sábado, septiembre 15, 2007

Todos (los supervillanos) se llaman Alí

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La recién estrenada por estos lares sexta temporada de 24 se la juega hasta llegar a la incomprensión generalizada: sus guionistas admitieron que no tenían nada planeado (como en la perfecta quinta)y que eso puede ser la razón de su fracaso. Para mi es la razón de su éxito frente a otras menos locas como la tercera, por ejemplo, pero también está el hecho de que la cosa se desbalaze como en la segunda, contando la temporada con dos mitades muy marcadas.

En todo caso, 24: Season 6 tiene un delirio que pocas veces será apreciado, más allá de la reaparición de Charles Logan, y es, empezemos, como la presencia de JAMES CROMWELL haciendo de DAD BAUER. Esto es lo evidente, pero en los primeros episodios hay lo que yo llamo el fanatismo pop. La serie de Cochran/Surnow se ha especializado tanto en supermalos árabes que ahora ya sólo les queda la parodia, perdida la credibildad.

Y el momento es el siguiente: una honrada família norteamericana asiste a la detención del padre de Ahmed Amar (Kal Penn) y le protege de la xenofobia reinante por unos atentados. Pero... cuando su hijo se acerca de protegerle del ataque de un xenófobo, descubre que trabaja para los malos. Y Ahmed le dice: Estoy harto de vosotros (y demás perorata de terrorista conversa)... Ni siquiera sabéis pronunciar mi nombre. Mi nombre no es AMED sino AH(J)MED.

Recapitulemos: si a la idea ya de por si arbitraria de colocar a un cómico, o mejor dicho AL cómico de Dos Colgados Fumados (¡Kumar! ¡el maldito Kumar!) de terrorista ya es de por sí irresistible, le sumamos el cabreo por la mala pronunciación como signo inequívoco de que se trata de un terrible integrista islámico tenemos un resultado tan arrebatador y delirante que sólo el resto del episodio puede superar. Esto es el líder pacifista del movimiento islámico, Asad, enseñando a Bauer como se tortura a un traidor a su causa. Ya no me acuerdo de como se hacía esto, dice con pereza y desidia crepuscular McClaniana Jack Bauer. Si no pueden apreciar la cantidad de momentos sublimes, equivalentes en trayectoria al punto alcanzado por Death Wish 3-6, que, perdida la intensidad dramática de otras temporadas, es capaz de atesorar esta sexta temporada, huyan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hm, aún no la he visto. Los guionistas han perdido una oportunidad de renovar y refrescar la serie con el rapto de Jack Bauer: imagine que la acción se trasladaba a China, en lugar de optar por la (perezosa) opción de devolver a Bauer a Los Angeles para luchar, OTRA VEZ, contra terroristas islámicos con bombas nucleares.