miércoles, diciembre 24, 2008

Sin Perdón

La Jolie, nasía para simbolisá

Changeling (2008, Clint Eastwood)

James Ellroy escribe a gran velocidad la historia secreta y corrupta de Los Ángeles emulando el estilo sensacionalista de los tabloides, a los que consagra la escritura oculta de una verdad. Ellroy es una víctima temprana de un crimen nunca resuelto y este eco está en sus novelas, sin embargo, al lector no le resulta interesante este dato biográfico, más allá de cómo el escritor consigue crear un universo moral y cerrado cuya relación con la realidad no es estricta, ni tan siquiera neceseria, aunque intuye al escritor atormentado de evidentes problemas juveniles. Es de agradecer que Ellroy fuera crítico con la gestión del caso Rodney King y mostrara su preocupación por el sistema, por su funcionamiento. Pero cuando la cuestiona, a través de las novelas, no está haciendo labores eficientes, está escribiendo, esencialmente, historias de obsesión, tal y como él admite.

Clint Eastwood ha tomado un caso real y ha creído pertinente ejecutar su denuncia. Donde el periodismo es arriesgado y tiene que tratar con los hechos, ahí viene Eastwood con sus melodías de piano compuestas por su retoño y una Angelina Jolie pidiendo a gritos un Oscar. Y ahí viene la crítica, tan gustosa a los canónicos, a la que le gustan muchas cosas, de acuerdo, pero ninguna más que el Canon y preservar el Clasicismo "a prueba de bombas" y reafirmarse en el Cine, en el tradicional y conservador que nada tienen que ver con su contexto y su forma de planificarlo. El clasicismo es ideología resistente, es conservadurismo latente, y bien que se presta Eastwood a ello. Pero esta película trata asuntos reales: secuestros de niños, corrupción policial, injusticias varias. El periodismo debe reportar los hechos, debe demostrarlos y debe hacer una crónica ajustada, en pos de la verdad. El arte se debe a otro tipo de verdad, a una que nada tiene que ver con la realidad, sino con con la libertad del artista y su capacidad para superar las convenciones.

Eastwood rueda una película desagradable y feísta, sin glamour como dicen los críticos del Variety. Fea de cojones, con sus hospitales de manicomio y sus malvados en la penumbra, como siempre, cortesía de Tom Stern, acentuando esos claroscuros que algún crítico que dejó Rilke a destiempo llama morales, pero que se revelan demasiado monocrómicos cuando Eastwood se sueña clásico y demasiado poco variados en los espacios cerrados, siempre buscando los tonos negros y oscuros. Pero lo cierto es que la historia de Eastwood es el reverso oscuro de una película tan impasible como Capote: donde el cineasta tenía un asunto peliagudo entre manos, la creación de una obra maestra de la manipulación ficticia del periodismo, sacaba una reflexión del todo incómoda sobre el artista y el declive de Capote, sobre su pacto peligroso con el Diablo, sobre su interés y manipulación de la verdad. Eastwood rueda una historia llena de agujeros, sin suspense, aburrida y peligrosamente telefílmica,c omo casi todo el grueso de filmografía desde los años noventa, época donde los Canonistas se alzan y el sistema le asimila.

Uno de los planos más pueriles de Mystic River mostraba al asesino de los niños con las sombras y en un plano de detalle de sus piernas bajando por la escalera, el niño atrapado entre sombras, siendo "arrebatado". Muchos ven sencillez en esa metáfora manipuladora e irreal. Yo veo incoherencia con el tono que acontece a la película, que se pretende seca y dura y no duda en usar una puesta en escena vergonzosamente atmosférica, sin conocer el uso de la elipsis. Aquí tenemos a Angelina Jolie en la cama, pidiendo perdón al niño, estando angustiada incluso antes de que ocurra el secuestro, siendo amiga natural de sus compañeras de sanatorio, sonriendo impasible ante el hundimiento del policía corrupto (la única trama interesante) y poniéndose matona ante el presunto asesino de su hijo. Mirando a cámara y diciendo "tengo esperanza".

