En este caso el humor circula entre la fantasía puramente pajera y la construcción paródica, con algunos spoofs de Patton o Braveheart. Son estos momentos los más innecesarios pero tampoco desentonan en la película que pretende describir con un humor peculiarísimo la ascensión social de Gil Harris en tipo duro, Dizzy Harris, mediante funk y finalmente explicar una suerte de redención social de todo el instituto, no el antiguo del que ha sido expulsado y humillado, sino del nuevo.
Así The New Guy antes que ser una una distorsionada comedia adolescente, como la que modeló a posteriori Jared Hess con Napoleon Dynamite, prefiere adoptar los códigos del western clásico (el hombre con un pasado turbulento que se redime en una nueva ciudad y une a una comunidad) para convertirlos en un delirante cocktail de pop punk y wah wah desenfadado que siente un amor puro por el gag y cierta poética redentora. La película escrita por David Kendall dice que esas comunidades atemorizadas del cine clásico son ahora institutos pero que la única amenaza son ellos mismos.
Funciona estupendamente la película cuando genera gags a partir de la cultura popular, de un modo muy peculiar porque los integra en su imaginario, no como distorsiones paródicas que sólo se notan en los citados spoofs. Illeana Douglas, antaño Lady del cine indie y novia de turno de Scorsese, es una madre hortera, delirante con una convicción estupenda. Lyle Lovett y Gene Simmons inteprretan roles alucinados (un progenitor desfasado y un reverendo, Vanilla Ice haciendo de dependiente de una tienda de discos adicto al placaje, Tommy Lee haciendo de sí mismo yendo a un concierto de Creed y todo ello sin olvidar a un enorme Eddie Griffin, los hermanos O'Connell o a un Tony Hawk sometiéndose a una impecable, en cierto sentido sutil y obligatoria autohumillación.
Sin embargo creo que hay un elemento discordante y no es otro que las chicas: las deliciosas Eliza Dushku y Zooey Deschanel. La primera interpreta a la chica bella y la segunda a la mejor amiga. La película insinua lateralmente un triángulo amoroso con el protagonista debatiéndose entre su compañera nerd o su renacido amor de chico duro. No es que uno hubiera preferido melodrama, pero algo más de heterodoxia no le hubiera venido mal a la subtrama amorosa, quedando el personaje de la irresistible Deschanel relegada a un gag final para evitar incomodidades narrativas. Pese a ello, The New Guy es una cinta tremendamente disfrutable, descacharrante y solidaria, que es tan capriana que incluso podría gustarle o empacharle a un Harvey Pekar furioso.
1 comentario:
Ostras. Jamás habría pensado que acabaría hablando de la mirada del látigo de Griffin con nadie más, pero, vaya: nunca se sabe. Te gustó más que a mí,por lo que dices, aunque he de decir que está por encima de la media del (sub)género, no me llegó tanto. Pero tiene sus gags, a qué dudarlo. Un saludo.
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