jueves, junio 05, 2008

Un héroe sin muchas máscaras

El Jefe Maestro se ha pasado todo el juego recuperando a su Campanilla particular, y el paralelismo no termina en verde ya verán, llamada Cortana y poca cosa más le queda que ofrecer al Halo 3. Toda la ingeniosa y absolutamente chorra trama pseudomística de los anillos queda reducido a un vulgarísimo escenario de geopolítica vía space opera que ofrece una divertida idea del shootem up como ingeniosa buddy movie sin necesidad de multijugador pero también un final, a todas luces, sentimentaloide y encima con toda la emoción dejada atrás. De hecho, resulta hasta cierto punto curioso la de cosas que comparte Halo 3 con Call of Duty 4, entre ellos reservar una persecución megaespectacular para el final y en decidir que el último duelo sea de lo más intrascendente, en el caso que nos ocupa una bolita con síndrome de conciencia (y cuando se vuelve mala se pone Roja ¿cojen el chiste?), que supone un giro más divertido que conseguido. De hecho, parece que el juego se pierde cuando tiene que enfrentar el misticismo de su trama principal (algo pretendidamente épico, ya saben, el destino de la galaxia y demás) con las criaturas evidentemente lovecraftianas que habitan en su interior. El resultado es tremendamente desigual: el juego ofrece grandes momentos en su desarrollo (¡el duelo con los dos Scarabs! ¡Todas las persecuciones excepto la final! ¡el tanque! ¡los aviones!) pero un clímax inneceseriamente largo para lo que resulta. Uno esperaba enfrentarse a un megagusano y aunque la idea de entrar en sus entrañas ofrece posibilidades metafísicas y de horror puro, lo cierto es que al final Halo 3 es la historia de cómo Peter Pan recuperó a Campanilla, y de paso su sombra. Cerrado, eso sí, con la peor secuencia de video que recuerdo en muchísimo tiempo pero que no olvida dejar la puerta abierta para arreglar el desaguisado con lo que más queremos: tiros, colorines y bestias enormes, cada vez más absurdas y cada vez más enormes.

2 comentarios:

Ryu_gon dijo...

Totalmente de acuerdo, el final decepciona (esa huida guionizada). No obstante, creo que la campaña reúne buenos momentos y, lo más importante, es entretenida pese a los lapsos causados por una narración disléxica de los hechos.

Pero, tranquilo, ahora viene cuando descubres el modo online. Sin duda, la excusa para hacerse con el juego sí o sí.


Saludos!

El Miope Muñoz dijo...

Gracias por tu comentario, Ryu. El modo online demuestra que un juego no puede ser juzgado meramente por ser un vehículo narrativo, que es un defecto del que pecan muchas webs especializadas que valoran la historia y su narrativa como algo que no tiene nada que ver con el como se juega a la misma. A mi lo que me molesta del Halo es que el final sea tan aburrido en términos de diversión y juego, no tanto que desaproveche su historia, pero encima eso creo que coincide de sobremanera.

Pero es evidentísimo que Halo 3 es una cosa grandiosa por su multijugador. Y a mi no me parece poco, todo lo contrario.