martes, abril 08, 2008

Contra la Malinterpretación

No entiendo las protestas generalizadas contra las fotos de Dragonball. O más bien, no entiendo qué tipo de argumentación parecen sostener los indignados con las susodichas fotografías, por defecto, la película. Entre las creencias más difundidas en el Saber Popular está la Sagrada Norma No Escrita que dice que una adaptación debe parecerse, a toda costa, a su material inicial, o vamos a ser más justos, a la idea que tienen los seguidores de ese material. Puede que Sin City sea en ese sentido el sueño húmedo de esta sensación, y aunque el film de Rodríguez mantenga unas notables incapacidades cinematográficas en términos formales, la película encantó a los fans de Miller, entre los que me incluía en su día. ¿Acaso una adaptación no es una interpretación? Con Peter Jackson y Ralph Bakshi, los dos encargados de las versiones cinematográficas de la opus tolkeniana El señor de los anillos (ya de por sí muy discutible), ocurre algo parecido: el primero se deshizo entre lágrimas de Tom Bombadil, el segundo se arriesgó. Es evidente que la fidelidad, sumisa y casta, ha perdurado en la valoración de sus dos obras.

El problema con el juicio de Dragonball es que se da por sentado que una adaptación es obligatoriamente fiel. No sólo resulta descabellado porque Akira Toriyama es uno de los creadores más referenciales que existen(ahí están Lobezno, Terminator y las viejas películas de artes marciales hongkonesas, sean de la Shaw Brothers como las comedias setenteras de la Golden Harvest con Jackie Chan, condensados en un cocktail irresistible), sino que además está la conciencia de abandonar toda interpretación en fervor a la fidelidad. ¿Acaso cualquiera que valore en su justa medida Dragon Ball desea ver una película? ¿No es esa una lógica explotativa que nada tiene que ver con el verdadero juicio a la obra? Claro, hay una parte de la historia que nunca se comenta: ahora las criaturas deambulan en varias franquicias de videojuego, pero su fidelidad y calidad dejan al fan ausente de protestas. No seré yo quien despotrique contra el cell shading pero si con la pataleta de la infidelidad. ¡Ah, la infidelidad! No creo que echen mano de una apreciación de una obra kamikaze, compleja y llena de logros, sino de una transferencia meramente sentimental. Dejemos una cosa clara: cualquier adaptación que trabaja para el fan termina mal. O miente o se olvida de que está destinado a ser otra cosa. Y esto no tiene nada que ver con el respeto o amor profesado al punto de partida, que puede tener otros resultados. Ver a Justin CHatwin vestido de esta guisa me parece una idea excepcional, una conjugación casi sarcástica de sensibilidad pop (¡ay cuantas reuniones sociales agrupan ya a miles de disfrazados del saiyan más legendario!) y espíritu colorista. Si a Wong no se le olvida el sentido del humor y sabe rodar con garbo una buena ración de hostias podemos estar ante una obra tan divertida como la adaptación de Paul WS Anderson de Mortal Kombat o ante, sin ir más lejos, un DOA de poética de fotolog. Sin Toriyama pero para eso ya tienen el anime, señores.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

La quejas que suelen asomar ante el anuncio de una adaptación cinematográfica suelen ser una mera impostura fanática. Lo triste, lo irónico, está en que los autodenominados fans son la cabeza de playa de un evidente contraprogreso: usted ya deja caer que la adaptaciones concesivass suelen acabar mal. Lo más saludable es tirar por la vía de esa transferencia sentimental que usted menciona.

Por otro lado es parcialmente comprensible que el fandom se revuelva ante la idea del ultraje a su imaginería, pero ese tipo de ofensas suelen ser producto de un diseño de producción poco esmerado. Para qué negarlo, al final lo que suele señalarse con más ahínco es la infidelidad estética, no la conceptual.

Y eso que ha dicho de Paul W.S. Anderson me ha alegrado el día; a Pablito Wese me lo quiero un montón. Porque sabe cómo entretener a la grada.

Anónimo dijo...

Creo que desde el momento en el que se decide adaptar una obra al cine hay que renunciar a la completa fidelidad. Primero, por que no es factible, al tratarse el cine de un lenguaje completamente distinto al cómic, la literatura, o en este caso una serie. Segundo, porque la película es un producto independiente de la obra de la que parte y lo verdaderamente interesante es aportar una visión nueva.
No se trata de hacer una versión completamente distinta- aunque a veces esto es muy interesante- sino de no hacer concesiones fáciles que no contribuyan a enriquecer la historia.

sesi dijo...