Puede que los guardianes del Clasicismo y el obsceno público de hoy en día encuentren en este irresponsable cóctel que mezcla géneros, tratando con la realidad presuntamente, algo intenso y grandioso. Puede que el uso hollywoodiense de la grua, la sombra del hacha de película de terror les parezcan bien, todo sea por el clasicismo ese y el cine. A mi no. No disfruto ante una película que banaliza el dolor de los niños (¡Sólo quería volver a casa! dice el superviviente) y exagera y pervierte los hechos, que carece de enseñanza moral y que filma una secuencia de ahorcamiento para seguirla de la confirmación de que su hijo fue, además, todo un héroe. No se habla de que la guerrar de Collins contra Jones no terminó ahí. ¡Ah! ¡Pero qué pasa con la realidad! Que acostumbra a ser borrosa y la ficción necesita respuestas dramáticas, un guión sólido, que todo encaje. No gustan los hechos borrosos y qué mejor forma que la de cortar la narración. Como en Cinderella Man, que Ron Howard asume que el boxeador contrincante sólo puede ser malvado, los hechos sobran al creador de ficción, más aún cuando es alguien tan bruto, tosco y efectista como Eastwood. Los créditos llegan y el público quiere emoción, quiere esperanza. Howard, no es casualidad, produce esta película.

Todo lo que cuenta Eastwood en un artículo periodístico, tan educativo y didáctico como el cineasta se pretende. 141 minutos necesita este presunto maestro para ejecutar tan aparatosa y poco ajustada recreación de Madre Coraje.

Las ficciones basadas en hechos reales se interrumpen y solucionan el resto de la verdad con cartelitos, algo típico y esperable en los telefilms. Tan sólo Zodiac, cinta que reconstruye lo desconcertante, supo salir viva de ese asunto, tal vez por la alta estima. Cine irresponsable con la captura de niños a la que reduce a cuatro clichés de cine de terror (representaciones abstractas del imaginario, del miedo, nunca crónicas verídicas incluso cuando lo pretenden), tosco, falto de fuerza o maestría narrativa, carente de interpretaciones personales, ausente de cualquier atisbo de suspense verdadero y en general de cualquier tipo de delicadeza para dibujar a los personajes. O sea, cine para canonistas y para los Oscar, si acaso alguan vez nunca dejaron de ir de la mano.

26 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola.

Sin haberla visto, es una lástima para tu par de retinas que hayas resuelto colocar "puta basura" como parte del seguimiento de esta reseña. Sin haberla visto, me temo algo malo, y no me lo esperaba. A lo mejor repunta con Gran Torino, puede que no, o que nunca ya más.

Mystic River no me emocionó, Y con Million Dollar Baby me sentí muy decepcionado por atornillar sin (para mí)conseguir levantarse de la lona. El Eastwood que más me interesa de los últimos años es el que todavía está en proceso de transformación hacia icono clásico, la selección de largometrajes ya es algo personal, claro. Ahí, y lo relaciono con el intercambio que mantuviste con Jordi en su blog, veo más verdad y más pulso que en las más recientes.

Hay algo que sin embargo no acabo de entender muy bien. El clasicismo o su defensa es algo opcional, no un carácter estéril y caducado, incapaz de ninguna transferencia emocional o de suscitar reflexiones intelectuales. Sabes bien que también hay defensores de un cine más "moderno", o que se reclaman parte del mismo, y es algo igualmente loable o criticable. Es otro código. Si, como Eloy Fernández Porta afirma en Odio Barcelona, el odio es una retórica, el problema del "clasicismo" no es serlo, sino sus exégetas, que rechazan otros códigos ajenos, con una concepción excluyente de las enormes posibilidades que tiene el medio audiovisual. Sin perdón? Pues qué lástima que sea así, vaya. Un saludo y hasta otra. M. Xmas (why not)

Anónimo dijo...

Excelente post, Alvy, y totalmente de acuerdo contigo. Lo triste de esta peli es que ya había sido elevada a los altares antes siquiera de verse, como corresponde a todo Clásico Imperecedero e Intemporal.

Y luego resulta que bien mirada, de clasicista la peli no tiene nada, en todo caso es manierista, algo muy diferente.

Felices Fiestas!

Anónimo dijo...

clasicista o manierista.Una buena diferencia la que apunta Diego. La verdad, espero que no sea tan tramposa como dices,pero no lo parece en absoluto.un saludo y hasta otra

Kelzor dijo...

Mal, Alvy, muy mal. No estoy de acuerdo para nada.

