La película de Bryan Bertino se centra en unos asesinos impasibles, familiares y descaradamente corrientes, como si al cineasta no le bastara con reformular al asesino enmascarado del slasher mostrándolo respirar, con pequeños atisbos de calma y pitidos. El cineasta debuta con un par de momentos memorables, el primero de ellos parece sacado directamente de Halloween (esas máscaras femeninas a las que no haría ascos un infante Michael Myers) y el segundo es un asesinato que seguramente hubiera firmado encantado el DePalma de Dressed To Kill. También desciende la película de ese realismo documental, ideal para deformar los espacios reducidos del que partió La Matanza de Texas y esa situación inexplicable, casi amenazadoar con la que abrió fuego Cuando llama un Extraño.
Pese a notables parecidos con propuestas anteriores, The Strangers tiene voz propia, un mesuradísimo sentido del suspense, convirtiendo los efectos de sonido en parte de una banda sonora en la que cualquier oldie es propenso a ser canción de verdugo (elemento que nos lleva enseguida a Whatever Happened To Baby Jane), y un mínimo de planos memorables. También un final crudísimo, adornado por un pesado homenaje a Carrie como cierre, que no debe despistarnos sobre lo que aquí se trata: un retrato del Mal escalofriante y una de las pocas películas de terror contemporáneo que rechaza el susto fácil y apuesta por una mezcla calibradísima de gore y elipsis. Un descubrimiento notablísimo.
2 comentarios:
Sinceramente, hacía tiempo que no pasaba tanto miedo en una sala de cine. Desde prácticamente su inicio, Los extraños te coge y te ahoga en tu butaca para trasladarte a un infierno verosímil de terror y de angustia. Sólo por eso, ya vale la pena pagar por verla.
Empezaba a estar harto de los fantasmas melenudos gestados en el cine de terror asiático y, por suerte, parece que se está recuperando el terror crudo de los años 70.
Saludos
A mí me gustó, pero me sobró la explicación final de las motivaciones, no recuerdo si decían "because you've a home", o algo así. Hum... Hitchcock nos hubiera dejado con el desasosiego de la ignorancia. Saludos, maestro.
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