No es imposible adaptar visualmente ciertas obras al celuloide, lo hemos visto en Sin City, un manual sobre como hacer-lo BIEN, pero eso no puede hacer-se extensivo a todo el cómic. Segun lo veo, Sin City no era más ke un regalo humilde de un cinesta hacia un dibujante, y ahí el cineasta no debe meter mano.

El problema de las adaptaciones es ke se suele ser egoísta en exceso, y se intenta abarcar demasiado (eso ocurre también, en cierta manera, en Sin City, y el ritmo sufre sus achaques). Desde el momento en ke el director pretendiera hacer su mano más visible en la adaptación, tendría ke tirar hacia la concresión. Habitar el mundo del cómic, sí, pero crear su historia. Creo ke este spin-off entre medios suele ser el más fructífero, y el ke da menos argumentos al fan destructivo. Yukito Kishiro huzo algo semejante con el proyecto GUNNM, en el ke, aparte del cómic, existen novelas, e incluso videojuegos, ke habitan el mismo mundo, pero cada uno contando lo ke pretende contar.

No hay ke olvidar ke al fin y al cabo los mismos filmes de animación de Dragon Ball son eso, spin-offs.

Anónimo dijo...

Por definicion, "fan con sentido del humor" es un oximoron.

Ryu_gon dijo...

Yo soy de los que opina que, si una cosa ya está bien, para qué ensuciarla? y es lo que pienso desde el primer día respecto a una factible adaptación de Dragon Ball.

Como ya ha comentado deyre, el lenguaje cinematográfico dista mucho del del cómic y me parece descabellado querer plasmar, aunque sólo sea la mínima esencia, a Toriyama en la gran pantalla. Me considero fan de Dragon Ball, ya lo sabes, pero no es fidelidad lo que esperaría precisamente de esta adaptación. Me conformaría con disfrutar de unos combates entre personajes lo menos cochambrosos posibles, capaces de hacerme sentir que existe un vínculo entre esa película y el manga que algunos tanto amamos. Pero mucho me temo que no será así.

Y por pedir...que Kame Sennin no sea un profesor de Educación Física, por favor.

Saludos

El Miope Muñoz dijo...

Gracias por los comentarios, señores!

Ryu, entiendo tu postura pero creo que es algo injusta respecto al producto per se. Me explico: en Norwegian Wood de Haruki Murakami hay un personaje que dice que el libro más reciente que ha leído es El Gran Gatsby. Teniendo en cuenta que han pasado muchos años (en la ficción estamos en los 70 y el libro es de los años 20)de la publicación el tipo sostiene que hasta pasado un tiempo no tenemos distancia. Y fíjate, en ese personaje está la clave. Por un lado, carecemos de la suficiente distancia para valorar la mayoria de productos que consumimos. Yo sólo estoy muy seguro de las películas de Hitchock y pocas más, porque el tiempo las ha favorecido. ¡En 10 años El jardinero fiel puede ser una buena película pero su estilo puede parecer o exagerado o adelantado, que sé yo! Hace relativamente poco que consumimos todos dragon ball, por lo que el juicio queda encriptado por una trasnferencia sentimental. Por otra parte al revisarlo uno o revive la nostalgia o cae en otros detalles, o ambas cosas.

De todas formas, te diré que estos detalles te molestarán en la medida que tu tengas intención de consumir (o desear) algo de la película. A mi no me podría haber molestado Spider-Man 3 si hubiera sido inteligente y hubiera pasado de verla. Claro que se profanan los mitos, pero es uno el que escoge verlo o sentirlo. Hay una posibilidad de fan de Dragon Ball que directamente dimita con la película porque considere a la serie la primera y la última palabra sobre ese material, y así todos contentos. ¿No es una contradicción exigirle a algo que no estamos obligados a ver? Pueden tentarnos, pero fíjate: Dragon Ball tiene a un director de orgullosa serie B y una campaña de perfil bajísimo. Puedes alegar Ryu que la película moverá a muchos fans, pero si de veras no quieres que se profane algo. Por ejemplo, yo soy especialmente fan de Daredevil y Elektra, concebidos por miller & romita y hasta en su versión Ultimate me gustaron, parecía un detalle tener a la ágil y robusta Jennifer Garner haciendo de la asesina a sueldo más sexy de los tebeos. Teniendo Kill Bill no sólo no necesito Elektra, sino que igualmente renuncio a la profanación: sería traumático. ¿No crees que esta exigencia no tiene validez alguna? ¿Qué verdadero fan se arriesgaría a qeu su obra fuera reinterpretada? Yo creo que ninguno. Otra cosa es que vivamos en un sistema bastante concreto y que Dragon Ball se haya convertido en un gran negocio, con esos videojuegos de éxito. No me pondré moralista, sería absurdo, pero los videojuegos proporcionan diversión a los fans. ¿Por qué abarcar la película? ¿Qué necesidad hay, no de hacerla, sino de verla?! En última instancia los medios de comunicación de masas son su público, si exiges algo es porque tienes intención de consumirlo, pero eso no es problema ni de James Wong ni de los artíficies de Dragonball, sea buen o mal film. Se trata de una cuestión puramente sentimental, pero no hay que mantener ninguna esencia porque ni Toriyama escribe el guión ni nadie está obligado a verla, por lo que cualquier queja es circunstancial. Otra cosa es que desaprovechen el potencial del material, pero ahí entramos en el postjuicio (o sea, después de ver el film) y para eso, parece ser, hay que estar libres de prejuicios y exigencias previas que , insisto, nadie está prometiendo. Y ni así mientras exista la libertad de no ver algo y tan ancho.