Creo que intentar adivinar este film como retrato periodístico o sobrio es equivocarse de pleno. Eastwood es un atmosférico clásico, si "Sin Perdón" era crudeza estilizada, si "Million Dollar Baby" era folletín aterciopelado, "El intercambio" es una pelicula de terror con sus monstruos, sus víctimas, sus claroscuros facilmente contrastados y su scream queen (o cry queen en este caso),lo que diferencia a Eastwood de Howard es que Eastwood deja caer la colilla del cigarro del policia indiferente, atento a la morbosidad de la confesión infantil, Eastwood deja que veamos al niño pelear por seguir cavando cuando ya vemos asomar los huesos infantiles, Eastwood cuenta y hace que cuenten los escalones al cadalso. "El intercambio" es una pelicula de terror para madres que lidia la obsesión, no es un drama maniqueo más, Eastwood marca la diferencia entre un film profundamente sangrante lejos de cualquier reconocimiento académico, prueba de ello es el vacío que en muchos premios se le está dando porque es una pelicula profundamente molesta. No negaré que el eterno error de Eastwood es dejarse embelesar por guiones profundamente simplistas, pero es que su talento está en ponerlos en escena de una forma muy radical, y eso está muy, pero muy lejos del telefilm. Es obscenidad desde el corazón del cine clásico, y es algo tan extinto que hay que revindicar ahora, antes de que se nos adelanten los tiempos. Pedir veracidad o delicadeza es creer que Eastwood es un documentalista, y no un cuentacuentos profundamente arraigado en el american gothic.

Alberto Abuín dijo...

Sólo una corrección a tan interesante texto: el retoño de Eastwood no compone la banda sonora.

El Miope Muñoz dijo...

Henrique, no es una película de terror. Es una cry movie. Los momentos de terror aparecen con el mismo maniqueísmo y carecen de la, si, profundidad que se le daba a Mystic River. No es una película de terror porque ¿sino como se busca el respeto a los hechos? Es incoherente porque si se hubiera Eastwood atrevido a hacerla de horror el final (SI, EL FINAL) no sería cuarenta minutos de esperanza.

CUARENTA. PUTOS. MINUTOS. DE ESPERANZA. Ajusticiamiento, ahorcamiento (¿está haciendo Eastwood una versión vulgar de la poética sympathy for lady vengeance que sabía cuando distinguir entre sobriedad [la "clase" de la vengadora] y poesía)no aportan nada, todo es de una satisfacción altamente banal (¡¿naturalista?! JAJAJAJAAAJAJ con EL TIO CANTANDO SILENT NIGHT Y TODO). Si Changeling fuera lo que usted dice duraría cuarenta minutos menos, no tendría a reverendos, detectives interrogando y demás gente honesta contraponiéndose de la malvada.

El cine de terror, incluso el que renació con McNaughton, es abstracto. Eastwood sigue una línea documental ¿hace falta citar su estructura episódica también escrupulosa con el orden de los acontecimientos?

El Miope Muñoz dijo...

Red: graciá, ahora lo modifico.

sesi dijo...

Ahí sí que no puedo quedar impasible, maestro. Le he permitido cosas parecidas, pero ahí podíamos llegar.

Me pareció un manual sobre como hacer BIEN Un Corazón Invencible (curiosamente también protagonizada por Jolie). No defenderé que se trate de una obra maestra (sobradamente es sabido que no lo es), pero es un ejercicio marca de la casa del señor Clint, que inspecciona más allà de el material que le es dado, que no termina cuando esperas que termine, que traspasa géneros por momentos y que, partiendo de algo concreto, llega a mucho más. Clint es tosco como actor y como interlocutor, pero sutil como cineasta.

Pero esa, como siempre, es mi opinión. Veo que no la comparte, pero lo de "puta basura"... Cuando le vea le atizo! (lo justo)

Kelzor dijo...

¿documental? ¿sobriedad? ¿naturalista? ¿de verdad cree que Clint busca eso? ¿a estas alturas?

La comparación con "lady Vengeance" del todo incorrecta: la de Chan-wook no era ni poética ni sobria, era un batiburrillo excesivo, más preocupada por el onirisimo que por narrar.

La gente honesta se contrapone a la malvada y... el resultado NO ES BUENO. el horror aqui viene no por la policia corrupta si no por como esa corrupción provoca, indirectamente, la muerte de varios inocentes y destroza a tantas familias. Ganarán por lo legal, pero por lo moral, se encuentran en la misma situación que proponen series como "The wire" o "The Shield" o incluso la citada "Zodiac": el sistema no es El Mal, pero los errores del sistema permiten al Mal hacerse fuerte.

