Khalfoun viene de montar Las Colinas Tienen Ojos y ya tenía un papelito en Alta Tensión. La película se abre con un ingenioso plano secuencia que resalta la ironía del conjunto, sin embargo no hay aquí espacio para chistes protobushianos ni para suavizaciones de modelaje: el género navideño se adapta al gore con una facilidad pasmosa y más ante una película cuyas cartas son tan honestas que no cabe ni discutirlas, empezando por Rachel Nichols, cuya figura indefensa y super sexy (¡boobage como dicen los filólogos del argot anglosajones!) está continuamente amenaza por la de su antagonista, Wes Bentley, un guardia de seguridad necesitado de amor.
Khalfoun hace un par de apuntes en la película, con lo del posfeminismo mal entendido y la explotación laboral como verdadera historia de Mr. Scrooge (lo que la entronca con variantes más contemporáneas de la filmografía navideña como Los fantasmas atacan al jefe o… eh…. El Looney Cuento de Navidad) y su protagonista podría estar gustosamente dentro del reparto de Mixed Nuts de Nora Ephron. Se entretiene su director con el humor delicioso a costa del soundtrack antes que ahondar (o hasta redundar) en la soledad de su protagonista, y se desmesura un tanto en su tercer acto, en la que la protagonista se enfrenta a un terrible canino y la película inaugura el subgénero de western subterráneo en su más bello sentido (y abre una gama de posibilidades a Vin Diesel o Jason Statham que me parece notable), para terminar calmando la sangre en la nieve.
5 comentarios:
peliculazarl!
A mí me pareció un truño que echa pestes por todos lados, un Misery pasado de rosca cuya técnica impecable y lo amenizado de su gore gratuito son lo único medianamente decente, y el guión es un espantajo vergonzoso que me provoca letales ataques de sueño y la rubia tetona protagonista, una perra irritante que a nadie le importa un carajo. Aja es un bluff y peor no me puede caer el mamón, y si alguna vez me lo cruzo por Sitges, lo coso a dentelladas al pijo-mierda con ínfulas ése.
Una pregunta general, si me lo permitís:
Y de Shaolin Cowboy, de Geoff Darrow, ¿un horror del subsuelo, o...? Voy por la segunda relectura pero me quedo con Hardboiled, versión muda king size.
(Disculpas por el off topic, pero recién vengo del Salonkritik)
Igual no es tan rompedor como Hard Boiled pero es que ahora ya no hace falta destruir más, sino construir. Y en ese sentido querido Carlos, Shaolin Cowboy es una maravilla bellísima.
Desde luego es una anomalía que agradezco tener a mano.
Ese homenaje a Damien Hirst, por la cara, y tantas otras cosas sueltas...
Publicar un comentario