jueves, agosto 09, 2007

Cosas (in)necesarias

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La Tienda de Stephen King es una pasable novela muchísimo más interesante en momentos puntuales que en su conjunto narrativo. King, me comenta Tones, parte esta vez de Ray Bradbury, La feria de las tinieblas, para crear su particular última historia de Castle Rock.

Por un lado encontramos las clásicas multirreferencias al Kingverso que nos dejan entre perplejos y satisfechos (aquí son la prisión de Shawshank, Thad Beaumont y su mitad Oscura y el perro Cujo) y por otro, las multirreferencias sutiles en los personajes: el de Leland Gaunt, figura ataviada de negra y hasta sobrenatural como afirma Brian Rusk, típicamente deudora de su ya clásico Randall Flagg.

El principal problema de la novela es que funcionan muchísimo mejor sus ideas que su mecánica narrativa: King parte de la premisa de parodiar los melodramas Peyton Place, insinuando que con esta técnica es capaz de resultar satírico con toda una comunidad: bien, el bueno de King se pierde y muchas veces el lector sospecha, demasiado, que la parodia se está tomando demasiado en serio.

Así, conviene recordar esta Tienda por sus momentos más maravillosos y locos (un duelo sangriento a la spaghetti western entre mujeres maduras y alteradas ; una rebelión de Baptistas Cristianos como si se tratara de zombis ; la figura de Elvis como el PLACER SEXUAL) que no por la insulsas love stories y todos esos personajes secundarios que, paulatinamente, nos resultan tan y tan innecesarios. No es ni de lejos el mejor King y logra entretenernos durante 900 páginas: no obstante, durante muchas, muchas de ellas uno tiene la sensación de estar asistiendo ante un serial alargadísimo (¿por qué pasan TAN pocas cosas? ¿por qué el clímax dura tan poco?). Puede que debamos pensar en La Tienda como un capítulo raro de la Twilight Zone de más de dos horas.... y esto sea suficiente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No le da la impresión de que no pasa nada hasta que pasa todo? Es un poco frustrante.

Kelzor dijo...

Subscribo punto por punto.

Hombre Lobo dijo...

Lo mismo digo. Quizás el problema sea esa excesiva extensión (¿900 páginas me dice?) que hace que el 90 por ciento de la novela sea la construcción de un pequeño clímax (fíjese, lo mismo me pasó tras terminar de leer el cuarto libro de "La torre oscura").

Como nota curiosa, le comento que en Pamplona (donde vivía antes), hay un Todo a 100 llamado precisamente "Cosas necesarias". No, no encontré nada especial en él.

John Trent dijo...

No he leído la novela, aunque la película la vi hace bastante tiempo en un inesperado pase televisivo de madrugada y me dejó buena sensación. Siempre había visto esta película en los video club, y lo cierto es que, aunque me trague todo lo que tenga que ver con el terror y prácticamente todas las adaptaciones a celuloide de Stephen King, esta siempre me había dado cierta pereza. Pero la verdad es que la película, sin ser gran cosa, me enganchó en todo momento, y tenia cosas bastante curiosas, así como una atmósfera conseguida, por mucho tufo de telefilm que tenga.
Tengo en mi casa el libro Cell, y pronto lo empezare a leer. ¿Has leido ya ese?. Tiene muy buena pinta…aunque el futuro de su adaptación cinematográfica sea actualmente incierto tras la cancelación del proyecto que tenia a Eli Roth tras las cámaras.