El principal y más inteligente acierto de Starsky & Hutch era la consciencia de la enorme imposibilidad de realizar un remake de una serie que era recordada como un icono revival-kitsch. Así Todd Philips realizó una fantástica y entretenidísima comedia.
Michael Mann no comete el error de no querer caer en la nostalgia simplemente queriendo realizar algo nuevo y distante. El error lo comete cuando cae en toda esa autoindulgencia (enormísima) y utilizando un guión tan manido revestido de trascendencia. La nostalgia no hubiese sido un error esta vez: todo el público joven tiene a la serie de los ochenta en su cabeza gracias al amalgama del Vice City en su cabeza y cuando va a ver la película, apuesto a que quieren algo parecido (a mi me pasó). Con lo que me encontré no fue con el gran director de Heat pero que aparecía, de vez en cuando y de forma muy virtuosa claro, con esos scopes, con esos tiroteos finales y con esas selecciones musicales de acento cool. También me encontré con actores apáticos, un guión ramplón como pocos y al director completamente reiterativo en su calidad de “auteur”: repite sin rubor secuencias enteritas de Collateral (ay esa discoteca) y nos monserga con las dos relaciones de sus protagonistas que carecen de profundidad o emoción alguna.
Ahí está Mann el intermitente, la banda sonora, Luis Tosar en plan sudaca chungo (lo borda), y esa preciosidad llamada Gong Li (una muñeca de porcelana que ya me enamoró en 2046) para hacernos suspirar. También esta Jaime Foxx, que unfortunately no canta Gold Digger ni siquiera una versión rap a lo Tupac de In the air tonight, y Colin Farell para demostrarnos que Mann no aprendió lo básico de una película como estas: si hay dos policías compañeros de toda la vida, no sólo deben hablar por el móvil en plan técnico, deben tener algún tipo de química.
A veces no basta con haber visto a Melville. Lo dicho: ¿buscan un policial realista de envolvente atmósfera, y tramas estupendamente engranadas y personajes que sangran de verdad? No sean ingenuos, no se dejen engañar por el revestimiento solemne de Mann. Está en televisión. Se llama The Shield. Y es un noir con todas las letras. Y sí lo que quieren es el mejor remake de la serie, ya saben, pónganse a disfrutar con sus lanchas y helicópteros, al ritmo de los Outfield con Tommy Vercetti y Lance Vance.
4 comentarios:
Joder es que Miami Vice sin toda la parafernalia original de horteridad ochentera, chulería donjohnsonesca, etc...da mucha pereza.
The Shield es fantástica.
The Shield nunca hubiera existido sin Corrupción en Miami, lo cambió todo. The Shield es Corrupción en Miami con actores feos y en una ciudad fea. El creador de The Shield escribía años antes guiones de Corrupción en Miami.
Pd: de la peli pues no coincidimos mucho pero, claro, es que yo soy fans de mr. Mann y Miami Vice.
Divierte lo suficiente mientras la estás viendo, pero reto a alguien a que me cite un sólo diálogo memorable, a que me diga de qué iba la trama o a que me señale una sóla escena para el recuerdo.
Qué buena serie si sólo hubiera durado una temporada. Qué buena película si no hubieran pensado que la serie era buena.
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