martes, febrero 24, 2009

Obramaestra

El arte de la Fuga de Sergio Pitol es un libro formado por un índice sencillo, que incluye Memoria, Escrituras, Lecturas y un Final (una crónica de un viaje a Chiapas). Un libro ejemplar y cercano, mucho menos sencillo que el orden que dispone Pitol para que comprobemos su prosa cercana, sus observaciones siempre pequeñas y sin importancia, pero en el fondo ciertas y cargadas de una interesante perspectiva cultural otorgada quizá por su naturaleza viajera, muy presente en su biografía ya que fue un diplomático y es además un traductor reconocido (entre sus traducciones, me topé con la de La Defensa de Vladimir Nabokov que he leído con gran interés por como Pitol capta a la perfección la experiencia sensorial del ruso). Es inevitable recordar a Pitol cuando dice que uno es los libros que lee, la música que escucha y los cuadros que ha visto. En Chéjov, nuestro contemporáneo se pregunta qué es lo que hace una obra (literaria) ambiciosa, si ya los grandes lo sabían al componerla o al proponerla.

Por eso, querido lector se lo pregunto a usted: qué es una obra maestra. Valen citas literarias, cinéfilas, musicales y todas a la vez con ejemplos concretos queda más bello. La cita de Cocteau no vale.En cuanto el debate se agilize la respuesta que da Pitol y algunos ejemplos prácticos propios válidos para el sí y para el no.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

croac.

Anónimo dijo...

Es interesante el debate que planteas, Alvy, porque precisamente la cita de Cocteau que abre tu blog siempre me ha producido cierta urticaria. Es una época la nuestra que desconfía de la ambición artística, prefiere el colegueo y esa "imperfección" que lo disculpa y lo justifica todo.

Así en un momento no podría decir que es para mí una obra maestra, pero pondré mi propio ejemplo: La Educación Sentimental. No es que me hubiese gustado escribirla; es que me hubiese gustado vivirla. Lo que creo empieza a ser por mi parte una definición aproximada y muy particular sobre el tema.

J.S. de Montfort dijo...

Hola Pablo,
me parece que se pueden encontrar unas cuantas claves certeras al respecto de lo que te planteas en la nota que ha escrito Rodrigo Fresán sobre Francis Bacon ("Toda esa carne pintada") para el suplemento Radar del diario argentino Página 12.
Aquí:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5124-2009-02-23.html

Un saludo.

J. S. de Montfort

Anónimo dijo...

Esa obra que nos parece imposible que haya sido creada. Imposible. No es posible que "ese libro", "esa película", "esa canción" existan, que alguien haya podido hacerlas.

Anónimo dijo...

Según la definición de GT, Finnegans wake (por ejemplo) sería una obra maestra, pero muchos aún dando por bueno que la definición se ajuste a la obra, discreparían en considerarla tal (luego quizá falte algo más).

Portnoy dijo...

Una obra maestra no es algo determinado y único. Es algo que varía con el tiempo. Lo es, por ejemplo, La Iliada, tanto en sí misma como por lo que representa historicamente. Lo es el Quijote, el Tristram Shandy y el Ulises y no se pueden encontrar obras más dispares. No hay algo que determine qué es una obra maestra. Una obra maestra ES, sin más.