El otro día hablaba con Tones sobre los revivals ochenteros que tanto se llevan ahora. Su queja era clara y razonable: no estaba seguro de que los revivals de ahora tuvieran tanta sinceridad en los referentes como los de los ochenta. Me puso un ejemplo claro: Bad To The Bone de George Thorogood era una coda clara a I'm a Man de Bo Diddley. Es cierto que los últimos discos de Gossip, Yeah Yeah Yeahs, The Killers y demás juegan con este factor: por una parte son sonidos atractivos a una generación de treintaytantos que creció con esta música de fondo y por la otra son una reedición, a veces parcialísima, de sus logros a una generación que está bastante más ajena a todo lo ocurrido en los ochenta y a la que el referente le da absolutamente igual.
La gran decepción fue el Tonight de los Franz Ferdinand. Tiene alguna canción memorable (Lucid Dreams, momentos de Bite Hard o Ulysses), pero es la clase de álbum aparatoso y experimental al que el rock de estadio nos está acostumbrando en muy malas dosis. Tengo algunos ejemplos, distintos, en mente como el Zenyattà Mondatta de los Police o cualquiera de los últimos trabajos de U2, aunque puede que la pátina indudablemente cool de Kapranos y su grupo le salven el pelo. Pero la frontera está ahí y es evidente. Incluso prefiero a los Kings of Leon que del rock rarísimo con ecos de Parsons, Lynyrd Skynyrd ha terminado en el genuino himno de estadios. Y no están nada mal, pero son otra cosa.
En fin que Humbug era la otra esperanza del revival del postpunk, fallados los Ferdinand. Todas las bandas son calculadísimas, ninguna tiene la capacidad para la sorpresa verdadera del Entertaiment! Del Gang Of Four o la pochez anticipatoria del Real Life de los Magazine. Los Arctic Monkeys habían articulado un debut intenso, pero sobretodo el Favourite Worst Nightmare me parece que condensa muchas, cuando no casi todas, sus virtudes. El oído de Truner para el lenguaje de la música pop es excepcional. Todavía no ha llegado a igualar todos los aciertos de Ray Davies, pero va por el camino. Su fraseo es intuitivo y rápido, pero también tiene una genuina cualidad pop para hablar de lo que nos rodea. Fluorescent Adolescent, coescrita con su entonces novia Johanna Bennett, usa los juegos de palabras para ser nostálgica :
Flicking through a little book of sex tips
Remember when the boys were all electric?
Now when she tells she's gonna get it
I'm guessing that she'd rather just forget i
Clinging to not getting sentimental
Said she wasn't going but she went still
Likes her gentlemen to not be gentle
Was it a Mecca Dobber or a betting pencil?
Es un ejemplo. Hay canciones literalmente perfectas como 505….y a partir de esa canción parece Josh Homme (el alma máter tras Queens of the Stone Age), el productor tras Humbug, haber aconsejado a los Monkeys. Sin embargo, Humbumg es un álbum irritante y notable a la vez.
Homme no parece haber captado que incluso en sus canciones menos exuberantes, los Monkeys y Turner son una cuestión de energía antes que de su tono oscuro y perfecto. My Propeller es una canción perfecta de Homme, con su herencia setentera en su sonido….pero con atisbos de Turner o los Monkeys, como un bis perfecto del Rated R. En Pretty Visitors, Cornershop o Crying Lighting es cuando Turner funciona con su lenguaje imparable, mezcla de dialéctico callejero y sofisticación melancólica. Turner sigue capaz de ofrecer cosas como esta:
Your past-times, consisted of the strange
And twisted and deranged
And I love that little game you had called
Crying lightning
And how you like to aggravate the ice-cream man on rainy afternoons
Humbug dista de la decepción, pero la exploración por nuevos terrenos tampoco ha terminado por parecerme demasiado autoindagatoria. Supongo que hay que conformarse con canciones estupendas y otras olvidables en las que se atisban los álbumes que podría haber sido: un disco perfectamente Hommeizado en el que los Monkeys recogen la herencia del hard-rock contemporáneo y liman el estilo de su líder y un inofensivo intento de reinventar su sonido. En otros ratos queda claro que, pese a todo, siguen conservando los logros del segundo disco. Y es muchísimo.
4 comentarios:
Es el disco que distingue a los verdaderos fans de los turistas.
Comentario jocoso (y que conste que pretende ser halagüeño): leyéndole discurriendo de pop -y lo que no es pop- de forma tan concienzuda, no puedo evitar que me venga a la mente esa escena de American Psycho. Ya me le imagino con el impermeable. ¡Reciba un (ligeramente psicótico) abrazo !
Excelente comentario musical, querido Alvy. A mí me gustó el trabajo de Homme (me reconozco fan de QOSTA) tras las perillas.
Y, sí, hay algo en las letras, algo cercano al Madchester, pero también melancólico (el ejemplo que das de Fluorescente...) que atrae bastante.
Saludos desde Chile,
ADO
Muchas gracias, buena gente. Ubeinn, compararme con un asesino que ejercita la agudísima crítica musical á la Rolling Stone antes de asesinar es el mejor piropo imaginable. En la novela da más risa porque las reflexiones están alargadas a pelo entre salvajada y salvajada.: que Mary Harron lo incluyera como monólogo a la matanza me pareció un gesto lleno de sabiduría, entendiendo qué significa adaptar.
Saludos para ti, Antonio, pero pienso que Turner y Homme (me gusta mucho el Rated R) funcionan en poéticas distintas en todo. La mezcla es excitante pero algo incompleta. ¿Mala conjugación? No sé, pero sigue siendo un disco notablísimo.
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