Como he leído por ahí, es una pelicula sobre el papel secundario de la mujer y los niños en una sociedad patriarcal. La Jolie se tiene que guardar todo dentro y hacer el papel de madre sufridora porque la sociedad no le permite ni tan siquiera buscar venganza, nótese el momento liberador en el que insulta al médico y las consecuencias de esto.

¿Esperanza? Ni mucho menos. Es una mujer que lo ha perdido todo y se niega a admitirlo. Una mujer sola, indefensa y profundamente dañada, condenada a las sombras para siempre. Digame que eso no es HORROR PURO.

¿Mistic Ryver profunda? ¡¿QUÉ?!

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Alvy, y es una lástima en este caso.

Lo único que me gustó de la película es el personaje del pretendiente de Jolie, que esta tratado de una manera muy sutil y pudorosa.Es lo que más se acerca a ese toque de poesía que cabe esperar de Eastwood.

Esta en baja forma el maestro, las 2 pelis sobre la 2ª Guerra Mundial, ya eran unos soberanos ladrillos, en mi opinión.

El Miope Muñoz dijo...

Na, Henrique, na: ¿el niño siendo un héroe? ¿el asesino cantando villancicos? ¿The Wire, The Shield y Zodiac en ese lado? NO ME JODA.

¿Una sociedad patriarcal? Qu-qué!????????? Henrique, no se de que me habla. Me habla de los años 20, pero la ficción, y eso lo sabía Nabokov en su curso de literatura europea, no es un puto libro de historia. Para eso estan, justamente, los documentales. De todos modos, si esa es la tesis de Eastwood no funciona. Las mujeres lloran, a lo sumo empujan. El policía captura a los asesinos. Es una representación personal, única.

En todo caso su idea de la indefensión es, como mínimo, curiosa: ¿indefensa una mujer ayudada por los media (Malkovich) y un súper-abogado que defiende gratuitamente su caso? ¿Indefensa una mujer a la que un policía, forzado a callarse, no cede al sistema y captura al asesino de su hijo? Será que yo tenía otra idea de la indefensión.

Josep dijo...

Sinceramente, calificarlo de "puta basura" me parece un exceso.

Tampoco me parece que esas alusiones al "clasicismo" tan peyorativas sean de recibo, porque ¿qué es el clasicismo? ¿Ford?¿Hitchcock?¿Hawks?

Cada maestro tiene su librillo y la forma de narrar de Eastwood en esta película no me parece mala: lo que es malo es que se queda sólo en la forma; la apariencia formal es buena, en mi opinión, pero la historia que cuenta no alcanza a emocionarnos, quizá por las diferentes vías abiertas (el pederasta parece una simple excusa) y por la falta de profundidad en los personajes.

Tampoco la señorita Jolie ayuda mucho, que digamos, aunque todo apunta a que le van a dar el Oscar. Pero eso ya es otra historia.

A mí tampoco me gustó mucho, como ya dejé escrito, pero me parece que no merece denigrarla de esa forma.

Seguramente, si el guión hubiera sido escrito por alguien con más ideas, capaz de otorgar al relato más fuerza, ese clasicismo hbiera sido pertinente para la trama; en el supuesto entendido que clasicismo, como lo ejerce o intenta ejercer Eastwood, viene a representar entender el cine como una ventana abierta donde el espectador se asoma para contemplar una historia. Lo malo, en este caso, es que el guión flojea y los intérpretes tampoco ayudan demasiado.

Y me parece contradictorio abogar por la libertad del arte (en este caso, el cine) y trufar la acerada crítica con llamadas a artículos periodísticos que sí deben responder a la realidad.

Lo malo de esta película es que, con tantas historias abiertas y mal cerradas, uno no sabe si versa sobre la historia de la mujer injustamente vejada o sobre la corrupción de una policía apuntada a medias, porque la desigual lucha queda también en un apunte. No hay emoción que contagie al espectador, y eso es lo peor.

Saludos.

El Miope Muñoz dijo...

