viernes, diciembre 06, 2013


"Todos vamos perdiendo: diciendo adiós con la mano, o dándonos un besito en la punta de los dedos, da igual, de la manera que sea, todos perdemos algo, nos despedimos de algo que se va encogiendo, alejando, desapareciendo. La vida se reduce a perder, perdemos a la madre, al padre, perdemos el pelo, la belleza, los dientes, los amigos, los amantes, la buena forma, la razón, la vida. No hacemos más que perder, perder, perder. Nos va quedando cada vez menos vida. Es demasiado dura, demasiado difícil. No valemos para vivir. No sé si resistiríamos otras cosas. Pero la vida no. A ver quién se lleva la vida de nuestros estantes. Que nos la quiten de encima. Es jodidamente difícil, y no valemos para vivirla."

Martin Amis, Dinero. Traducción de Enrique Murillo.

viernes, noviembre 29, 2013


De casi nada hay registro, los pensamientos y movimientos fugaces, los planes y los deseos, la duda secreta, las ensoñaciones, la crueldad y el insulto, las palabras dichas y oídas y luego negadas o malentendidas o tergiversadas, las promesas hechas y no tenidas en cuenta, ni siquiera por aquellos a quienes se hicieron, todo se olvida o prescribe, cuanto se hace a solas y no se anota y también casi todo lo que no es solitario sino en compañía, cuán poco va quedando de cada individuo, de qué poco hay constancia, y de ese poco que queda tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan sólo una mínima parte, y durante poco tiempo, la memoria individual no se transmite ni interesa al que la recibe, que forja y tiene la suya propia. 

Javier Marías, Mañana en la batalla piensa en mi.

martes, noviembre 26, 2013


No me pareció del todo mal que los católicos se impusiesen la castidad prematrimonial, con los ojos cerrados el novio podía seguir el viaje de la sangre desde el corazón hasta los órganos periféricos, lamiendo las paredes de las venas, y anticipar el desnudo al que, después de abrirse paso entre masas de pavor y de emoción, podría picotear la noche entera iluminados por una luna empapada en miel.


Gonzalo Torné, Divorcio en el aire.

martes, noviembre 12, 2013

Trazar un camino


Permitirán ustedes algo de publicidad. Y la consabida invitación al crowdfunding. Hay una buena razón para ello, claro está. Kahagak (Camino) es un documental que se propone lanzar una mirada sobre un colectivo invisibilizado: la comunidad indígena qom. Hay evidencias más que sobradas de que su exterminio está sucediendo ahora mismo. La labor de cualquier gran interesado en la no-ficción es relatar los hechos y hacerlos visibles. Creo que esto es lo que vienen haciendo sus responsables, Elena Macián, Pierluigi Secci y Julieta Caruso.

Y creo que merece la pena apoyarlos por eso mismo. No solamente apelo a la sensación de buena causa, pues eso es difícilmente algo más que un lugar común. Se trata, también, de un grupo nutrido de mujeres y hombre capaces para montar, componer y dirigir de modos escasamente tópicos y sin dependencia en los clichés. Hay, pues, una razón también estética por la cual este documental es importante.

Tienen aquí un fragmento estupendo para que puedan comprobar la encomiable labor hecha hasta el momento. Además hay una bitácora abierta que incluye más documentación y detalles del rodaje.

Y, por supuesto, las colaboraciones, quedan solamente unos días para el final de la campaña, serán agradecidas, necesarias y, sobre todas las cosas, útiles. 

