jueves, septiembre 10, 2009

El productor en su laberinto

Ashley Kahn

'El sello que Coltrane Impulsó. Impulse Records: La Historia'

Trad. De Jorge García

Global Rhytm Press, Barcelona, 2006.

Después de leer este documentadísimo repaso a la historia de uno de los sellos que cambió el jazz en los años sesenta, hay una sensación de cierto desencanto. Primero, porque Impulse! es la historia de Bob Thiele, en mayor o menor medida, tanto que incluso cuando rompió relaciones con ABC, entonces distribuidora de los discos de la casa, continuó actuando como productor en discos que cambiaron el rumbo o en otros trabajos menores que quisieron sumarse a otro cambio que asomaba, el del jazz fusion que inauguraba Miles Davis con Bitches Brew y que definiría las corrientes de la década siguiente. Después, porque uno tiene la sensación de que jazz pasará a ser un género subsidiario propiedad de Blue Note.

Me explico: Thiele es recordado por ser el compositor de What a wonderful world, aquella canción mítica de Louis Armstrong que nunca fue un hit. Llegó al número uno gracias a la nostalgia, a la tirita para más señas, de Good morning Vietnam y, irónicamente, Thiele vio como una canción que fue publicada como un fracaso importante, se convertía, de repente, en un 'clásico universal'. Cosas del canon. Pero la gran labor de Thiele está ya en su formación como fanzinero jazzístico que, junto a una pequeña generación, se sumó al mundo de las producciones y dio un espacio singular al que los artistas huyeron después del declive de Blue Note de los cincuenta. Es en Impulse donde John Coltrane grabó A Love Supreme, disco memorable que sintetiza lo mejor de su obra y lo mejor de todas sus obras posibles, pero también es el lugar en el que Art Blakey grabó uno de sus mejores discos con los Jazz Messengers.

Cierto es que Creed Taylor, el fundador del sello, sentó unas bases memorables, pero Kahn explica la importancia de Thiele. Taylor usó el sello como pretexto, supo sacar discos como Genius+Soul=Jazz de Ray Charles o el Out of the Cool de Gil Evans, pero Thiele era un apasionado y se nota: desde su Poetry of the Beat Generation, grabado para Hanover-Signature, en el que Kerouac grabó un poemario mientras Steve Allen (un antiguo presentador de la televisión) tocaba jazz al piano, sabemos que Thiele está en consonancia con los movimientos creativos menos previsibles.

Un libro recomendable y, prácticamente, la historia del productor a la sombra cuya iniciativa permitió discos memorables (las recuperaciones de Ellington en los sesenta son maravillosas, siendo el Coltrane+Ellington uno de los trabajos indispensables para comprobar los registros del genial compositor) y registros complejos como los de Coltrane, capaz de publicar trabajos más atractivos con otros más introspectivos.

En Spotify, uno comprueba, de nuevo, la actitud canonista de Blue Note y el final del libro, en el que Impulse pasa a ser un sello de reediciones de The Verve Music Group con poca relevancia. Así que he elaborado una listica colaborativa para que lean el libro y se hagan una idea de los discazos que editó Impulse, A Love Supreme al margen.

Hay pocas joyas y muchas carencias, pero al menos he encontrado el Further Definitions, una de las primeras producciones de Thiele en las que rescató a su amada tradición y la reeditó para un público más hip y cool, de Benny Carter y el Once Upon a Time, otra maravilla libérrima de otro genio en época tardía, Earl Hines. The Artistry of Freddie Hubbard es otro disco curioso para ver el rumbo creativo que tomó uno de los Jazz Messengers. Como curiosidad, Trespass, el primer disco de Genesis, que sirvió para que la productora lograra estar detrás de un disco de genuino rock progresivo y que tiene The Knife como una de las pocas canciones decentes.

Aquí la listica. Añadan sus tracks, pero una condición: que rescaten tesoros editados por Impulse!

1 comentario:

Joseóscar dijo...

Que buena seleccion. Tarde de jazz, me ha hecho pasar usted.