El clasicismo es un invento de la crítica y el de Eastwood, hombre que aprende de los no muy clásicos Siegel y Leone, pues más. Ahí es donde ironice: en el supuesto de que el claiscismo sea un modo de rodar producto lateral del talento del director y de los medios de una época, que eso suponga una marca ideológica. Algo así como "si escribes imitando a Dickens, escribes mejor que si lo haces imitando a Pynchon". De ahí mi sarcasmo. ¿Logos antiguos de la Universal le dan a Eastwood clasicismo? Nope.

¿Puta basura un tag polémico? Es un tag dónde es fácil de agrupar al mainstream perezoso, vacío y sin ideas, y Changeling lo es. Clamo por la libertad del arte, la misma libertad con la que señalo que una breve biografía periodística en clave maniqueísta (fue un símbolo, asegura la articulista, algo que no haría una buena periodista) es algo que cuesta menos esfuerzo que 141 minutos. Me limito a señalar que la fuente real siempre genera unas dudas, unas fronteras invisibles que la ficción casa con soluciones dramáticas.

El inicial BASADO EN UNA HISTORIA VERDADERA no es que deje mi tesis de lado ¿eh? En todo caso, muy de acuerdo con lo resto que expone Josep.

Kelzor dijo...

El brutal asesino de niños canta un villancinco antes de morir. Si eso no es transgresión, que baje Buñuel y lo vea.

Le hablo de los años 20 porque es donde tiene lugar la historia. Eastwood ha elegido contarla así, porque no neguemos que el guión no da para más (atención: proyecto de la agenda de Ron Howard, es decir, peligro químico), pero Eastwood es listo y sabe que aqui el texto no importa, lo que importa es como lo desarrolla él, y él lo hace dando hostias de un lado a otro.

Y sí, una mujer ayudada por los media... porque sola no puede hacer nada. El reverendo, el super-abogado, el policia son HOMBRES. Piénselo. A ella solo le queda quedarse en casa y llorar, porque eso es lo que deben hacer las mujeres de esa época, nada de buscar a su hijo o protestar si no quieres que te tomen por loca.

El clasicismo en Eastwood es fachada, como bien dice, sus maestros son adelantados a su tiempo que aún hoy no están del todo bien asimilados, Eastwood igual, utiliza la fotografía y el diseño de producción bonito para hablar de corrupción, indefensión, niños muertos, niños asesinos y asesinos por los que sientes pena. No me diga que esta pelicula no tiene ideas, porque la colilla del policía, el plano cenital del desenterramiento o el cambio de color en los labios de la Jolie son la prueba palpable de que detrás hay un director, un planificador, un montador y un fotógrafo con un mimo inusual. Poco mainstream hay en una pelicula que tiene su climax a la mitad de la cinta y deja el resto para el prólogo, para continuar con el sufrimiento de una madre.

Tirar por tierra esta pelicula porque está basada en una historia real o porque su guión sea maniqueo ¿no lo eran Million Dollar Baby y Mistic Ryver?

Ryu_gon dijo...

En mi opinión ese es el problema, que de tan maniqueo el film termina cayendo en una profunda exageración dramática que se aleja de toda la realidad supuesta. Yo tampoco calificaría la película de "puta basura", aunque Alvy es tan libre de hacerlo como lo son los que la tildan de "Obra Maestra".

Henrique, desde cuando es interesante que un film presente el clímax 40 minutos antes del final? si la película tiene que aportar algo novedoso o que sea relevante me parece perfecto, pero para redundar en el drama lo encuentro totalmente innecesario, teniendo en cuenta que la película dura 140 minutos.

Y a Jolie espero que no le den el Oscar, porque tanto lloriqueo no sirve para camuflar una actuación más que cuestionable en según qué momentos.

Kelzor dijo...

No es interesante de por sí que el climax ocurra a mitad de pelicula, ojo, lo interesante es el porqué se elige así, porqué continua el relato. Y el relato continua porque no termina ahí, porque lo que se quiere contar no es que un niño desaparece y luego está en una fosa o que no creen a una mujer... esa no es la historia, es la Jolie enfrentandose al puto vacío que será su vida a partir de ese momento. Y claro que redunda en el drama, por favor, ¡es un drama!. Estamos a un paso de decir que las comedias malas son las que nos hacen reir DEMASIADO.

Otra pelicula con el climax a la mitad, de reciente hornada: "No es país para viejos". Claro que esa tampoco iba sobre un maletín con dinero...

Y me dicen por ahí que "Australia" tambien tiene su corazón al centro, pero esa ya me da pereza ir a verla, asi que no lo pienso comprobar por mi mismo.

