Leo McCarey dirigió
An affair to remember (1957), remake de su
Love Affair (1939) casi escena por escena. Cambiaban muy pocas cosas: los cincuenta proporcionaban remakes en lujoso Cinemascope, con gran presencia de la música pop (en este caso de Jimmy Durante) y los protagonistas eran levemente distintos, adaptados absolutamente al gusto del Hollywood de entonces.: Cary Grant es un playboy antes que un romántico pintor y esto crea una sensación de exotismo menor a la de Charles Boyer, cuyo pintor era bohemio y cercano. La pareja de Boyer, Irene Dunne era una actriz más dramática que Deborah Kerr, que añade unos extraordinarios rasgos cómicos con una rara y frágil forma de sarcasmo como modo de comunicarse con el personaje de Grant. No importa: el guión funciona como un tiro en las dos versiones por su precisión narrativa, toda contenida en el catártico clímax final. De hecho, McCarey usó el mismo guión que coescribió junto a Delmer Daves en 1939 y volvió a acreditarle como coguionista. La diferencia está en los actores y en las composiciones más abiertas del cinemascope. Pueden ver y descargar
Love Affair (1939) en archive.org porque, como algunas películas de la RKO, es un film de dominio público.
Pero McCarey se reserva un as en la manga. Aquí, minuto 7:55, pueden ver el beso de la versión del 39. McCarey enfoca a las manos y después mueve la cámara hacia arriba, permitiéndonos ver eso que estábamos intuyendo: el beso intenso y deseado. Pero en la versión del 57 hace lo contrario: el momento más intenso del romance de los protagonistas en el crucero….está mostrado y contado solamente con las manos.
La barandilla funciona como testigo principal. Las manos solamente regresarán cuando el beso haya terminado. El barco y su forma intrincada adquieren todo el protagonismo. Es un recurso extraordinario.
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