domingo, noviembre 26, 2006

¿FÓRMULA AGOTADA?

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[...] De hecho, creo que el dibujo "hiperrealista" (y no me refiero a Romita, que no lo era) es una de las razones (la otra es el tipo de guión) de por qué los SH de ahora mismo no funcionan.

Como me decía el otro día un amigo, por influencia del posmodernismo, en los SH de ahora (Ultimates es un buen modelo de ellos) TODO está expresado en la página, todo está acotado, todo significa exactamente lo que EXPLÍCITAMENTE se dice que significa, en guión y en dibujo, hasta la última coma de significado. Ni el guión ni el dibujo actual deja espacio mental alguno a la imaginación, al símbolo, al significado implícito, a pensar sobre las motivaciones del personaje -porque se explican enteramente-, a la aventura que hay "detrás" o "enmedio" de la aventura que leemos: todo está explicado.

Otro amigo (a este le conoces, Juanjo) me dijo una vez que cuando volvió a leerse de mayor, hace un par de años, los 4F de Byrne (que eran SH clásicos, género auténtico, no posmoderno), que le encantaban de pequeño, se quedó estupefacto al constatar lo "poco" que sucedía en ellos. "No lo entiendo. Yo recordaba mucho más, muchas más aventuras, como si sucediera mucho más en esos tebeos", me dijo. No creo que fuese sólo la memoria la que le traicionaba. Es que los SH clásicos funcionaban así. Se sugería mucho más de lo que se podía leer en ellos. Los personajes tenían una vida "por detrás" que nunca veíamos, pero que nos encantaba imaginar. Sus motivaciones tampoco estaban claras hasta la última coma, ni mucho menos. Eran una especie de constructos o máquinas poco inteligibles para el lector y desde luego ambiguas por defecto (por ocultación de su "vida real"), que cumplían una función en la historia sin que se nos desvelase mucho sobre su psicología o motivaciones. No se cuestionaban a sí mismos porque no eran personas realistas, sólo cumplían una función en un tipo de relato -el de SH- muy concreto.

Hace poco, Álvaro abogaba por el "cuestionamiento de las motivaciones" del SH, por el "cuestionamiento de la tarea del héroe" para hacer adulto al SH. No sé si adulto o no, lo que sé es que eso ya no es SH clásicos, sino SH posmodernos (los que van desde Moore a Ultimates), y sé porque veo donde está el género que eso es un callejón sin salida. En los SH posmodernos, al contrario que los clásicos, el espacio mental se cierra y todo significa EXACTAMENTE lo que se nos explica en la página: es un volver sobre el personaje clásico para diseccionarlo y "comprenderlo", empezando por su origen "real" y "científico" ("La lección de anatomía" de La Cosa del Pantano, el episodio de Watchmen donde se explica el origen de Manhattan/Atom, los que escribió Moore sobre Miracleman explicándolo de pe a pa; los ULTIMATES de Millar donde se explica el origen exacto y político-científico de Los Vengadores) hasta sus motivaciones psicológicas más profunda : ¿cuál es exactamente la ideología del Capitán América? Porque en el Capi de Kirby no estaba, su Capi era un constructo imparable que combatía el mal y defendía la libertad sin "cuestionarse su tarea"; pero tranquilos, que Millar ya nos explica la ideología y psicología del Capi con pelos y señales en ULTIMATES: el Capi es un carca y conservador, que no quiere ver mujeres desnudas en un espectáculo, que no entiende la vida moderna, incluso que puede llorar por un ataque de cuernos. EL CAPI TAMBIÉN PUEDE LLORAR. ¿Qué pasa con esto? Pues que la pregunta es ¿a quién le interesa de verdad saber cómo piensa alguien que lleva capucha, escudo y calzones por encima del pantalón? Como decía Kyle Baker, si quiero leer un tebeo de Superman, quiero verle volar y hacer cosas increíbles, no quiero ver a Clark Kent hablando tooodo el rato y llamando "Hal" a su amigo Linterna Verde, mientras éste le confiesa a "Clark" sus problemas sentimentales o las dudas sobre su tarea como héroe.

