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James Cameron promete dar mucha guerra con
Avatar y anuncia para un proyecto tan deliberadamente grandioso, un videojuego parejo en ambiciones: el
MMPORG. ¿Completará esta experiencia a su película? De momento el cine avanza hacia una convergencia mayor con los videojuegos, aunque el temor de que la cosa termine con la pereza de las novelizaciones, meras herramientas de merchandising, está también presente. Sin embargo los avances se producen. El tan celebrado
Cronojuego puso en circulación una fascinante historia de conspiraciones corporativas de raigambre dickiana que abría nuevas posibilidades a su película y no fue el único caso más o menos reseñable. Uno de ellos superó incluso a su película:
I am Legend Survival era, indudablemente, más interesante que la película
Soy Leyenda, ofrecía una curiosa recreación apocalíptica y narrativa de la idea original…desarrollada en Second Life. Su desenlace fue
feliz, pero sugería una serie de
historias paralelas protagonizadas por otros supervivientes que eran muchísimo más disfrutables a través del videojuego. También los felices juegos de la marca Lego proponen una revisión de mitos de la cultura pop (las dos franquicias estrella de LucasArts y el mítico Batman) que tiene mucho de conjugación, pese a que rechacen la continuidad narrativa o el complemento, para ser directamente una reevaluación hecha para los conocedores de las películas e incluso de los tebeos.
La pregunta sigue siendo la misma, sin discusión: en una era del blockbuster aburrido y digital, ¿Podrán las renovadas posibilidades narrativas de los videojuegos ampliar y recontextualizar las ficciones del futuro? La apuesta más clara sigue siendo la de los Wachowski que con Animatrix y Enter the Matrix se atrevieron a dar un doble salto sin red que debería haberse continuado y mejorado. ¿Se conseguirán, también, juegos y películas excelentes?
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