Barrio Lejano (que comparte mucho con su obra El almanaque de mi padre, creada cuatro años antes pero que laa precede en su publicación española y no debe llevarnos al engaño) es un Norwegian Wood rural, íntimo o si lo prefieren, una versión pocha, pochísima de Regreso al Futuro. Un hombre de negocios japonés viaja en el tiempo pero lo hará para descubrir porqué su padre le abandonó. Aunque Taniguchi acusa un ritmo lentísimo, es capaz de generar dos interesantísimas sorpresas: los motivos del abandono paternal están en que, en términos metafísicos, podríamos decir que él no es el padre. Si biológicamente pero su autor explora el clásico tema del regreso tras la guerra, de la suplantación identitaria. Es imposible dejar atrás quien somos y el propio protagonista lo descubrirá.
Taniguchi no se priva de dejar algún gag sobre el viaje en el tiempo ni de mantener una interesante intriga con el hecho de que el protagonista puede cambiar el pasado, pero el problema no estriba en que no lo cambie (Barrio Lejano es una historia de motivos, no de posibilidades y el flashback dedicado al padre es magnífico) sino que asistamos a un forzadísimo happy ending, que debería dejar al menos una duda para la ambigüedad de su protagonista ya devuelto a su vida adulta.
Taniguchi no se priva de dejar algún gag sobre el viaje en el tiempo ni de mantener una interesante intriga con el hecho de que el protagonista puede cambiar el pasado, pero el problema no estriba en que no lo cambie (Barrio Lejano es una historia de motivos, no de posibilidades y el flashback dedicado al padre es magnífico) sino que asistamos a un forzadísimo happy ending, que debería dejar al menos una duda para la ambigüedad de su protagonista ya devuelto a su vida adulta.
2 comentarios:
Perdone, querido, no podía aguantar más: http://elgatillo.podomatic.com/entry/2007-11-07T20_15_08-08_00
Luego, si quiere, me regaña por no hablar del tema del post. Mis disculpas.
Cuentan las buenas lenguas que Ponent Mon lo traerá como invitado el año que viene al Salón del Manga de Barcelona. Si será verdad, ya veremos, pero sería todo un logro de la editorial.
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