miércoles, noviembre 14, 2007

Comentario de Eloy Fernández Porta en el fallecido bló de Vicente Luis Mora en bitacoraspuntocom convertido en post estelar (homenaje a Joseph Lai)

Vuelve la guest star favorita del blog, en un formato diferente y en un pionero sistema que propone un homenaje inteligente a los logros artísticos de Tomas Tang o Joseph Lai, vía alegoría blogoesférica. And now the news:

Eloy-as-españolazo-del-bombo
Sería interesante que la definición literaria-intencional de posmodernismo ("yo soy escritor posmoderno porque quiero") se complementara con una visión más social-pragmática. Tal como yo lo veo, uno es posmoderno no porque haya leído un artículo de Derrida o el último número de Neo2, sino porque vive en un medio en que sus deseos y aspiraciones han sido acelerados a la velocidad del consumo, en que los criterios de legitimación y valor que solíamos llamar "modernos" han sido sustituidos por otros creados por los mass media, en que la geografía está más determinada por las coporaciones que por los Estados-Nación, en que se está sometido a políticas de control y legislaciones que difícilmente pueden seguir llamándose modernas (i.e., ya que hablamos de ciencia: la posibilidad legal de patentar seres humanos (microbios modificados genéticamente) viene a cuestionar la distinción moderna entre "vida natural" y "producto comercial"). Todo esto es, hasta donde yo puedo ver, una realidad envolvente, que no es paranoia de Derrida sino que existe. Respecto de esta realidad la literatura puede asumir críticamente la condición de la época (posmodernismo "bueno": Thomas Pynchon) o puede soslayarla por medio de un simulacro de crítica (posmodernismo "banalizado": el último Juan José Millás).

Así pues, ¿qué nos impide hablar de un posmodernismo literario español con todas las letras, como se habla del alemán, del surafricano o del mexicano? ¿Nuestra peculiar Historia? No hay ningún país que haya hecho una "correcta transición" desde la Modernidad hasta la Posmodernidad; Alemania, por ejemplo, pasó del totalitarismo imperialista a las ruinas, de ahí al desarrollo capitalista y de ahí a la posmodernidad, todo en poco más de veinte años -y nadie cuestiona la existencia de un posmodernismo alemán, como tampoco se cuestiona que un autor surafricano como Coetzee sea un fenómeno posmoderno. ¿El provincianismo? ¿Respecto de qué capital? Todos sabéis que la historia de las literaturas "innovative" norteamericanas, desde Gertrude Stein hasta los escritores avant-pop, es la historia de una elite cultural formada por los escasísimos escritores que hablaban una segunda lengua en un medio literario totalmente monolingüe; de los pocos que leían alguna traducción en un medio que no traduce casi nada; de los pocos que estaban al corriente de lo que pasaba en literaturas que no fueran la norteamericana, y bebían todo lo que podían de ellas. ¿Qué habría sido de los posmodernos norteamericanos de los sesenta sin Borges? ¿Qué es Walter Abish, sino un miembro más de la tradición oulipista europea? ¿Qué es la teoría posmoderna tal como la han inventado en Brown, en Berkeley y en Duke sino una "puesta en práctica" de la deconstrucción y la filosofía de la diferencia francesas? ¿Qué es "Estilos radicales" de Susan Sontag, sino la obra de una provinciana entusiasta que se llena la boca diciendo obviedades sobre Godard y Barthes en un medio en que esos nombres son desconocidos, y con un registro que no hubiera pasado un tribunal de tesina en Francia?

Un intelectual norteamericano es, por definición y con escasas excepciones, un Robin Hood que roba a los viejos ricos de la cultura europeos para dárselo a los pobres de espíritu yanquis. A mí me cae bien Robin Hood, pero, po favó sus lo pido: basta ya de complejo de inferioridad hispano respecto de la "capitalidad cultural nortemericana". La entrevista con Agustín que acabo de leer, y que aquí ha publicado un buen fanzine electrónico, tiene un nivel al que NINGUNO de los estudiantes de letras de Boston College y UPenn a los que doy clase cada año llega ni de lejos. Y este blog también. La posmodernidad no se entiende peor desde Zaragoza que desde Indiana; más bien al contrario: el nativo de Indiana sólo conoce una cultura pop (la suya), mientras que el de Zaragoza conoce lo mismo que el de Indiana más una segunda cultura pop -española- que es, entre otras cosas, una instancia de crítica y deconstrucción del pop oficial norteamericano. Hala, ya lo he dicho. ¡Contento me tenéis, que tengo que salir a defender el orgullo apañol desde Barsalona!

3 comentarios:

Pedro Incio dijo...

Ozí, pos tamén na Coruña somos posmodernos e leemos a Ladrillard.
pincio.blogspot.com
PI

Raul Sensato dijo...

Le he fusilado un extracto de la selección en No Recomendable. Desde el respeto y la admiración.

Anónimo dijo...

Hola Alvy. Uso este medio de comunicación porque no tengo tu correo electrónico. He escrito un relato con tu nombre. Está en http://eldiadespuesdelmundo.wordpress.com/. Es un blog muy tempranero, pero dado que he utilizado tu nombre y no otro, pensé que deberías saberlo.

Besos

Miguel Espigado