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jueves, mayo 10, 2007

ANATOMIA DE SPIDEY

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Spider-Man 3 es el macrotriunfo de la estética del melodrama televisivo rosa idiotizante que rezuma conciencia de su idiotez prefabricada ideal para televisión. Es el clásico programa que aparece aparentemente renovado (sobretodo en algunos detalles formales) y cada vez más rancio a nivel ideológico. Es el mejor método de propaganda neoliberal, yo creo. Es como cuando en Anatomía de Grey el que hace huelga es el patán o idiota y los doctores superan esas criadas. Pues eso mismo. Es un episodio piloto de lo que va a ser la serie puntera de Cuatro y Fox: Spidey's Anatomy. Lo tiene TO-DO para gustar. Por eso, es simple y llanamente una puta mierda. Pero de las inenarrables e IMPRESIONANTES.

When Peter meets Mary Jane

Me muero de ganas por leer la teoría de Henrique Lage: que es una parodia. Indicativos hay pero también contraindicantes. La película oscila siempre entre el melodrama paródico por involuntario, mucho me temo. Sam Raimi ha sido poséido por el peor simbionte del mundo: la madurez. En Robert Zemeckis muta en productos más premiables, más mainstream. Pero en Sam... sigh.... Para empezar la repetición del triángulo amorosa es harto idiota y el personaje de Spider-Man, también. Y todos los villanos le dan pena a uno. Al final parece como si la profecía tonesiana se resolviera en forma de hostia enfurecida para joderle(nos). Esta vez Spidey redimirá no a uno sino a DOS personajes. La parodia es una excusa: para redimir quizá que se trata de un producto exclusivamente confeccionado para el público.

Sam within, do the twist

Sam Raimi se echa de menos. Y de vez en cuando se toca. Así sino no explicamos una escena tan graciosa pero idiota e insultante como la del baile, a la ron burgundy. A mi es lo que más me gustó del film ¡imaginen! Pero seamos francos: esta visión pop del Spidey esta hecha sin sutilidad y sin previo contexto y coherencia en sus propuestas. Porqué de golpe y porrazo los personajes empiezan a llorar.

Raimi se toca, como ya he dicho en varias partes. Sale cuando sale su amado JK Simmons. Sale, con Bruce Campbell. Y sale cuando Peter se transforma en el primer EMO-FUNK de la historia. En esos momentos yo disfrutaba: pero inmediatamente mi cerebro anunció la catástrofe que estaba viendo. El triunfo de la idiotez reaccionara.: Raimi al final se cede y la película termina bien, bien jodida. Se domestica y lo peor es que esos momentos sólo sirven para diagnostocarselo: ya estoy viejo para eso se dice Dinamite-spidey Sam. Y no ha tenido cojones para llevar a cabo una parodia, cuya naturaleza es más que nada indigna e irrespetuosa.

The sucker proxy

La deconstrucción de Raimi es dolorosa. No se hace mediante la insinuada puesta en evidencia de lagunas y/o dilemas morales hiperbólicos en la existencia del superhéroe. O toda la autoconsciencia de la revisión Ultimate. Se hace mediante el melodrama redentor para abuelitas mentales (ese es el todo). Move away cantan los Killers, y creo que se lo cantan al público que ha huído en mitad de la sala.

La serie tiene sus números pero ha perdido su tela de araña: la siguiente película debe, forzosamente, ser muy distinta. Pero muchísimo. Al menos si me quieren en cines. Se merecen un oscar en FX pero el fin de fiesta raimiano es negrísimo: la pérdida de ironía ante el posado de la bandera (lo que en la primera era un añadido patriótico de última hora, injustificable señores pero bueno, aquí se convierte ya en algo similar al final de Superman 2). El aburguesamiento y horroroso conservadurismo del film ya fue señalado por Roberto A. Oti en una interesante review que contenía una interesante panorámica ideológica a la saga y señala todos los elementos razonablemente interesantes de la segunda, que atribuyo en gran parte al ausente Michael Chabon.

Por eso el momento The Mask / Ron Burgundy tiene en realidad la conciencia de mentira cruel: responde al todo vale. Pero un todo vale pero que no impida que sea siendo un maldito macroblockbuster que no hace más que autoengañarse.

Spider-Man 4

En la cuarta entrega descubriremos que Venom o el simbionte trabajaban para una ONG de planetas marginales. Que tío Ben trabaja para el SHIELD, que en realidad son una asociación benéfica que ayuda y arregla vías para Nueva York. Por supuesto Mary Jane volverá a Broadway. Y Gwen morirá salvándole la vida a Eddie Brock, que vuelve de entre los muertos para evitar que Spider-man caiga presa de Kraven. Kraven por supuesto no tiene malas intenciones: sólo quería liberar a una raza de mandriles taiwaneses.

Y Sam Raimi, esta vez, asegurará que la escena de Spidey con la bandera representa la opresión que ejerce un país sobre Oriente en sus aspectos del libre mercado. Encima de puta, apaleá.