domingo, agosto 25, 2013


-No me vengas con esas sutilezas ahora, Gato. Yo me casé con una escritora inminente cargada de seguridad en sí misma y a la que le sentaba de miedo el uniforme de enfermera y no quiero renunciar a ninguna de tus dos cualidades. Deja que me encargue yo. Voy a estudiar a fondo qué pasa con nuestros muebles, la disposición y los colores han encontrado la manera de bloquear las corrientes creativas y es evidente que necesitas más luz y levantarte antes de las doce, voy a comprar un despertador de verdad, el móvil emiten ondas que se pegan al encéfalo, basura negativa, la mielina reducida a gachas, tampoco te iría mal un trabajo de cuatro horas, van a salirte telarañas si sigues ahí metida, traduciendo o corrigiendo o lo que sea.  Y nada de desayunar a las doce, ya vale de tanto café, en cuanto despiertes te exprimirás un buen zumo de naranja, lo haría yo mismo pero al jugo se le van las vitaminas si lo dejan unos minutos en contacto con el oxígeno. En una semana podemos tener listo el nuevo paisaje, el cambio interior se llevará más esfuerzo. Te presionas demasiado. Quieres escribir un libro, ¿verdad? Pues empieza de una maldita vez, no puede ser tan complicado. Si incluso los periodistas y las zorras de la televisión y la mayor parte de su surtido de guardaespaldas mariquitas cobran derechos de autor. Ya basta de tantas exigencias. Si esperas a que te salgan las palabras de la boca bien limadas y organizadas en frases pulidas se nos hará de noche a los dos. ¿Sabes?, no es agradable para mí ver que pasan los días y que sigues en la misma página buscando una formulación definitiva, incontestable. Total ¿para qué? Esa gente a la que admiras...parece que escribas para ellos, para gustarles, pero están muertos, y que yo sepa la literatura se escribe para los vivos y no para los muertos, y entre los vivos...la verdad Gato es que Proust no está entre los intereses más  extendidos, fuera del Loop no conozco a nadie que haya terminado un libro suyo. Vas a tirarte tres años más de tu vida, en el supuesto de que encuentres la primera frase redonda de la que se desenreden las demás, para que te paguen mil euros y te lean setecientas personas. Cambia de modelo, adáptalo a tu época, los vivos de hoy tenemos prisa, no vas a mantener su atención, hay demasiados estímulos, las películas tampoco duran tres horas y cuarto como las que me llevabas a ver en Londres ni se ven en un reclinatorio, menos las que intenta rodar tu amiga Irina, a quien, dicho sea de paso, nunca he tenido por una persona normal. Los tíos que tú admiras se pasaban años escribiendo esos mamotretos porque confiaban que alguien les esperaba al otro lado de las librerías. Te aseguro que donde deberían estar los justos y pacientes lectores no se ve a nadie, los ciudadanos están absorbidos por sus pantallitas, agrupados en torno a sus blogs, regurgitando pedazos de seleccionados de vida personal, contando los chistes de otro, satisfechos de su público de siete, mendigando un enlace....La literatura del futuro ha de ser rápida, simpática, intensa, porque la gente ahora hace con su ocio lo que le da la gana, salen a la calle, se acuestan con quien quieren, en cuanto les das una oportunidad votan a Hamas; y les gusta leer novelas amables y con una historia dentro, agradecen cuando la médula del libro en el que se han gastado veinte euros rezuma de sentido común. Fíjate en Martí Gironell. Qué bien me cae ese Marti Gironell, me lo llevaría a casa y lo tendría sentado en el salón dando el parte de nuestras conversaciones con el mismo estilo sabroso que usa para comentar las noticias. Es sencillo, directo, franco, inocente: ahí tienes los ladrillos de tu carrera futura, y qué olfato para detectar dónde se esconde una buena trama. Combina bien. Imagínate, un puente y un puñado de judíos. Qué intuición, si partes de ahí las páginas se desenvuelven solas. Arréglate para meter una pareja de judíos en esas páginas, Gato, no me negarás que cuando se trata de libros los judíos son imbatibles.

Gonzalo Torné, Hilos de sangre.

miércoles, agosto 21, 2013


“You know what people who go to nude beaches look like?”

“Tell me.”

“People who shouldn’t go to nude beaches.”

“Is Chili Palmer joining the tour?’

“I wasn’t told”

“Ask Nick for me.”

About a minute went by. Now he heard Nick saying, “Tell him if he goes near Chili Palmer I’ll see that he suffers excruciating pain and will never fucking walk again in his life.”

