
Dashiell Hammett fue el gran escritor moral de principios de siglo, por mucho que nos quieran convencer de que fuera otro. Su novela Cosecha Roja presentaba una radiografía del estallido moral de un país encubierta en forma de relato mafioseril y planteando también muchas de las futuras configuraciones del relato heroico, que continuaría de una forma astuta y distinta el contemporáneo Raymond Chandler por otra vena más abiertamente romántica.
Wayne Kramer ha hecho un díptico posmoderno de cine negro. Creo que es un acto de inteligencia creativa abordarlo desde perspectivas distintas. The Cooler era un acercamiento mas irónico a los climas morales de los antihéroes: Kramer abordaba con humor el clásico tema del triángulo amoroso y del perdedor destinado a ser aplastado por el poder. Running Scared propone el acercamiento por la via literal a la obra central de Hammett: pero una via literal emintemente posmoderna, entiendo la mixtura genérica como algo natural en este tipo de películas.
Tan inquietante y siniestramente poética como lo es El laberinto del fauno la cinta de Kramer consigue que a) los niños no nos parezcan estúpidos y b) las odiseas nocturnas scorsianas nos parezcan plácidos viajes hawaianos. En su dantesca recreación de la noche (rodada con la misma fuerza, atmósfera e inquietud del mejor Walter Hill) aparecen todos los personajes pesadillescos dispuestos a birlar la inocencia: el paso de la inocencia a la madurez queda perfectamente metaforizado en el chiste referencial de turno de John Wayne. Con la muerte de John Wayne, Kramer sella definitivamente un tipo de cine (el clásico) que ya no hace falta que reaparezca por las vias forzadas de la nostalgia: él es capaz de reinventar con los mismos planteamientos modernos de los grandes clásicos de antaño un cine neo noir para el mañana.