El Miope Muñoz dijo...

Quiero aclarar que hablo de libertad para no verlo porque si se supone (para mi lo es) que el material de partida es tan brillante ¿para qué seguir? Pero esto no tiene que incumbirnos en que, lógicamente, se hagan películas y hasta series no manga, y demás, porque el material está ahí para ser admirado, revisado durante años.

Más escandaloso es el caso de Insomnio, la película de Christopher Nolan, admirada pero sin que la original reciba un trato a la altura, porque entran otros factores en el juego: la distribución. Pero hasta eso es relativo existiendo Internet y el maravilloso P2P, o amazon y la importación.

El Miope Muñoz dijo...

Y me explico en esto de la fidelidad circunstancial, dando algunos ejemplos:
-Batman Returns (1992). ¿Fidelidad al tebeo? ¡Pero si es una película, y esta vez con la libertad gracias al éxito de la anterior, de Tim Burton! El malvado es Max Schreck, obvia colleja al nombre del actor que interpretaba a Nosferatu (en una época en que eso TENÍA gracia), y los freaks el resto. Indiscriminadamente. Bats, El Pingüino y Catwoman, salidos de Eduardo Manostijeras. Pero es una buena película.

-Hellboy (2004). Casi cualquier parecido con el tebeo es meramente circunstancial ,más allá del look de Perlman, Mignola dibujaba aventuras de acción nula y climática al cien por cien.

Y un ejemplo contrario para que vean:

-No Country For Old Men (20007).
Meritoria por saber trasladar a McCarthy no con fidelidad, que es absoluta, sino con criterio, sin perder ápice de personalidad y básicamente, rodando algo con un lenguaje cinematográfico poderoso. Y el mérito no está tanto en la fidelidad sino en conseguir trasladar una mirada , más allá de la literalidad, en la visualización e incorporarla a la heterogénea filmografía de sus autores.

Menos la de Guillermo Del Toro, todas son películas de autores más o menos identificables. De la no autoría de Del Toro hablé aquí
Insisto: el criterio de calidad debe permanecer a juicios de valor sentimental. Son comprensibles, y todos los tenemos, pero hay que ser conscientes de ellos.

Ryu_gon dijo...

Hombre, por supuesto que no estamos obligados a ver una película, a leer un libro o a probar el videojuego de moda, sólo faltaría eso. Pero cuando te dispones a hacer una adaptación, en este caso sobre Dragon Ball, debes asumir una responsabilidad y es, nos guste o no, la de llevar tatuado el nombre de una obra. En este marco, es imposible erradicar las críticas porque estás jugando con un producto cuyo modelo está ya constituido y es ampliamente aceptado por un grupo de personas que valoran las virtudes del producto original. Además, somos curiosos por naturaleza y el factor "morbo" nos empuja a observar qué se ha podido hacer con aquello que tanto veneramos.

Respecto a Batman, yo mismo te he visto criticar las entregas de Burton, sobre todo la primera, por no ceñirse a los cánones del cómic, que considerabas vitales para adaptar decentemente al superhéroe a la gran pantalla. Así que no es tan fácil valorar una adaptación cuando el contenido nos toca directamente la fibra.

Ante todo, repito, no soy partidario de esta adaptación de la obra de Toriyama y, menos aún, espero fidelidad alguna con el manga. Si que puedo exigir, en cambio (como fan y como no fan), que se haga una buena película y que, por encima de todo, no caiga en el ridículo más absoluto.

Habrá que ver material de verdad para juzgar como es debido.

El Miope Muñoz dijo...

Yo no creo que critique alguna entrega de Batman que sea la primera, en caso de que así fuera soy una persona que tiende a pensar mucho, por lo que acostumbro a cambiar de opinión, como dice el sabio, "coño, de eso se trata".