And, then Robin’s voice: “Nick said to tell you that if you go near Chili Palmer he’ll have your legs broken.”

“Why couldn’t he say it like that?”

“He reads, but the wrong books.”

Elmore Leonard, Be Cool.

miércoles, julio 10, 2013


Y allí estaba yo. Y ellas me vieron y yo las vi. ¿Y qué fue lo que vi? Ojeras. Labios partidos. pómulos brillantes. Una paciencia que no me pareció resignación cristiana. Una paciencia como venida de otras latitudes. Una paciencia que no era chilena aunque aquellas mujeres fueran chilenas. una paciencia que no se había gestado en nuestro país ni en América y que ni siquiera era una paciencia europea, ni asiática ni africana (aunque estas dos últimas culturas me son prácticamente desconocidas). Una paciencia venida del espacio exterior. Y esa paciencia a punto estuvo de colmar mi paciencia. Y sus palabras, sus murmullos, se extendieron por el campo, por los árboles, movidos por el viento, por los hierbajos movidos por el viento, por los frutos de la tierra movidos por el viento. Y yo cada vez me sentía más impaciente, pues en la casa principal me esperaban y tal vez alguien, Farewell u otro, se estaría preguntando por las razones de mi ya prolongada ausencia.

Roberto Bolaño, Nocturno de Chile.

sábado, julio 06, 2013

"Fathering imposed an obligation that was more than your money, your body, or your time, a presence neither physical nor measurable by clocks: open-ended, eternal, and invisible, like the commitment of gravity to the stars"

Michael Chabon, Telegraph Avenue

domingo, junio 30, 2013


Nosotras, si lo piensas bien, crecimos en una atmósfera bien distinta. Entramos en esas aulas de Hermanos, de Padres, de Maristas y Salesianos y Marianistas como una invasión alienígena, un perfume femenino capaz de reanimar líneas evolutivas en franco deterioro; los chicos sensibles que solían atravesar la adolescencia perseguidos a campo abierto o encerrados en los servicios de sus colegios para varones, que eran carne de vejación hasta que podían incorporarse a iviendas civiles, se aliaron con nosotras. Cómo nos gustaba su expresión soñadora, la velocidad de sus complejos cerebros, lo que podían hacerte con las palabras. La inteligencia era el nuevo sexy. No te rías, Clara, no estoy improvisando, es un asunto en el que he pensado a fondo.

La versión inocente es que los chicos podían jugar con muñecas y nosotras a la guerra. La perversa era que ya no podíamos dejarnos tratar por nuestros amigos/novios como criaturas delicadas, había que arremangarse, abandonar el claustro hogareño (frustrar intensas pulsiones organizativas y decorativas que descendían por los ríos generaciones en el barquito de los genes) y se competitivas en el territorio masculino conocido como ámbito laboral. ¿Y ellos? Bueno, les bastaba con escenificar un par de pasos en dirección a la igualdad suprema. Lo nuestro costaba, lo suyo se lo aplaudíamos enseguida. Ellos daban caridad, mientras que nosotras estábamos obligadas a ser efectivas en sitios tan distintos como el comedor, entre sábanas, la oficina, la calle (primera ley de la termodinámica femenina: si descuidas el físico ingresas en la muerte social) y la maternidad. Dulces, fuertes, comprensivas, efectivas, todo más o menos al mismo tiempo. A ellos les decían que a cambio de la limpieza superficial del baño el peso de los ingresos ya no recaería sobre sus hombros, a nosotras se nos arrojaba a la cara un acertijo que no tiene respuesta, que afectaba a las fibras íntimas de la organización existencial. Te concedo que hay miles de tías mezquinas, bobas y perezosas ¡pero ellos no son mucho mejores!, y es a nosotras a quienes se nos invita a la épica de los nervios crespos, a la década dorada del ansiolítico.

