"Las grandes añagazas sólo se comprenden muy tarde, cuando al no quedar tiempo para las enmiendas, el espíritu comprende que muchos errores que no podrán ser corregidos constituirán el sudario de unos cuantos aciertos; con cuánta frecuencia el arte une a su elegida a la mujer que hablará por su boca, para quedarse a solas con él rumiando un lenguaje privado"
Juan Benet,
Otoño en Madrid hacia 1950
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