunque solo sea en lo musical) para hacer bandera de la autoindulgencia y articular la trana como un viaje circular a ninguna parte no es la mejor manera de hacer amigos. Así, mi primera experiencia de Viaje a Darjeelinf fue un tanto fustrante. La segunda vez...las puertas de la percecpión se abrieron para apreciar el esquinado encanto de un film espiritual planteado a partir de la superficialidad, de la imposibilidad de trascender lo banal más allá de unos lazos afectivos entendidos como funcional camino de supervivencia. El cineasta puede convertir un chirriante zoom en elemento integrado en una caligrafía cool. Su sentido de la comedia es una cuestión de forma: su coreografía de movimientos de cámara, sus entradas y salidas de personajes, roza la excelencia. Los vagones de su falso tren funcionan como viñetas de una tira cómica inagotable: su poética del desamparo no ha llegado a su próxima estación, quizás porque no haya más verdad que el eterno retorno de una misma tristeza.

Lo peor: Su innecesaria toma de contacto con la muerte

En contra

Wes Anderson ha tenido que rodar una miniatura afectada(Hotel Chevalier) para que sus detractores den, por fin, su brazo a torcer ante uno de los talentos para heterodoxos del posindie: el corto que precede a Viaje a Darjeeling no es una destilación de su esencia, sino la reducción de una poética a su mínimo común denominador, y la evidencia de que, libre de andornos, el universo de Anderson podría ser fácilmente homologable a un mohín de pobre niño rico cercano a lo que uno podría esperar de una Sofía o Roman Coppola. Por otro lado, la ortopédica postura que adopta Natalie Portman en uno de los planos ralentizados marca de la casa deja claro que el cineasta no es un refinado erotómano. Por fortuna, el corto no es mero capricho, sino una pieza que dialoga con Viaje a Darjeeling de forma nada obvia, aunque esta sea la película más obvia de su director: un viaje a ninguna parte, cuyo climax(la confrontación final con la madre y el reproche de tres niños crecidos con estados carenciales de afecto) podría antojarse como toda una invitación al sopapo o como la revelación de que, bajo la tragicómica angustia que recorría la obra andersoniana, había menos de lo que parecía.

lo mejor: El onírico plano secuencia a todo tren.


(Gracias, Salanova)

El crítico Costa se luce en la Fotogramas y se inventa él solo la polémica del mes, trazando un discurso envidiable sobre la crítica cinematográfica, las puntuaciones y en fin... la película de Wes Anderson, The Darjeeling Limited. Imposible añadir algo más.

Ah sí, el tercer vórtice del triángulo: la crítica definitiva publicada en El País, titulada Último tren a Catarsis.