Gonzalo Torné, Las parejas de los demás
El anarquismo aparece de forma recurrente. ¿Cree que hoy han muerto las ideologías?
No, para nada. Están en descomposición los cuerpos de ideas de los programas políticos derrotados, sí, pero una mente no puede abrirse paso con ayuda de su experiencia, hay que recurrir a las ideas, de manera que nos movemos dentro de cuerpos de expectativas, de deseos y relatos no examinados que no reconocemos como "ideología" porque están vivos, activos, y pegadas a nosotros. Hay que tener cuidado con eso, creo que una cabeza sana debería ser capaz de mantenerse a una distancia prudencial de estas ideologías tenues, si no aparecen esos fanáticos a los que les va la vida en sus convicciones y con los que apenas se puede dialogar, y yo los veo a diario, en la política, en los medios, en las asociaciones, en los foros, en las empresas y en la calle.

(Gonzalo Torné, en esta entrevista)

martes, junio 25, 2013


La lectura del crítico no debe ser una lectura imparcial o neutra, sino tan radicalmente personal y parcial que ponga en evidencia y transparente los materiales culturales, biográficos e ideológicos sobre los que se asienta lo personal, el hardware y el software de su personalidad lectora. Como ciudadano común que es, tendrá sus propios intereses y prejuicios, pero como crítico está obligado, primero, a conocerlos, y, segundo, a controlarlos. Si por motivos que sean esos intereses intervienen en su proceso de lectura sin ser reconocidos como tal, su lectura será fraudulenta. Toda lectura es una lectura interesada, pero en la del crítico sus intereses propios - ideológicos, literarios, autodescriptivos, profesionales, crematísticos, a los que, al meos en principio, ni tiene ni debe puede renunciar, tendrán que estar integrados en el interior del mecanismo de lectura, sin que sirva como escape pretender su ocultamiento bajo el manto de una previa declaración expresa que pretenda así neutralizarlos en su proceso de lectura.

La lectura del crítico está obligada a ser honesta, pero no desde un punto de vista moral - cada uno es libre de escoger el infierno que prefiera -, sino desde el punto de vista que la propia operación de leer exige a quien va a interferir sobre la lectura que una comunidad va a haer de sí misma. Se trata en consecuencia de una honestidad intelectual y de una honestidad política. La crítica exige ese mínimo nivel de honestidad. Por debajo sólo hay publicidad o adulación.

Constantino Bértolo, La cena de los notables.
"I was continuing to shrink, to become... what? The infinitesimal? What  was I? Still a human being? Or was I the man of the future? If there  were other bursts of radiation, other clouds drifting across seas and
continents, would other beings follow me into this vast new world? So  close - the infinitesimal and the infinite. But suddenly, I knew they  were really the two ends of the same concept. The unbelievably small and
the unbelievably vast eventually meet - like the closing of a gigantic circle. I looked up, as if somehow I would grasp the heavens. The  universe, worlds beyond number, God's silver tapestry spread across the
night. And in that moment, I knew the answer to the riddle of the  infinite. I had thought in terms of man's own limited dimension. I had  presumed upon nature. That existence begins and ends in man's
conception, not nature's. And I felt my body dwindling, melting,  becoming nothing. My fears melted away. And in their place came  acceptance. All this vast majesty of creation, it had to mean something.
And then I meant something, too. Yes, smaller than the smallest, I meant something, too. To God, there is no zero. I still exist"

