lunes, enero 15, 2007

PARECE UNA TONTERÍA : CLOWES & TOMINE

Image Hosted by ImageShack.us
Justo antes de que un vistazo al calendario revelara que la ausencia de exámenes me ha convertido en un suicida contrarreloj (esto es…algo más de lo habitual) y antes de empezar a organizar la carrera por los apuntes, las interminables pilas y las tutorías indeseables reflexioné un poquito sobre dos autores a los que temo que se confunda: Daniel Clowes y Adrian Tomine.
Como para hablar de la majestuosa Ice Haven necesito algo más de tiempo, he digerido más rápidamente dos obras que agrupan relatos cortos de ambos autores, las últimas: Caricatura y Sonámbulo.


Muchos mencionan habitualmente el problema del post-carverianismo y digamos que la angustia existencial de los personajes de las historias de Sonámbulo termina volviéndose clichés en contra del autor y de su pretendida visión de la soledad. Es decir, la previsibilidad y la mecánica asimilación de los resortes narrativos es tan tópica, tan carente de inventiva más allá de algún fugaz instante de lograda melancolía que el resto se nota demasiado impostado, y sobretodo da una visión bastante limitada de la cotidianeidad reduciéndola demasiado a lugares comunes, las elipsis se revelan algo calculadas y carecen de la verdadera emoción (se releva, de forma harto obvia, lo inútil de la obsesiva búsqueda de la emoción).


El postcarverianismo anestesió al relato norteamericano de tal manera que prácticamente muchos escribían como si Carver fuese idiota (Ángel Zapata dixit). Tuvo que venir Lorrie Moore y por citar su opus mayor ya puestos, Pájaros de América para poner un poco en su sitio esto de la evolución carveriana y ofrecer algo nuevo.


Me parece muy inexplicable el forzado paralelismo entre Daniel Clowes y el autor de Short Cuts. No es que no exista tal paralelismo, para mí lo alarmante es la lógica que se le ve en que exista, o deba existir. Y no es repelencia, pero los retratos de Carver en sus historias toman siempre hombres corrientes de una sociedad anónima: destartaladas casas, casi desérticos paisajes (la importancia de sus paisajes siempre tristes, siempre moteles, es clave). Tampoco hay asimilación de su lenguaje ya sea mediante a la presencia de dibujo frente al guión (esto pasa en Tomine, es un recurso de emular la sutilidad del escritor tan eficaz como fácilmente desactivable y tópica) pero es que tampoco hace falta.

Para mí Clowes esta mas cerca en contexto a David Foster Wallace (y no sólo por compartir una admirable actitud frente a sus propuestas: la del experimento como único dogma) o algo más lejano también bebe de cierto retrato urbanita de las novelas de Philip Roth, sus retratos suelen tomar acción en un contexto completamente contemporáneo y posmoderno: urbes desoladas, recuerdos de gente excéntrica (podrían perfectamente ser entrevistas con hombres repulsivos). Tomine, en cambio, si que malinterpreta a Carver y sigue, con su sello, la senda estética clowesiana en sus ilustraciones, pero es otra historia. Caricatura, un entrañable y coherente greatest hits descontextualizado sacado de Bola 8, funciona perfectamente y sus historias van siempre algo más allá de sus posibilidades, ya sea componiendo a trazos y flashbacks a un personaje, o amparando su fuerza en un genial narrador lacónico.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, Clowes como Foster Wallace, cuánta verdad hay en eso. Y eso que aún no me he leido La Broma Infinita. Me falta valor.

Sí, ya. Ya sé lo que me va a decir.

Anónimo dijo...

Que le voy a decir.... ¿Que nos pasa exactamente lo mismo con ese libro? ¿Como lo supo?

Enrique Ortiz dijo...

No conozco a los autores, así que debo callarme; pero lo que no puedo callarme, Alvy, es que sus posts son cada día mejores. Tiene ud. una perspectiva de las cosas envidiable. Pues eso.

Miguel Ángel Muñoz dijo...

Querido Alvy, me parece un tanto injusto el pescozón al amigo Tomine. Es cierto que Sonámbulos no es Rubia de verano, que usted y yo conocemos, pero creo que su obra es y será referente del cómic contemporáneo. El problema son los paralelismos con Carver o quién o quien sea, que pueden ayudar a descubrir el personaje pero poco más. Por mucho que me siento sobre mis meninges, no acierto a entender que tiene que ver entre sí Clowes, Tomime o Foster Wallace, además de ser americanos e hijos de su tiempo, claro. Tomine tiene una elegancia narrativa de la que carece el espasmódico y genial Clowes, que me parece un loco maravilloso. En todo caso, ¡me vuelven loco!
De acuerdo en que los hijos de Carver se están convirtiendo en la mayor y pesada carga de los carverianos.
Un abrazo.
http://inesmara.blogspot.com/2006/03/rubia-de-verano.html

Hijo Tonto dijo...

Usted es un cabrón, oiga. Pero lo hace fantásticamente, con estilo.

El lector de comics dijo...

Creo que para analizar a estos dos autores es más útil recurrir a teorías sobre el lenguaje cinematográfico que a teorías sobre el lenguaje literario. Es un marco más coherente con los recursos que emplean los dos autores. Sin duda una aproximación literaria puede enriquecer la lectura, pero el foco tiende a lo cinematográfico, al movimiento, a la secuencialidad. Está bien recurrir a Carver pero creo que a través de Kaurismaki o Besson, por ejemplo, se aprecian mejor algunas características.

Miguel Sanfeliu dijo...

A mí me gustó "Sonámbulo", de Tomine. Pero no conozco a Daniel Clowes y, después de leer tu comentario, tengo la sensación de que me gustará aún más. Lo buscaré.
Un saludo.

Hijo Tonto dijo...

el lector de comics ha leído mal.

Anónimo dijo...

Clowes es un autor que complica y experimenta. Tomine es un esteta. Ambos cuentan historias. Del primero dudas cuál será el final. Del segundo? También, por si sorprende. El problema en Clowes es que cuenta cosas, a veces, inalcanzables. Tomine es más lineal, predecible, pero también nostálgico y universal. No obstante, ambos gustan de la cotidianeidad. No sé, estoy de resaca dominguera y pienso un poco borroso pero leer a Clowes y Tomine desde la más tierna adolescencia ha dejado un rastro extraño, como si Clowes se pasara y Tomine no llegara...