martes, febrero 20, 2007

D-FENS

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Puede que Noel tenga razón y puede que Un día de furia sea la película más de derechas que pueda hacer un realizador gay (por no salir de sus palabras sabias). Pero sin embargo hay algo en la histeria de este hombre, D-Fens (el nombre ya indica su condición de sublimación hecha personaje), que me inclina a pensar que es justamente lo contrario: y no les hablo de ideologías o indicios sino de aquella predicción de Jordi Costa que decía que la próxima revolución sería de consumidores.

D-Fens es el estadillo del grano de pus más grande que lleva como nombre sociedad neoliberal. Capital: Los Ángeles. Estado de ánimo: Furia, insatisfacción. Mensaje final: Una versión actual (es un decir, lo saben) de Minority Report (el relato). Y me van a disculpar la redudancia pero el final de Schumacher es en el fondo descorazadonador: el sistema puede ser capaz de funcionar y enmendar esas anomalías que genera con una facilidad mecánica.

La escena más perversa de la película es la de D-Fens y el neonazi. No sólo puede servir a los más ingenuos para marcar distancias entre el protagonista (la sublimación del hasta los huevos, simple y puramente) y la ideología neofacha sino que además obliga al espectador a escoger bando: ¿queda otra opción? Lo brillante en su resolución (los que han visto la película, la saben) es la pregunta sobre la ideología. No es que no haya diferencia entre métodos o ausencia, sino que la ideología está definitivamente muerta: ya sólo queda la pura y dura supervivencia que oblgia activamente al espectador a plantearse cada una de aquellas acciones que él (nosotros) consideraba políticamente correctas.

10 comentarios:

Mycroft dijo...

Precisamente estoy preparando una especie de analisis sobre el fin de la ideología.
Un día de furia para mi es hermana de Deliverance (Defensa) solo que llevada a la ciudad, al sistema, y no a la américa profunda.
Al final se trata de sobrevivir, de intentar se un individuo en medio de un mundo que no tiene en cuenta a los individuos.
De la furia del hombre enfrentado al todo que diluye su individualidad, que le vence porque no hay otra manera de hacer las cosas que la del sistema, y para este D-Fens es un número.
Tal vez en vez de Deliverance, en el fondo sea The Prisoner (I'm not a number i'm a free man)

Fender Stratokaster dijo...

Un día de furia, me ha recordado en las tres oportunidades que he tenido de verla, aquella frase de Mijail Bakunin: "Quiero ser libre y no puedo, porque en mi derredor todos los demás hombres no quieren ser libres; y no queriéndolo se convierten para mí en instrumento de opresión..."

Miguel Sanfeliu dijo...

"Un día de furia" es el hombre contra el sistema, pero con un discurso manipulador y excesivamente radical, que debe tomarse como una sátira, como un film de acción mondo y lirondo, o se corre el riesgo de que sangre la úlcera.
Un saludo.

Enrique Ortiz dijo...

Espero con ansieda ese análisis, mycrof, sobre el fin de la ideología; me interesa mucho (vuelvo a traer aquí Después de la pasión política de Ramoneda). En cuanto a Un día de furia, lo que más me ha llamada siempre la atención es cómo la gente que la ve se identifica con el protagonista, esa corriente de admiración y envidia, en ese intercambio de afectos. Eso, creo, es importante.

Mycroft dijo...

Pero esa identificación con el personaje es el truco más viejo del mundo, en el fondo responde al prototipo heroico del que suele hablar Sloterdijk (un tipo interesante, aunque algo abstracto para mi en ocasiones).
Incluso aunque sea un "antihéroe" (y habría que definir la aparente contradicción que esta palabra suscita, un antihéroe no es más que un héroe camuflado, con matices, o un héroe apartado de lo convencional del imaginario colectivo) el guión juega a proponer al protagonista como alter ego nuestro que es capaz de hacer lo que no nos atrevemos a hacer, a decir lo que piensa y actuar sin medir normas sociales ni convenciones.
En el fondo él explota y se desencadena como una bola de nieve, no por culpa de sus frustraciones, sino debido a las nuestras: Es algo bastante palpable, la identificación funciona porque los guionistas no dejan de recordarte que podrías ser tú.

Enrique Ortiz dijo...

Pero, piensa, mycroft, que estamos hablando de una película que tiene ya 15 años, que son muchos. Su planteamiento, de cara a la identificación de la que hablas, me parece válido hoy, pero avanzado y valiente para aquel 1992. En todo lo demás, tienes razón. Un saludo.

Anónimo dijo...

Pues a mi la escena del neonazi sólo me sirvió para remarcar la indiferencia que sentía ante lo que pasaba, y es que no tengo que llegar al fondo de mi persona para ver lo insensible que puedo llegar a ser XD

Anónimo dijo...

Es un hombre con gafas Y cabreado: la identificación es casi automática para muchos de nosotros.

Anónimo dijo...

No he visto la pelicula, tendre que verla, ya me ha picado la curiosidad. Con respecto a lo que hablais del fin de las ideologias, una vez un profesor en la universidad, en una clase que se llamaba hermeneutica filosofica -un titulo tan rimbombante como vacio-, una vez el profesor nos hablo de que en esta epoca no se puede hablar de izquierdas y derechas porque una vez que estan cubiertos los derechos fundamentales de las personas, no tiene sentido seguir haciendo esta clasificacion.

Saludos!

John Trent dijo...

Que gran pelicula. Una obra maestra indiscutible, y una de las peliculas mas infravaloradas de los noventa.
¿De derechas? Yo ultimamente todo esto de derechas e izquierdas lo veo mas absurdo y falso. Los posicionamientos politicos no existen en realidad, puesto que la politica es mentira, y no hay bandos sino intereses. En la situacion actual de España se puede ver.
Yo lo unico que se es que, lo que hace el personaje que interpreta Michael Douglas en gran parte de la pelicula, lo hace con toda la razon del mundo. Es un justiciero, sin duda. Ahora bien, en la pelicula hay determinados aspectos que lo convierten en un loco, y por ello, al final uno ve logico su desenlace. Y es que el rollo de acosar a la mujer y como se le pira la pinza en el ultimo tercio de la pelicula, ya va siendo muy fuerte. Pero, hasta ese punto, ese tio podria haber sido todo un heroe. Quizas eso era demasiado para Hollywood.

Saludos.