Richard Matheson, The Incredible Shrinking Man

domingo, junio 23, 2013


"No le voy a pedir que me diga lo que tantas me he dicho a mí misma y no habría tenido que decírmelo si hubiera conocido un solo instante de reposo. No aspiraba a otra cosa porque de todo lo demás, incluida la fidelidad, me creía ya curada. Pero el cuerpo que envejece sin haber recibido la confirmación de la gloria juvenil mira con aprensión y zozobra un futuro cercenado por la esterilidad, un ánimo en decadencia que ni siquiera se atreve a reconocer con honradez y aflicción la suma de sus males sólo porque una memoria desoediente y procaz gusta de recrearse con otra edad engañosa. Hubiera sido mejor silenciarla, reducirla a lo que es; porque la memoria - ahora lo veo tan claro - es casi siempre la venganza de lo que no fue - aquello que fue se graba en el cuerpo en una sustancia a donde no llegan nuestras luces. Quizá me equivoque, pero ahora me parece tan evidente...sólo lo que no pudo ser es mantenido en el nivel del recuerdo - y en registros indelebles - para constituir esa columna del debe con que el alma quiera contrapesar el haber del cuerpo. Así que la memoria nunca me trae recuerdos; es más bien todo lo contrario, la violencia contable del olvido. No tengo intención de decirle hasta dónde llegaron mis quebrantos, ni cuanto se secó la fuente de la fidelidad, ni en qué lecho, entre qué sábanas terminaron mis abrazos y los anhelos, qué clase de ilusiones dieron fin a mis esperanzas - porque una fortuna concluye siempre con un papel de prestamista o una carta de pago, ay, no en el desenfreno de una despedida. No sé si he vuelto o he venido por primera vez a comprobar la naturaleza de una ficción, pero en tal caso, ¿qué curación cabe esperar si mi propia vanidad me impide hacerme cargo de mis propias creencias, si mi amor propio - de acuerdo con la confesión - manda sobre mi voluntad? Entonces me dije: mírate por dentro ¿qué guardas en el fondo de tu más íntimo reducto? Ni es amor, ni es esperanza, ni es - siquiera - desencanto. Pero si aplicas con antención el oído observarás que en el fondo de tu alma se escucha un leve e inquietante zumbido  hecho de la misma naturaleza que el silencio -; y es que está pidiendo una justificación, se ha conformado con lo que ahora es y sólo exige que le expliques ahora por qué eso es así.

Juan Benet, Volverás a Región.

sábado, junio 22, 2013


Concedo , por consiguiente, que el divorcio se asemeja a ese acto de buena administración gracias al cual se trata de poner fin a ese semptierno "estado de cosas que no puede durar", ese conjunto de tragas legales y sociales que te tiene maniatada y entristecida, que te está haciendo perder muy buenas oportunidades (como esa mercancía dipositada en un puerto franco y que a falta de un papel de la aduana nadie se atreve a adquirir, incluso a un precio ventajoso) y está transformando tu capacidad de futurición en aceptación de pretérito, tu capacidad de culpa en conformidad y humillación, tu sentido de la responsabilidad en esa frivolidad que justifica todas sus licencias con la falta de libertad; y tu edad de vergüenza en un falso descoco - que tú eres la primera en aborrecer - disimulado bajo el amplio manto de las instituciones sociales de carácter estable. Concedo que con tu divorcio podrás asumir una verdad responsabilidad de la que, en el mmento actual, cobijada bajo la ley de fuerza que otros te imponen, te puedes zafar con cierta facilidad con sólo atender las oligaciones maternales y contractuales (y eso te lleva a ti poco trabajo y apenas te produce quebraderos de cabeza) propias de tu estado. Concedo que tras el divorcio esas obligaciones cobrarán su verdadera dimensión y todo su valor; que el cuidado, la educación y el cariño de tus hijos, que el respeto, el aprecio y una cierta fidelidad para con tu marido, los celarás y conservarás a costa de momento de libertad y no, como hasta ahora, para cumplir una obligación o llenar el vacío de las largas horas de un cautivierio ocioso e inútil. Concedo que tras la liberación que te ha de procurar el divorcio podrás ser una persona con capacidad de autodeterminación - como ahora se dice - en lugar de esa otra, no dueña de sí misma, que vive bajo la férula de otro; y que sólo a partir de esa decisión tus actos tendrán un sentido propio y una significación cabal, como todos aquellos nacidos en un ámbito de libertad. Concedo todo eso a regañadientes porque sólo me lo creo a medias; porque ya no te concedo (y ardo en deseos de decirlos) es que una vez divorciada vas a ser más capaz de cumplir tu futuro que lo eres ahora. Por ahí si que no paso.