El Miope Muñoz dijo...

Un drama que ralla en la parodia en infinitud de momentos: el contraplano del gordito jefe de la Jolie cuando recupera el hijo (que sugiere más un polvo que la alegría que pretende Eastwood al dibujarle como un bondadoso pretendiente), la cara de alegría posInocencia Interrumpida de la Jolie al agradecerle a su amiga su salvación (que, eh, en los manicomios te dejan darte paseítos por las otras habitaciones y te echan de las habitaciones en plan "no puedes estar aquí"), ¿transgresión un asesino que canta villancicos? No veo donde está lo rompedor.

En algo le doy la razón: es american gothic. Lo que pasa es que Flores en el Ático también tiene raíces en el American Gothic. Y esto es más o menos lo mismo.

¿Mystic River maniquea? Es una novela de Dennis Lehane bastante bien captada por Helgeland, o sea, puro cine negro, sin más. La idea de Mystic River (tanto película como novela) es la de la edad adulta como algo terrorífico. Es la historia de tres adultos que no saben serlo. O la de lo que significa ser adulto. Ninguno de sus tres personajes es un adulto en condiciones y parece que la solución es volver a las esencias (de ahí lo que muchos maniqueos) de los bandos. Penn vs. Bacon, recuerden la escena final.

Kelzor dijo...

Ah, que el maniqueismo en Mystic River es intencionado y lo dejamos pasar y en Changeling es mainstream rancio...

Se me queda usted en detalles que son de empatía, es la clásica crítica del cine de terror: "pues a mi no me ha dado miedo". No ha empatizado con la historia (no le culpo, el guión es un sindios)y carga contra Eastwood cuando el viejo cumple de sobra y su labor (la realización, la tridimensionalidad del texto) es impoluta.

Ya he dicho por ahí que, temáticamente, no puede haber historia que me atraiga menos, Eastwood hace que ma trague con patatas porque puedo ver un distanciamiento del manido academicismo de primer plano, foco y estrella llorando.

Termino la discusión porque no la vamos a llevar a ningún lado, creo que esta divergencia tiene que ver más con nuestras especialidades correspondientes que por el resultado de la pelicula en sí, y me temo que aquí es irreconciliable y vamos acabar encerrados en un bucle.

Anónimo dijo...

(Repito comentario por si lo tragó el viento en los cables)

Hola de nuevo Alvy. No es un tag polémico, sólo es una muestra de lo que es para ti, de ahí mi sorpresa, porque -fiándome bastante de tus opiniones- no esperaba que resultara tan mala. Esperaba que fuera irregular, esos seguro, pero no una P.B. Conste que aún he de ir a verla, y que estoy hablando del corolario de tu reseña.

Muy de acuerdo con lo que dice Josep “Seguramente, si el guión hubiera sido escrito por alguien con más ideas, capaz de otorgar al relato más fuerza, ese clasicismo hbiera sido pertinente para la trama; en el supuesto entendido que clasicismo, como lo ejerce o intenta ejercer Eastwood, viene a representar entender el cine como una ventana abierta donde el espectador se asoma para contemplar una historia. Lo malo, en este caso, es que el guión flojea y los intérpretes tampoco ayudan demasiado.”


Las alusiones a la objetividad “periodística”no van nada desencaminadas, pero si estamos hablando de un estilo pretransgénico, adquirido a partir de la liofilización de los despojos de Siegel o Leone, será imposible pedirle "sobriedad". La imitación continua produce relatos a la manera casi clásica como los de Brodkey (¿te gustó Esa salvaje oscuridad?), estirpes involuntarias y falsos herederos, de los que ya has hablado en ocasiones.

Puede que lo que me extrañe a veces es leer bajo una perspectiva mucho menos crítica otros largos que son igualmente cuestionables bajo los mismos supuestos. Tan indefendibles como son mis gustos, veo Wanted como un (también) perezoso mainstream clasicista, con voluntad manierista de estilo, que aventaja varios cuerpos a The Changeling por renunciar a unos límites abrazando otras fronteras, pero creo que no me funciona.

Tu frase me ha recordado la de Bresson, cuando dice que el cine sonoro ha inventado el silencio. El cine de terror, incluso el que renació con McNaughton, es abstracto. El thriller, incluso el que renació con (¿Hill?), es abstracto. El cine de comedia, incluso el que renació con (¿Landis?), es abstracto. El cine abstracto, incluso el que renació con Ki Duk, ¿es emocional?

