martes, octubre 27, 2009

Perdido en la nieve canadiense


Cosas que pasan, hoy he releído el Scott Pilgrim de Bryan Lee O'Malley, que siempre me ha parecido un tebeo flojeras, pero el autor sabe lo que hace, hasta un punto sorprendente, como por ejemplo en Smiling is something that other people do o su trabajo inicial Lost At Sea.

Redescubrir Scott Pilgrim es, también, asumir cierta parte de un legado generacional, que seguramente podría no s ertal, y demás. El protagonista tiene 23 años, su sitio, Canadá, es un lugar perfectamente aislado y juvenil, su gran vocación, una banda de rock, es una excusa para hacer comentarios genuinos sobre el funcionamiento de la cultura musica. También sus nada velados homenajes al Super Mario Bros son perfectos para un tebeo que es antes inmediatez juvenil, filtrada en una discutible y en el fondo coherentísima estética de manga devaluado, para sintetizar una vida que sigue hacia adelante y en la que el máximo objetivo son los finales boss. Es cuando O'Malley filtra los sueños con la vida del protagonista con más coraje cuando consigue algo único y propio, seguramente porque no se distancia de un modo de entenderlo todo casi canadiense. Josep Pla ha hablado de Joyce, en su estupendo diccionario de literatura, como el conocedor de la realidad inglesa e irlandesa: para Pla el Ulises es un realismo fantástico con todo lo que ello conlleva.

Lo mismo podríamos decir de Scott Pilgrim y será un placer releyendo, mientras seguimos el mapa referencial trazado por Henrique Lage.

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