En primer lugar porque el cumplimiento del futuro exige una coincidencia que muy rara vez se da: la que ha de existir entre el programa y su realización. Se puede examinar esta pequeña cuestión con un enfoque combinatorio; así, pues, por el hecho de divorciarte (como por otro hecho cualquiera) tu situación cambi y a la vista de eso pues:
-conservar el mismo que tenías cuando caada para sólo mejorar la posibilidades de llevarlo a cabo, o bien
-cambiar el programa y los recursos para alcanzar una meta distinta - y por una vía distinta - a la que informó tu vida de casada.

A poco que recapacites sobre ello te percatarás de que las tres modalidades se reducen a la última, siendo que el programa para el futuro y los recursos para llevarlo a efecto son cosas que están íntima e indisolublemente ligadas ligadas a toda persona sensata. A poco que cambie uno se alteran los otros. Y si al decir de la gente enterada tanto el programa como sus posibilidades de ejecución cambian cada día ¿qué cabe decir de ese día en que tomas una decisión dictada por la necesidad de cambiarlos? Tú esperas que tu vida a partir de ahora tome un sesgo diferente, que tu futuro se va a ir separando uniformemente de aquel que abrigabas con anterioridad; tu meta ya es distinta, tus pasos distintos y del hecho de que se separaron los antiguos - en la convicción de que los han de mejorar - es de donde has extraído las fuerzas necesarias para tomar la decisión inicial donde se localiza la separación. Sin embargo, ambos programas tienen una constitución común; los dos son unas conjeturas y aquí entra lo grave: porque la segunda - la nueva - por ser más exigente, extravagante e imaginaria, es más inverosímil. El programa antiguo - trazado en un ámbito en el que la presunta carencia de libertad no es más que una justificación de su modestía - mal que bien se había decidido por una serie de metas posibles y alcanzables que, conseguidas día tras día, si no eran válidas para revolver el problema general de la felicidad al menos servirían para aplazarlo, mitigarlo y quien sabe si restarle casi toda su influencia sobre la persona.

Juan Benet, Puerta de Tierra.

lunes, junio 17, 2013


Parecido bien nos hacen las obras de teatro tristes; por eso debemos considerarlas muy superiores a las alegres que engañan nuestra hambre en lugar de saciarla: el pan que ha de nutrirnos es amargo. En la vida feliz no vemos en su realidad los destinos de nuestros semejantes, ya porque el interés los enmascare, bien porque el deseo los transfigure. Pero en el despejo que da el sufrimiento en la vida, y en la sensación de la belleza dolorosa en el teatro, los destinos de los demás hombres y nuestro propio destino hacen oír por fin a nuestra alma atenta la palabra inesperada de deber y verad. La obra triste de un verdadero artista nos habla con ese acento de los que han sufrido, que obligan a todo que ha sufrido a prescindir de todo lo demás y a escuchar.

Marcel Proust, Los placeres y los días.

A veces sólo se puede ser leal al presente traicionando al pasado. A veces la lealtad es una forma de coraje, pero otras veces es una forma de cobardía. A veces la lealtad es una forma de traición y la traición una forma de lealtad. Quiza no sabemos con exactitud lo que es la lealtad ni lo que es la traición. Tenemos una ética de la lealtad, pero no tenemos una ética de la traición. Necesitamos una ética de la traición. El héroe de la retirada es un héroe de la traición.

