martes, marzo 06, 2007
El mejor de los mundos
Se descorcha sola (lo juro, estábamos allí) una botella de champán. Sin duda alguna parece el final o el principio ideal para el acto de homenaje a Quim Monzó.
Monzó se preguntó si el final de su trayectoria significaba que tenía una enfermedad terminal y no se había dado cuenta. Sin duda alguna a mi me sabe a pronto este homenaje (por otra parte merecido) a un escritor que le queda mucho que dar. Supongo que a él también: los cuentos de Monzó, lejos de buscar la ambición, se preguntan y abren una fractura sobre nuestra realidad impoluta. Sobre nuestra condición. Él siempre prefiere la cercanía de Bioy Casares a la de Carver.
En sus historias están todas las historias de amor , como diría el sabio, como en Marienbad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Qué grande Monzó, cuánto lo necesitamos.
Cualquier lector de cuentos se tiene que sumar al homenaje a este grande del relato, pero ¡qué veamos muchos libros más de él!
Nunca he sido admirador de Monzó, desde luego muy bien reconocido y prestigioso. También reconozco que no le leido demasiado. Lo apuntaré en la agenda de los que merecen una segunda oportunidad por mi parte.
Saludos
¿Un post sobre Bioy Casares? ¡Por fa!
Quim Monzó en un nombre de referencia en el mundo del relato.
Mejor sería que se hicieran más homenajes en vida a gente que se va hundiendo en un olvido inmerecido...
Un abrazo.
Publicar un comentario