Gracias por tu rincón, que no deja de sorprender, entre otras cosas, por el entusiasmo que recalca Sergi. Un saludo y hasta otra.

PS: No sabía que conocieras a Jorge Riera, si lo ves, enviále saludos de mi parte.

El Miope Muñoz dijo...

No, No. Decir que la película no propone ningún tipo de evocación (moral, política) sostenible no es quedarse en la empatía. Poco importa que la película me conmueva o no (puedo tener un mal día) sino lo que la misma pretende, cuenta y sugiere en muchos niveles en los que no hace comentario. Es fácil hablar de explicitud, pero Eastwood es cineasta parco y se queda en sus habituales momentos de mitomanía (cortesía de Stracczzzzynski) "iremos a ver películas de Tom Mix". Rallar en la parodia es decir que en su presunta historia, que debe cargar las tintas, no hay delicadeza alguna. ¿El plano/silueta de Jolie tocando la camita de su retoño también es poco Hollywoodiense?

Eastwood no puede salvar de la quema la historia. Le da un ritmo lento, no crea suspense y se limita a ser desagradable. Hay momentos interesantes, como el retrato del trabajo de ella, primero desde un lento travelling a través de las mujeres y luego buscando los pies de la patinadora Jolie. Ahí Eastwood, fíjese, con dos de sus típicas tomas-no-muy-largas consigue describir de un retazo una situación, una mujer y una perspectiva.

Los planos interesantes (esa obsesión, protodocumental y distanciada, de colocar nuestra mirad dentro del coche cuando los policías) dejan de serlo por repetición o por estar apretujadas por el guión. Changeling, igual que Million Dollar Baby con la metáfora final, busca la redención en un par de planos, algo que su guión comprime y cohibe. En Changeling queda más marcado por el hecho de que tenga una forma tan vulgar de hablar del sufrimiento (y tan efecista). Eastwood no sobrevive a Stracynski y sino vea el cocktail que ha hecho. No veo que debamos cerrar la discusión, sino ampliarla hacia otros horizontes, Henrique. Es un placer discutir con usted. ¿Qué me dice de esas letras que sobreexplican un final que ya hemos entendido? Decisiones todavía más arbitrarias.

Carlos Maiques: Gracias por sus comentarios, siempre conciliadores Feliz navidad y mandaré saludos!En cuanto al clasicismo creo que, honestamente, es una etapa del cine, pero que cualquier obra lo delimita o lo supera o lo acota. Lo clásico se entiende para hablar de como se rodaban las películas antaños, las técnicas, los géneros, los tipos de montaje, etc.

Considerarlo opción ideológica es, en mi opinión, un error. No quiero decir que haya que matar a los clásicos o que haya que enterrarlos, sino que releerlos para considerar la tradición: la primera versión de Jekyll & Hyde de Mamoulian es infinitamente mejor que la de Fleming, no en relación con Stevenson (todas saldrían perdiendo, en ese caso), sino en términos puramente cinematográficos.

Eastwood para la crítica es un instrumento ideológico, también para el sistema que no ha dudado en llamarlo "el último clásico", entendiendo clásico como ese bastión "impenetrable" de cosas más o menos feas.

Para mi Wanted funciona. O funcionó. Un estilista, también ahogado por sus historias, como Berkambetov encuentra una forma de reducir su cine a esencia pura: imágenes y secuencias progresivamente alucinogenas. No tiene la valentía de Shoot'em'up (que no temía enfrentarse a la esencia, desnuda y a la vez sofisticadísima), pero si muchos momentos irrepetibles e inconcebibles de cualquier otro modo.

Anónimo dijo...

"Para mi Wanted funciona. O funcionó. Un estilista, también ahogado por sus historias, como Berkambetov encuentra una forma de reducir su cine a esencia pura: imágenes y secuencias progresivamente alucinogenas."

Para mí esto es muy apropiado desde cualquier punto de vista, pues lo alucinatorio y alucinógeno tiene todas las capas temporales que deseemos ver, desde Anger y Russell a Lynch o Assayas. Como concepto es tan elástico como peligroso, pero es cuando voluntariamente se acota a una fuerza cuando más se acerca a lo etílico por destilación. Y cuando más coinciden en el mismo comportamiento y compromiso con el material previo a la construcción del andamiaje fílmico Eastwood o Berkmabetov. La esencia es como la melange, pliega espacios de comprensión. Y es algo demasiado personal.

