lunes, noviembre 13, 2006
CUANDO SÓLO ERA MI HIJO
Las obras de Jeph Loeb (guión) y Tim Sale (dibujos) parecen estar siempre en las revisiones de la WB que hace sobre sus dos iconos más cercanos: su Batman: El último Halloween fue citado como referencia tebeística por Goyer & Nolan, y ya en la contraportada de Superman: Para todas las estaciones se lee un halago de Miles Millar & Alfred Gough (creadores de Smallville, revisión teen del mito) sobre el cómic y vista la fallida propuesta de Bryan Singer por fin encuentro un claro referent que supongo que han tenido en cuenta o el director o los guionistas Michael Dougherty y Dan Harris.
Loeb y Sale son muy conscientes de las distancias entre ambos mitos, y así como en su día se habló de la resurrección de ambos personajes con las aportaciones de Alan Moore y Frank Miller para El Hombre Murciélago y la de John Byrne para el nativo de Krypton, podría ser que Loeb/Sale hagan suyos sus personajes, pero tampoco quedan sus reformulaciones como definitivas pero si lo suficientemente importantes como para ser muy disfrutadas por cualquier buen lector de cómics de superhéroes.
La gran virtud de Loeb es la de querer narrar algo muy concreto y sin necesariamente tener que empezar de 0: y es el paso definitivo de la adolescencia a la edad adulta de Superman, simbolizado en el cómic por el contraste de Smallville allí dónde parece que yace la inocencia perdida y la fastuosidad de Metrópolis que alberga a Supermán. Al tomar Loeb para narrar sus historias cuatro voces distintas acierta plenamente en su reinterpretación de unos personajes ya conocidos (en este caso por cada estación: Jonathan Kent, Lois Lane, Lex Luthor y Lana Lang) es muy adecuada y sobretodo en su inicio, adquiriendo la voz de Jonathan Kent consigue una estupenda sequedad de palabras muy en la línea por el citado de Millar, John Ford, una poética típica del homo american de Kansas que es el personaje en sí.
Esta intención poética está presente en toda la historia y adquiere una gran capacidad melancólica representada por el grandioso Tim Sale que ahora adopta ecos de Norman Rockwell (a quién precisamente dedica el volumen) y sabe darle a Supermán esa atmosférica condición que tiene él justamente evocando las ilustraciones de los años 40 que representaban perfectamente el american way of life.
El cómic contiene, no obstante, todas las escenas espectaculares esperadas de Supermán y sobretodo hace hincapié en el desencanto de la edad adulta pero Loeb comete a mi juicio dos errores intencionados, quiero decir, su idea es esa pero a mi esa reiteración le resta eficacia al conjunto.: insistir demasiado en los otoñales regresos a Smallville para llegar a su estupendo final, y sobretodo la voz de Lana Lang que peca en exceso de poesía sentimental y no logra estar a la altura de la de las demás. Por lo demás un volumen independiente perfectamente recomendable.
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4 comentarios:
¡¡Ojalá la peli se hubiera parecido más a este cómic!!
Me encantan este Lex Luthor y esta Lois, pero sobre todo me gusta este Superman: Loeb acertó lo que nadie sabe al dejar que todo el mundo hable (y hable, y hable, y hable) sobre él... excepto él. Como Bram Stoker hizo con Drácula, nada menos. Es la mejor manera de tratar a los mitos.
Ahora que lo citas, esta misma tarde me acabé Batman: El Largo Halloween. Me gustó, pero prefiero otro de Loeb: Batman: Silencio.
Este Superman que no parece si está cachas o fofo. Lois poco más que llamando paleto a Clark. Una Lana entrañable hasta la médula con ese "Lo sé" que te agarra el corazón. Y el episodio contado por su padre, bonito, humano, superior... Una de las obras de este tándem que no hay que perderse. Como tampoco debería perderse el "Solo" perpetrado por Tim Sale and friends... Estoy segura que, si no lo ha leído, dos de esas historias le inundarán su tierno corazoncito cuando lo haga ;)
Un saludo delirante!
El trailer de "Los Simpsons" tiene mucha gracia: yo aún me mantengo optimista sobre la película.
Sólo espero que saquen al Doctor Nick Rivera.
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