Ángel Zapata
"En un islote de Oceanía, un islote mezquino, pedregoso, dos náufragos caminan por la playa, como dos cormoranes heridos. Uno de ellos, Dámaso, es un hombre viejísimo, curtido como un trozo de mojama, con una barba blanca poblada de crustáceos que le muere en los pies, y una sombrilla mínima, hecha de andrajos, con palitos unidos por hojas de palmera. El otro, Roque, es un hombre de mediana edad, todavía fornido, que a cada poco hace visera con la mano para mirar el horizonte azul. Al llegar a un recodo de la playa, Dámaso alza la sombrilla, como queriendo resguardar a Roque, y coloca una mano temblona en el codo de su compañero:
—Roque, hijo ¿tú te acuerdas de las motocarros? —le dice. —No. No me acuerdo. —¿Y quieres que te explique cómo eran? —No. Para qué. —Pues para hablar de algo, Roque. ¿Tú no sabes que hablando se hace el tiempo más corto?
Roque dirige al horizonte una mirada triste, casi acuciante, y prefiere no contestar. El aire huele a sal y a dátiles maduros. Debe ser cerca del mediodía porque el sol cae a plomo sobre la playa. Allí, en la franja de arena donde se unen la tierra y el agua, el mar deposita miles de letras rojas; letras lisas, de piedra, talladas por el oleaje. Miles y miles. Un alfabeto innumerable, como las dunas del desierto, que a veces forma palabras simples, palabras como “Pepi”, “bici”, “Roma”, “anís”, y otras veces —los días de mar gruesa sobre todo— se disgrega en rebaños versátiles, y deja escritos sobre la arena mensajes apremiantes, misteriosos, mensajes que a cualquiera le quitarían el sueño, o por lo menos la tranquilidad: “Ramiro, si llegas antes de las cuatro le amansas la biela a Queipo. No te vuelvas loco buscando los hurones, que están donde siempre.”
Cortesía de M. Todo un descubrimiento el autor: un hombre de una inteligencia y talento arrolladores y sin dudarlo uno de los mejores cuentistas españoles a descubrir....desde ya.
5 comentarios:
Llevo mucho tiempo recomendando -sin mucho eco, como por lo visto todo el resto de mi desapercibida bitácora- a este autor, y podéis encontrar ese cuento en la página del grupo surrealista "La llave de los campos", que tengo en mi apartado de "Recomendación de la semana". Allí, en la página de "La llave de los campos", es más que probable que encontréis otras pistas que os seduzcan.
En breve haré una reseña -sin duda prédica en el desierto- del nuevo libro de relatos de Ángel Zapata, "La vida ausente", que un amigo común del autor y del que suscribe ha tenido a bien prestarme, calentito y recién salido del horno.
Sin duda un imprescindible para el panorama del cuento español.
Tu reseña se sumará a la mía, Sergi, así que predicaremos juntos. El nuevo es un libro delicioso, aunque frágil, de lo cortito que es y lo bien escogido que está el material. Una gozada.
Gusto en conocer a A Zapata. Leído el relato.
Gracias.
Saludo
Alvy, los libros de teoría del relato de Zapata son una maravilla, por su claridad, por su magisterio. No te los pierdas. Un saludo.
Bello relato, y un escritor del que espero con ansía y expectativa su "La vida ausente".
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