No tiene la valentía de Shoot'em'up (que no temía enfrentarse a la esencia, desnuda y a la vez sofisticadísima), pero si muchos momentos irrepetibles e inconcebibles de cualquier otro modo."

Sin olvidar, que cada época -y eso pasando de generaciones- define sus antepasados, asociándose o bien oponiéndose a ellos. Para llegar, por ejemplo, al término afterpop, antes hubo que destronar al primer nombre de su antecesor, el neo dadá de la era Black Mountain. Clásico define para muchos esencia, y no es extraño que aparezca cuando se comenta a Carpenter, Chris Cunningham o la literatura posmoderna de Robert Coover o Coetzee, por amarrarnos a la "c". Es una imagen de un modo de hacer pretérito, que fluctúa según quien lo elige.

Me gustaría poder continuar con el concepto de abstracción, de destilación que aprecias en tantas películas (de maneras muy distintas), pero ya me salgo del intercambio que toca. Gracias y hasta otra.

Kelzor dijo...

"no crea suspense y se limita a ser desagradable"

Y por eso se distancia de un Howard cualquiera, que intentaría hacer suspense y fracasaría.

Me atrevo a decir que esta es la pelicula con opciones a Oscar que más se acerca a Rob Zombie, y quedarme tan ancho. Es como "Los renegados" desde el punto de vista de la madre de una de las victimas.

PD: He estado viendo ahora un momentito la escena del desenterramiento. El niño mira hacia arriba un momento antes de sacar el pie de la tierra... y luego viene el plano cenital. Es una forma brillantísima de meter FANTASMAS en una pelicula no fantástica, no había visto una sugerencia fantasmagórica tan bien planificada desde el final de "El reportero" de Antonioni.

El Miope Muñoz dijo...

Comparar a Zombie, siquiera con las perspectivas, con Eastwood me parece casi innecesario en esta película. Zombie juega en una liga distinta: la de aproximarse al monstruo.

Henrique, el momento que recuerdo con más claridad de Changeling es el momento "regla" con el flashback del hachazo, absolutamente delirante.

No subestimo que el primero, T-Rex mediante, no recuerde lo grande que era The Gauntlet y Frazzetosos todos.

Kelzor dijo...

Si el regla-hachazo le parece de melodrama mainstream, ya me dirá que clase de melodramas mainstream ve usted... ¿Munich y su polvo-metralleta?

¿Ve como no vamos a ningún lado por este camino?. Dejémoslo aquí...

El Miope Muñoz dijo...

El problema está en definir a un personaje, un chaval de catorce años "arrepentido", con traumas más propios de B-Movie (Escalofrío) que de película con intenciones más o menos serias. como la que pretende Eastwood. Es rematadamente risible ese recurso y no aporta ninguna dimensión al personaje para definirle afectado.

sesi dijo...

Estooooooooo... a mí me gustó (sí, creo haberlo expresado con las palabras justas XD). Aunque interesante debate.

Solo comentar ya que ha salido por ahí Sympathy for Lady Vengeance que con el cine de Chan-Wook siempre tengo la sensación de que se usan los personajes como ratas de laboratorio ante situaciones planteadas por el director de forma deliberada, te das cuenta de ello, te alienas y te vuelves insensible (virtuosismo técnico aparte). Eso no ocurre en El Intercambio o en Million Dollar Baby (que para mí ambas guardan gran parecido en estructura e incluso, fuera del celuloide, en la manera de promocionar el film). En el cine de Clint todas las reflexiones aparecen sutilmente en la trama y en los planos. En cuanto a la actuación de Jolie, apuesto a que si viéramos a una actriz desconocida haciendo exáctamente el mismo papel no nos chirriaría nada, pero al ser quién es somos malos y pensamos que lo hace todo por el oscar (y me incluyo en esos pensamientos impuros). Y le aplaudo el largo metraje post-clímax a modo de hacernos ver que el tema centtral del film no era un ajuste de cuentas, y que el clímax del personaje de Jolie no llegará nunca. Y que todo esto venga camuflado por el aroma a clasicismo lo hace más interesante.

PD: A ver si debatimos esto en clave de bar, Alvy.;)