Estimados señores empezamos antes de tiempo la Segunda Semana Woodyalleniana básicamente porqué el acontecimiento más notable de nuestro neurótico favorito va a ser literario: se llama Mere Anarchy y aquí encontramos a un Allen condensado y divertidísimo.
Bueno y para empezar los tutubos allenianos más exclusivos.:
Maridos y Mujeres – La escena de antes de la cita.
Personajes: Sally (Judy Davis) y Paul (Timothy Jerome).
Caso: Mientras ella se toma de un descanso con su matrimonio con Jack (Sidney Pollack) intenta tener lo que se conoce como otras citas. En medio de ésta (en casa de él) ella no puede evitar llamar a su marido, ante el perplejo de su cita.
Diagnóstico: Muy postitivo. Antes de que realizadores mucho más vulgares (Alejandro González Iñárritu y la comunidad indie en general) redescubrieran mal la vigorosidad de filmar cámara en mano, con sensibilidad Cassevetiana, en 1992 y en medio de su momento más tumultoso, Woody Allen filmaba una obra llamada a ser maestra en todos los aspectos. La escena en sí alterna momentos divertídisimos (Don't defend your sex!) con otros enormemente dramáticos, perfectamente ejemplificados en el rostro desolado de Judy Davis.
Stardust Memories – Me gustaba más cuando hacía comedias.
Personajes: Sandy (Woody Allen), Dorrie (Charlotte Rampling), los alienígenas y su público.
Caso: El hombre y su obra. Sandy es incapaz de afrontar su relación con Dorrie y el público no admite este reciente cambio de él hacia otros senderos artísticos.
Diagnóstico: Preclaro. Woody Allen rodó en 1980 una película en la que se propuso dialogar ocn el público tras el fracaso de Interiores (1978) plúmbeo sermón bergmaniano que fue una semilla necesaria para esa maravilla que es Hannah y sus hermanas. Además son los mejores 7 minutos de una película Alleniana: pasa de la parodia, al diálogo surrealista propio de sus mejores cuentos. Ah, si, la Moonlight Serenade de Glenn Miller es algo más que el fondo, como Gershwin en aquella cinta del 79.
Delitos y Faltas – El discurso final de Levy
Personajes: Louis Levy (Martin S. Bergmann), en voz en off.
Caso: Ben (Sam Waterston) ya se ha quedado ciego (completamente) y repasa la trayectoria del ser humano en uno de los discursos más sintéticos del pensamiento de Allen (mucho más cerca de Levy que no de sus alter egos).
Diagnóstico: Emotivo. Este es uno de esos momentos cinematográficos capaz de resumir lo miserable y lo bello (una dualidad que también explora toda la obra de Allen) de nuestras existencias con un tono inigualablemente universal. Como en el resto de la mejor película del maestro.
Sombras y Niebla – La policía interroga a Kleinmann
Personajes: Kleinmann (Woody Allen), Irmy (Mia Farrow), Spiro (Charles Cragin) y la policía (Greg Stebner, John C. Reilly, etc.)
Caso: La policía quiere usar a Kleinmann para capturar a un terrible asesino. Como siempre las cosas no saldrán tal y como estaban previstas.
Diagnóstico: Sorprendente. Woody Allen adapta una obra teatral y mezcla una trama del falso culpable Hitchockiano, con un ambiente de cine de terror sacado del expresionismo alemán, con un ambiente extraño e inolvidable. Puede que la mejor comedia de terror de todos los tiempos.
Celebrity – Clases de sexo
Personajes: Robin Simon (Judy Davis) y Rita (Bebe Neuwrith).
Caso: Una recién divorciada y renacida Robin acude a clases de fellatio con Rita, una prostituta, que le enseñará como superar sus dificultades sexuales con una banana.
Diagnóstico: Educativo. Debería proyectarse en las escuelas, no sólo es un manual excelente sino también un retrato de nuestros tabúes a través de un chiste. Si, esa es la gracia de Allen.
Hannah y sus hermanas – Suicidio frustrado
Personajes: Mickey Sachs (Woody Allen).
Caso: Mickey, viéndose estéril y con un fracaso con Hannah y su hermana, sentimental, infeliz por su trabajo va a suicidarse. Pero el CINE le salva.
Diagnóstico: Bella. Aunando chistes con amor cinéfilo bien entendido, Allen es capaz de convencernos de que la vida vale la pena, en una escena que parece un descarte beuno de Manhattan.
Bananas – Justicia en el metro
Personajes: Fielding Mellish (Woody Allen) y los matones del metro (Sylvester Stallone y Anthony Caso).
Caso: Los clásicos matones del metro neoyorquino acosan a los pasajeros del vagón. Fielding va a intentar ajusticiarle, con visos bronsonianos.
Diagnóstico: Hilarante. Cuando muchos creen que el humor de Allen se basa íntegramente en la fuerza de muchos de sus chistes verbales, aquí Woody da una lección de humor mudo y físico que ya les gustaría. Woody vs. Stallone. Irresistible.
Zelig – Entrevista con el genio
Personajes: Leonard Zelig (Woody Allen) y la Doctora Eudora Nesbitt Fletcher (Mia Farrow).
Caso: Zelig charla sobre su vida con la doctora Fletcher, la única que le supo tratar.
Diagnóstico: Inclasificable. Leonard Zelig es la Identidad en mayúsculas, una metáfora del cambiante siglo XX a través de su travestismo metafísico.
5 comentarios:
¡Oh, Dios! ¡Qué maravillas!. Gracias por mostrarnos maravillas del genio. Aunuqe la mayoría de ellas ya las había visto.
Zelig es una película que está a un nivel superior.
Emotivamente, mi preferida es la rosa púrpura, pero mi cerebro siempre susurra: Zelig, zelig.
El discurso final de Levy me pareció magnífico, y el flashback asociado (y forzado al espectador), super hábil. La idea de que eres la suma de tus elecciones la había leído antes, tal cual, en un brevario de samurai escrito a principios del siglo XVII(Hagakure), ¿alguien conoce algún precedente?
Cuando el asesino se acerca a uno de los personajes, en Sombras y niebla, la expresión de su rostro es la de mayor pavor que se haya visto en cualquier otro film, incluido el de la mujer gritando en la bañera, en Psicosis.
De veras que si hay que hablar de Sombras y niebla, llamarle comedia de terror de todos los tiempos, es atinadísimo.
Genial, Alvy, genial. Gracias y un abrazo.
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