INTERMITENTES VISIONADOS DE LA TDT (II): (POST)MODERN VAMPIRES / TWO

Ayer pude ver Modern Vampires aquí llamada Revenant película de 1998 que se suma a todo el cine vampírico que arrasó en los noventa (ya saben: Drácula de Bram Stoker ; Entrevista con el vampiro ; Abierto hasta el amanecer ; Blade... ) y me parece una agradablísima comedia hecha para ser despreciada por los cinéfilos de principio a fin. La dirige el hermanísimo de Danny Elfman (que pone el delicioso tema central del film) y supongo que de aparecer directamente el nombre de Denise Di Novi o Tim Burton se miraría con ojos más benévolos.

Pero se trata de una película trash al cien por cien: Casper Van Dien, Rod Steiger (¡si!) y el ya indispensable Udo Kier (¿de qué hablamos cuando hablamos de cine norteamericano trash?) repitiendo más o menos algo así como lo que hizo en Blade. No hay nada especialmente hiperbólico: es una sucesión de desvarios más o menos agradables pero que sorprende que fueran rodados en los noventa. Desde el Van Helsing antiguo nazi (¡y esos flashbacks en blanco y negro!) convertido al final en vampiro hasta el héroe, un piloto de la segunda guerra mundial, responden a una lógica de juego de iconos reconocibles (toda la pulp y pop culture) continuos con gag final incluidos que a otra cosa. Y sólo por esa honestidad de Elfman (¡nunca osa ir más allá de sus risas, de su total falta de pretensiones y su descaro conceptual!) merece ser vista por cualquier cazavampiros con tiempo libre. El mérito no es del todo de Elfman, todos las coñas del guión las ofrece Matthew Bright el autor de ese genial cuento de hadas adulterado llamado Freeway y uno de los mejores reinterpretando ciertas mitologías.

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Two es el primer capítulo de la tercera temporada de Twilight Zone y al verlo me pareció rematadamente admirable. No por su argumento, en la línea de la maravillosa serie (o sea canónico, fascinante, y con una puesta en escena excepcional) sino por ofrecer esa imagen de Elizabeth Montgomery con el pelo negro y sensualidad desbocada en su papel de mujer superviviente al Holocausto de la humanidad y completamente alejada de su papel en Embrujada y su belleza naif. La tensión no resuelta entre ella y el hombre (o sea Charles Bronson), el otro superviviente, convierten al capitulo en la mejor versión jamás hecha de la historia de Adán y Eva para televisión (o sea apócrifa y en clave postapocalíptica) y en toda una oportunidad para disfrutar de Bronson-Montgomery y de una atmósfera impagable.