(Los Angeles Confidential, 1997)
D.: Curtis Hanson.
G.: Brian Helgeland sobre la novela homónima de James Ellroy.
I.: Kevin Spacey, Russell Crowe, Guy Pearce, Kim Basinger, Danny DeVito, James Cromwell, David Strathairn, Amber Smith, Paul Guillfoyle, Ron Rifkin, Matt McCoy, Jim Metzler, Graham Beckel, Simon Baker.
Duración.: 138 minutos. Color.
BSO:
Johnny Mercer - Ac-cent-tchu-ate the positive.
James Ellroy es un escritor complejo del que solo he leído (y no por falta de ganas) su Seis de los grandes magnifico novelón acerca de lo acontecido entorno al caso JFK. Ellroy es un tipo tan duro como su propia vida.: en 1958 asesinaron a su madre, y desde entonces ha sido toda la basura de la que habla en sus escritos, fue alcohólico, pervertido sexual, y estuvo en la cárcel. Pronto encontró la redención en escribir lo que dicen que es la última gran novela negra americana, teniendo a la inevitable ciudad de Los Ángeles como un espacio vital tan peculiar como lo había sido para el mismísimo Raymond Chandler.
En 1997 se estrenó esta película y creo que el tiempo le ha hecho justicia sólo a medias. Eclipsada en su día por el vergonzante espectáculo de masas que hundió al titánico James Cameron, el film no obtuvo el que era su merecido triunfo en los Oscar, aunque visto hoy sus actores ya resultan plenamente consolidados y Russell Crowe ya tiene su Oscar. Pero aunque la crítica la ha apreciado, creo que ocupa un lugar muy representativo dentro del rico y variado neo noir que ha sido el verdadero género clave y maravilloso del mejor cine norteamericano de los años noventa y quien me quiera llevar la contraria, pues hablemos del cine que hacen Michael Mann, los Coen, Quentin Tarantino, John Dahl, y terminarán dándome la razón.
Sea como sea creo que esta película dentro de su respectivo contexto histórico puede ser una especie de lo que Chinatown fue para los setenta, aunque se valore más la cinta de Polanski, la película de Curtis Hanson gana por goleada porqué supera más allá de la evocación cuidadosa retro y es capaz de situar un ritmo trepidante pero sin perder ápice del buen clasicismo. Creo que la sobrevalorada cinta de Polanski confundía clasicismo con languidez y es por eso que ha envejecido tan mal, vista hoy la cinta de Hanson sigue intacta. Supera la evocación perfecta y milimétrica, para pasar al terreno de la brillantez cinematográfica, intrínseca, sin concesiones. No es que nos recuerde a , es que efectivamente lo estamos viendo.
Brian Helgeland fue otra de las revelaciones, como un grandísimo guionista que admitámoslo ha nacido para el noir (la anfetamínica y excesiva Man on Fire de Tony Scott funciona como el yang de este ying) pero no para dirigir. No puedo juzgar su labor de adaptación, pero si la labor de conferir a la historia una trama que se hace apasionante al instante, por el carisma irresistible y cinéfilo con el que se juega en todo momento. La elección de actores por estrellas, y la revelación de la hasta entonces decorativa Kim Basinger (y reconvertirla hábilmente en la más inteligente femme fatale) y la promesa (hoy deshecha y convertida en problemático y mal sucesor de Mickey Rourke) de Russell Crowe es otro favor, además de Guy Pearce, y la siempre elegante y sutil ambigüedad que tan bien consigue Kevin Spacey cuando se le da el rol.
Aunque hay dos elementos de L.A. Confidential que realmente me trastornan y ya me hacen caer rendido ante sus pies, no como a obra maestra pues no estamos ante una película realmente apabullante. La banda sonora: que Gerry Mulligan y Chet Baker suenen en los bares donde Bud White estira los huevos, me deja desarmado como cualquier amante del jazz más. Si encima tenemos el agradable y cool sonido de Johnny Mercer, o Dean Martin la cosa aumenta.
Y el final que no convertiré en un vulgar spoiler ya que deben disfrutarlo vosotros mismos. Desde que Rick Blaine se despidiera en Casablanca dejando marchar un vehículo (aéreo) se ha inaugurado el ciclo de despedidas donde el (anti)héroe debe afrontar inevitablemente solo (aunque acompañado en apariencia) su vida. El final de la película es redondo porqué sabe transmitirnos una sensación de desencanto sutil que pocas veces se puede percibir. La película que juega con el espectador con una inteligencia incuestionable, consigue que en cada visionado se aprecie más que se trata de un film muy complejo donde verdaderamente se compone el fresco sobre un lugar y un momento determinado. Y al final, de nuevo, pensamos que se ha hecho justicia. Y no; simplemente los antihéroes asumen su vida, escapando o adaptándose con cinismo al sistema. Y así continúan sus vidas, y el mundo sigue rodando. No valen siquiera romanticismos trasnochados para la película. Finales así tienen el mismo olor que el último cigarrillo de Philip Marlowe, y eso es mucho.
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3 comentarios:
Intente leer como sea La Dalia Negra, porque es un novelón. Antes de que la narrativa de Ellroy se sumiera en la narración ametralladora como en L.A. Confidential (que también me gusta, ojo), aquí demuestra una gran trasnparencia y claridad para lo más sórdido.
Sobre la peli de Hanson, pues sí, está bien y sobre todo tiene grandes actuaciones, aunque comprensiblemente aligere bastante la trama de la novela. No obstante, apruebo la adaptación.
Pero la de De Palma va a ser la leche.
Por cierto, autobombo bueno bonito barato:
http://mrtoldo.blogspot.com/2005/08/double-ellroy-dry.html
La sensación que me quedó al final de la película era de cierta decepción, posiblemente por la diferencia, y sí, la aligeración a la que hace mención el señor toldo, entre la novela y la película.
Independientemente de la obra escrita L.A. es una excelente película con excelentes interpretaciones, Russell Crowe, por supuesto (antes de que se le subiese la vena divo a la cabeza) y el mítico, por lo arriesgado de los paples que escoje, Guy Pearce (Priscilla, Ravenant, Memento...)
Por otra parte me parece discutible la presencia de Michael Mann entre lo mejor del cine estadounidense de los 90... ¿seguro que hablamos del mismo director?
:-)
Un saludo, Alvy
Reconozco que no soporto la narración ametralladora de Ellroy. Me canso, me lío, me confundo, me pierdo y acabo hasta los mismísimos. No va conmigo.
Si alguien me da una mínima credibilidad y os fiáis un poquito de mí, no os perdáis las novelas de Jim Thompson y James Hadley Chase. "1280 almas", del primero, y "El secuestro de Miss Blandish", del segundo, os producirán orgasmos si sois aficionados a la novela negra contundente, visceral, brutal.
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