viernes, octubre 02, 2009

Lingua franca

Me van a permitir una pequeña reflexión: ¿Qué clase de lista que usa términos tan hiperbólicos y espectaculares (¡DEL MILENIO!) puede permitirse el lujo de no incluir ningún libro que no se haya traducido todavía al inglés? ¿Qué clase de intelectualidad puede esperarse de una cultura que traza cánones con sus escasas y nada ejemplares traducciones? Una muy escasa y localista y provinciana. Porque en la lista están algunos de los blogueros y críticos más interesantes, lo que dice de la alegre despreocupación de la crítica literaria norteamericana respecto a lo que ocurre fuera de allá. En fin, que uno se pregunta si las clases de castellano, francés y alemán son tan caras para despachar tan alegremente el resumen de lo publicado. Vamos, que si titulan el post "La mejor ficción del milenio editada en inglés dando por sentado que el resto es prescindible hasta que se traduzca al inglés" más tranquilos todos. En fin, que hay que recordar a Porta.:

¿El provincianismo? ¿Respecto de qué capital? Todos sabéis que la historia de las literaturas "innovative" norteamericanas, desde Gertrude Stein hasta los escritores avant-pop, es la historia de una elite cultural formada por los escasísimos escritores que hablaban una segunda lengua en un medio literario totalmente monolingüe; de los pocos que leían alguna traducción en un medio que no traduce casi nada; de los pocos que estaban al corriente de lo que pasaba en literaturas que no fueran la norteamericana, y bebían todo lo que podían de ellas. ¿Qué habría sido de los posmodernos norteamericanos de los sesenta sin Borges? ¿Qué es Walter Abish, sino un miembro más de la tradición oulipista europea? ¿Qué es la teoría posmoderna tal como la han inventado en Brown, en Berkeley y en Duke sino una "puesta en práctica" de la deconstrucción y la filosofía de la diferencia francesas? ¿Qué es "Estilos radicales" de Susan Sontag, sino la obra de una provinciana entusiasta que se llena la boca diciendo obviedades sobre Godard y Barthes en un medio en que esos nombres son desconocidos, y con un registro que no hubiera pasado un tribunal de tesina en Francia?

Un intelectual norteamericano es, por definición y con escasas excepciones, un Robin Hood que roba a los viejos ricos de la cultura europeos para dárselo a los pobres de espíritu yanquis

3 comentarios:

Manolo Arana dijo...

ay, estos americanitos con el complejo de inferioridad. na más que saben hacer cosas grandes (edificios, libros, burritos...), para olvidar que su cultura es un pequeño apéndice de la nuestra.

yo ya paso de sulfurarme...



(muy interesante tu blog, alvy. un abrazo)

Javier Moreno dijo...

Provincianismo el suyo por sufrir y escandalizarse por esas cosas. Provincianismo seguir promoviendo el discurso antiyanqui como si fuera novedoso o de alguna manera revolucionario. Nada de eso hay. El párrafo de Porta intenta cazar una pelea donde no hay ni siquiera intentos de confrontación. Que yo sepa los autores norteamericanos jamás reniegan de sus influencias extranjeras. Todos adoran a Borges. Una buena manada idolatra —todavía— a GGM. Y también hay gran respeto por los alemanes y por los rusos y por los franceses. Lo que vale la pena. Los autores norteamericanos son, por lo general, mucho más cultos y abiertos a influencias que sus pares de otros lugares. Lo mismo se puede decir de los lectores norteamericanos serios. Los de The Millions proponen una lista basada en las cosas que a bien leen pero también les interesa que sus lectores las puedan leer. Sé, porque he intercambiado correos con verios de ellos, que algunos de los panelistas leen en español y/o francés con soltura. Sé que algunos leen en alemán. ¿Qué importa? El medio es en inglés y le da prioridad a libros con traducción disponible a ese idioma. No le veo nada de malo ni de conspiratorio ni de provinciano. Es lo normal. Intente publicar una reseña en un medio hispano "consolidado" de un libro que no ha sido traducido al español y verá qué le pasa.

Más provincianismo, en ese caso, el de los españoles que se incomodan y aprietan las piernas y rechinan los dientes cuando leen literatura en español no peninsular.

Es fácil ver la paja en el ojo ajeno.

El Miope Muñoz dijo...

Es verdad, Javier. Vicente Luis Mora y Jorge Carrión pasan de la literatura en español no peninsular. Ahí, a tope.