A mi juicio, el problema es que con el tratamiento posmoderno terminas vaciando de contenido al SH. Si lo explicas demasiado (en guión y en dibujo), y demasiado realista, no sólo no es más verosímil sino al contrario, mucho más inverosímil, sino que pierda la gracia y lo que permitía hacer funcionar al SH. Lo que hizo Moore sólo se puede hacer una vez, pero no puedes seguir repitiéndolo hasta el aburrimiento: porque lo que hizo es ya posgénero, la autopsia del género original muerto, que se disecciona hasta el absurdo para enseñarnos sus entrañas y mecanismos. ¿Quieres darle una motivación psicológica real y razonada hasta el último detalle a Batman? El resultado es BATMAN BEGINS, que no funciona desde su minuto diez.

Personalmente, estoy muy cansado del género posmoderno: ULTIMATES es aburridísimo, y eso sin entrar ahora en las asquerosas ideas políticas que su guionista "de izquierdas", Millar, cuela de rondón en sus argumentos con tal de servir a su santo patrón, el becerro de oro que para él es la Marvel americana: es impresionante lo que un escocés cateto como él puede llegar a pensar que le "gustará" políticamente al público estadounidense; según él, todos deben ser unos "patriotas" descerebrados. Estos SH que se hacen ahora (Strazynski también tiende a explicarlo TODO) no me interesan nada, es un tostonazo, y me gustaría una vuelta al género "clásico", no digo retro, pero sí género no-posmoderno, género sin autoconsciencia ni reflexiones sobre los mecanismos de su funcionamiento. Miller lo ha hecho en DK2, rehuir expresamente lo posmoderno, con esa gozosa celebración del género clásico de SH, aunque actualizado a 2002, y ya me gustaría que muchos otros autores siguieran derroteros parecidos.

Esto me ha respondido Pepo (Pérez) en un post sobre "la estética de lo inverosímil" y al final regala una muy estimable reflexión del estado actual del género de los SH. Ah, yo amo la reinvención Ultimate pero contrastar siempre es sano. Ahora es su turno señores.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Apasionante tema. El paisaje superheroico de la Marvel ha mutado desde finales de los noventa. Los culpables? Los ingleses. Se trata de una especie de venganza tardía por tantas heridas de guerra, jeje.

No creo que la cuestión esencial esté en el hiperrealismo, ahí creo que ambos se equivocan. No se trata de que Byrne "sugiriera" mientras Millar nos lo da todo mascado y con patatas en cuestión de gustos y motivaciones. Hay que echar un ojo a la última evolución del rol superheroico para darse cuenta de que los tiempos han cambiado y que el cambio acompaña a la psicología de toda una sociedad. Ya no estamos en Kansas...

Mientras Clark/Superman y WonderWoman sigueron conservando, en la línea regular, su esencia milenaria (el rol de superhéroe tradicional de recta moral) en Wildstorm se decidieron por crear, a la vera de Stormwatch, una especie de parodia fascista llamada La Autoridad, a las órdenes de un isleño, Warren Ellis.

Corrían los noventa y, más allá de "experimentos aislados", como los perpetrados por Miller y Moore, germen de todo este tinglado, el público abrazó al nuevo superhéroe que decía lo que pensaba de la manera que le parecía, se saltaba las barreras morales escudado en un "deber superior" y se desmandaba en diferentes orgías al final de la jornada laboral.

The Authority se convirtió en el termómetro que marcaría lo que vendría después. La línea Ultimate nació de los despropósitos de Jenny Sparks, Apollo y Midnighter; los Vengadores, 4 Fantásticos y Patrulla X pasados de vueltas posmodernas para captar a un nuevo público criado por Tarantino y los hermanos Wachowski; guionistas que se parten los cuernos en busca del giro ingenioso, de la chulería más extrema, de la respuesta más incisiva. Eso sí, haciendo gala de toda la cotiadenidad necesaria para que no se nos olvide que esos superhéroes habitan el presente.

Tengan cuidado, la forma y el fondo narrativo actual de Miller, Morrison y demás guionistas british de superhéroes responden a una estrategia de marketing que ya les dura más de un lustro... Digamos que sentaron un precedente en el mundo del superhéroe, uno muy difícil de contrarrestar. Hasta que se agote, supongo. Entonces volveremos la mirada a los clásicos, como siempre...

