domingo, julio 29, 2007

El chico sin nombre

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The boy with no name es un tremendo candidato a mi disco-favorito-de-Travis. Hay dos motivos: New Ámsterdam una canción de un concepto peligrosísimo (o sea la nostalgia bohemia) pero que funciona gracias a la perfección que tiene una letra que usa un lenguaje-imagen pop (Paris, Texas – end of the world) que logra emocionarnos y conmovernos. El otro: Selfish Jean está llamada a convertirse en un clásico con el oído puesto en canciones como Love me till the sun shines de los Kinks. Y de hecho, puede que Something Else de los Kinks sea el disco adecuado para entender a Travis y alejarlo en apariencia de sus consecuencias (o sease: el pochopop de Snow Patrol, Coldplay and co. que ellos no cultivan ya que tienen un sonido más feliz, pero en fin). No quiero rechazar la canónica y bella Battleships ni olvidarme de la arriesgada Out in Space (una ballad completamente lennoniana de un tema inequívocamente bowiano) o la absorbente 3 Times and You Lose pero me pueden las absorbentes imágenes de una y el fantasma de Ray Davies de la otra.

2 comentarios:

dani dijo...

Totalmente de acuerdo con usted. Les había perdido la pista desde "The man who" y acabo de redescubrirlos en este disco. Le envío un saludo.

Mycroft dijo...

Disiento.
Tal vez porque el eco de sus aciertos tiñe de fracaso su nueva encarnación, o porque me resultan tan terriblemente blandos como un osito de peluche: Blandos pero no románticos, suaves, pero sin sentimiento.
3 Times and You Lose es buena, pero Travis eligió mal, y calculó peor la dirección a tomar tras el man Who (discazo).
El peor enemigo de Travis es la absoluta falta de ambición artística de los mismos Travis. Cuando ya das el do de pecho, un simple "no esta mal" duele.