Bueno, respecto a la entrega que si critico de Batman es la primera y es básicamente porque el Joker mató a sus padres y eso, no es que no sea fiel al cómic, que también, sino que es rídiculo y ABSURDO. Estúpido. Si Batman mata al asesino de sus padres ¿Por qué coño sigue siendo un superhéroe? Es decir, lo que hace de eso una mala decisión no es su fidelidad al tebeo, sino que, fundamentalmente, es una decisión estúpida. Pasa lo mismo con Batman Begins y ya lo expliqué: si Bruce Wayne ve morir al asesino de sus padres (como pasa en la cinta de Nolan) y encima no ha sido él (la única diferencia entre la adaptación de Nolan y Burton) ¿no está superando su trauma? ¿Para qué seguir disfrazándose? Pues eso, el problema de Batman y Batman Begins es de guionistas que quieren darle sentido freudiano, y encima mal, a algo que Bob Kane siempre ha declarado pulp. Y es que por eso Bob Kane en su historieta original llevó a su personaje (el niño Wayne) a ver The Mark of The Zorro y luego vió morir a sus padres (lo que significa que nació Batman). No es que mataran a sus padres, es que acababa de ver en una película a un aristócrata salvando a los pobres y venciendo a los malos. Eso es puro pulp y ya que hacen una adaptación libérrima que hagan Batman Returns, no sandeces. A eso me refería y no a los cánones.

El Miope Muñoz dijo...

Fijate que Civil War, un ejemplo que conocemos ambos, no es nada fiel a la esencia de los superhéroes. Pero funciona por la maestría de Mark Millar. De todos modos tampoco creo que Wong vaya sentar un nuevo canon, y también hay que pensar que dragon ball gt, el anticristo para los fans, también supuso el verdadero testamento para Toriyama. Pienso en un post tuyo sobre Hideo Kojima al respecto. Con lo de la opinión me refería básicamente al hecho de que todos trazamos nuestra coherencia y nuestros sistemas de valoración propios. Con esto me remito a lo escrito sobre el puntillismo de fan mal entendido .

De todos modos volviendo a tu valoración sobre Kojima creo que también, siguiendo tu sistema de opinión no el mío, analizar la figura de Toriyama como una víctima de su éxito. Su parodia posterior y oficial de Dragon Ball con gatos con la que entraba en una fase aún más meteórica de su carrera no ha tenido distribución europea, puede porque sea un poco más díficil que el más célebre y a todas luces peor Dragon Fall. En todo caso Toriyama se dedica a diseñar videojuegos, ya sea personajes o juegos enteros (tú lo conoces mejor que yo: Blue Dragon) respetando una dinámica para conocedores que, de momento, no parece un ejemplo exacto de autoría, aunque el caso de Blue Dragon me parece llamativo.

En todo caso, mi reflexión es si esta película obtendrá tal éxito, propiciado por los fans, que en su secuela logrará armar un delirio mayor a base de presupuesto o por lo contrario el mismo fandom la condenará al ostracismo, con lo que se llama fracaso relativo. Ahí estaremos para reírnos, amigo. De todas formas Dragon Ball está siendo criticada en medida generosa: hay más y peores trekkies dispuestos a colgar la cabeza de JJ Abrams ¡sólo con leer el cast de Star Trek, la nueva serie! Y te puedo asegurar que los trekkies son una cosa que todavía sigue siendo viriósica, algo más minoritaria peero.... En cambio el target de Dragon Ball (la serie) es fácil de señalar: personas entre 15 y 30 años. El de la película me temo que será un público adolescente, a no ser que en el trailer se abogue a la nostalgia co ese descaro que tiene el de Indiana Jones, pero ah, ahí vuelven todos (Lucas, Spielberg, Ford) y fíjate que como amante de la perfección de la primera, me provoca muchos gruñidos esta cuarta, para que veas.

Y con esto me despido hasta mañana mismito, un saludaco.

Ryu_gon dijo...

Tienes razón en lo expuesto, pero tampoco hay que descontextualizar. Lo que hará Indiana Jones, tú lo sabes mejor que yo, es jugar con la nostalgia del consumidor y cogerse al clavo ardiendo de un Shia Labeouf llamado a robarle protagonismo a un Ford más dignod e geriátrico que de otra cosa.

Con Batman, pues primero deberíamos pensar por qué Bruce Wayne se disfraza de murciélago para limpiar Gotham en los cómics antes de cuestionar esta faceta en sus films. Pero aquí el entendido en el personaje de Bob Kane eres tú, así que sólo me limitaré a decir que, para mí, Batman y Batman returns funcionan como películas. Y esto es lo que espero precisamente de Dragon Ball, si es que espero algo. Únicamente, que si lleva este nombre por bandera, lo haga con todas sus consecuencias.