Anónimo dijo...

"así eran los sesenta, ese era el espíritu de una forma de pensar, de narrar, me parece."

Cierto como que respiramos aire...

Anónimo dijo...

Y aquí estoy yo sin haberme leído todavía ni un miserable cómic de "Los Ultimates". Estas navidades me compro el recopilatorio (o hago que me lo regalen) y luego opino.

Eso sí, no puedo dejar de transmitir que a mí el "DK2" me pareció, salvo alguna que otra idea apuntada en su tramo final, una insignificancia con ínfulas de Gran Acontecimiento Tebeístico.

Anónimo dijo...

Pues yo, que soy Ultimatista a tope, no veo este postmodernismo superheróico (que para mí ya es postpostmodernismo) ni mucho menos como un callejón a tope, de hecho es una carretera sin vuelta. Lo que pasa con los superhéroes ahora es lo que pasa con las franquicias en cine y las series de televisión: Children of Men, las de Bourne, Casino Royale, Galáctica... Hoy en día el naturalismo astuto aplicado a los géneros es indispensable para que la gente trague. No es bueno ni malo, sino el signo de los tiempos.

Por otro lado, Moore hacía tebeos de superhéroes cuya complejidad desembocaba en otra cosa. Tras los trucos de Millar hay... tebeos de superhéroes. En Watchmen el espectáculo está al servicio de la idea y en Ultimates la idea al servicio del espectáculo... Y yo, personalmente, prefiero mil veces lo segundo.

Anónimo dijo...

Hostia puta. He puesto "callejón a tope" en vez de "callejón sin salida". Mierda, estoy JODIDO.

Pepo Pérez dijo...

a mí el (poco) espectáculo de Ultimates me aburre. Y sí creo que hay salidas al callejón posmoderno (Ultimates lo es, aunque a ratos -las batallas finales- no lo parezca): ahí está DK2, que no es posmoderno, es género clásico actualizado al gusto de ahora. Ni se "reflexiona" desde fuera sobre el género, ni se "cuestionan" los personajes o sus orígenes; al contrario, se aceptan sin más todas las premisas clásicas superheroicas, y se cuenta OTRA AVENTURA MÁS de Batman y sus Super Friends. Lo mejor es que ese tebeo, al menos a mí, me funciona. Vamos, es que me parece lo mejor que ha hecho Miller (y Varley) en unos cuantos años.

Anónimo dijo...

Pues a mí me encanta DK... como me encanta Pozí. O sea, muchísmo, pero ya me entiende...

Y en Ultimates hay muchísima menos reflexión desde fuera de lo que parece. De hecho, me atrevería a decír que no hay ninguna. TODO en Ultimates es (o intenta, claro) ser espectacular, gracioso, dramático, provocativo, terrorífico o MOLÓN. No hay una sóla página de Ultimates que sea postmodernidad por la postmodernidad. Pero ni una sola.

Anónimo dijo...

Me he equivocado con el paréntesis.

Pepo Pérez dijo...

"Y en Ultimates hay muchísima menos reflexión desde fuera de lo que parece. De hecho, me atrevería a decír que no hay ninguna."


En esto estamos de acuerdo.Pero totalmente!

Anónimo dijo...

Me uno a la discusión tarde y mal. Entiendo lo que quiere decir Alvy, pero no estoy de acuerdo: el problema es que con los ULTIMATE te tienes que hacer otras preguntas. Millar solo ha envuelto la muñeca rusa de los SH con otra muñeca mayor, y en eso le doy la razón a Vigalounge, ahí está toda la evolución del género. ¿Igualar la libertad de interpretación del Capitán America moderno por una mente "moderna" y la "postmoderna"? Ahí creo que se confunde Alvy. No jodamos, ¿es que alguien en este blog lee a esos viejos comics de los que habla y piensa que en el fondo el Capitán América es ecologista? Lo que desvela Millar sobre sus vidas lo teníamos más que asumido.

Sobre el hecho de que hay menos espacio para fantasear e interrogarse por los personajes o tramas, me temo que eso dependerá de cada lector. Yo me pongo literalmente malo esperando la siguiente entrega de Ultimates o Civil War.