Javier Cercas, Anatomía de un instante, Random House, 2009.

jueves, mayo 23, 2013

viernes, mayo 17, 2013


"Es natural que el Amor se presente después - y no antes - del aprendizaje sexual, bajo el aspecto de una puerta más alta, noble y capaz de conducnros a la felicidad, ya que se trata de una síntesis entre la felicidad política (colectiva, ética, dogmática) y la felicidad sexual (individual, estética y acéfala). El Amor parece una solución perfecta entre las abstracciones universales de la organización social y la tendencia anárquica, destructiva, de la relación sexual. Un Enamorado cree que ha resuelto por su cuenta el conflicto entre Mundo y Yo, desde el momento en que está convencido de que pertenece a Lo Otro, sin por elljo dejar de ser él Mismo. Espejismo de muchísima fuerza por lo secreto de su truco y lo doloroso de su elucidación, como ya intuyera alguien tan alejado de la psicología como Platón"

Félix de Azúa, Historia de un idiota contada por él mismo o el Contenido de la felicidad

"Las grandes añagazas sólo se comprenden muy tarde, cuando al no quedar tiempo para las enmiendas, el espíritu comprende que muchos errores que no podrán ser corregidos constituirán el sudario de unos cuantos aciertos; con cuánta frecuencia el arte une a su elegida a la mujer que hablará por su boca, para quedarse a solas con él rumiando un lenguaje privado"

Juan Benet, Otoño en Madrid hacia 1950

"-Porque los pasos, sobre todo los pasos, vienen a ser como un animal nocturno. Durante el día se quedan quietos en cualquier rincón. Tú a lo mejor andas por allí porque estás limpiando o lo que sea y los tocas, porque no sabes dónde están, y no ocurre nada. Pero si por la noche caminas o haces ruido, entonces se acercan a ti. Hay gente que se asusta yc hilla, y lo único que consiguen es atraerlos más y más. Y pueden llegar a pasarte por encima de la cara, y, aunque no hacen daño, luego no se olvida nunca porque son como una lengua de gelatina o algo así. Y si corres, lo mismo; peor, porque te siguen, al menos mientras corras por el interior de la casa

Juan José Millás, El Jardín Vacío

lunes, mayo 13, 2013


"Un día, como digo - y quizás en el momento en que menos me podía interesar -, surgió el recuerdo y con él el refrendo de un convencimiento que si en un principio llegó a molestarme, con el tiempo paso a constituir una verdadera obsesión. Nunca he comprendido cómo la desaparición temporal del recuerdo se achaca al olvido, desmentido por tantos fenómenos, porque de la misma manera que la roca sedimentaria guarda en su seno todas las huellas de los seres que dejaron su impronta cuando tan sólo era un légamo blando e impresionable, así la memoria puede cobijar y atesorar todo lo que en su día tuvo la consistencia necesaria para dejar un rastro indeleble. Y de todo ese terreno ignorado del cual nacen las conjeturas y las hipótesis - de la misma manera que no se llama arqueología a todo lo que se supone que esconden las arenas del desierto sino al conjunto de restos extraídos de é y sobre el que se ha edificado una ciencia de la reconstrucción  no - no se puede llamar memoria tanto a una facultad como a los resultados que el hombre ha sido capaz a su propia luz y que - en general - son tan escasos que bien puede decirse que apenas constituyen una base sólida para cimentar un conocimiento de lo que ha sido. Me pregunto muchas veces: si no fuera por los demás ¿qué sabríamos de nosotros mismos? ¿qué sería la niñez sino un espejismo contradictoria e incontrastable? Y qué de enigmas no presentan un carácter acuciante y misterioso en virtu dde que unac ontinuidad vital, garantizada por el organismo, se despreocupa de dar continuidad al conocimiento de tal hecho. Porque de treinta o cincuenta años vividos ¿qué es lo que se conoce con seguridad? En verdad lo único que se siente- no se sabe- de firme es que han sido vividos y recogidos y resumidos más por la ignorancia que por uns aber que - con la ausencia del cuerpo y gracias al olvido - siempre está dispuesto a desatender y abandonar su cometido. Una gran parte de recuerdos están acompañados de una sorpresa o de una intención muy acusada; y yo me imagino que ese medio denso, opaco e impenetrable a la investigación y verificación en el que quedan grabados tantos hechos de nuestra vida, sólo es susceptible de ser impresionado por loinsólito y en cambio - como esa losa marórea cuajada de conchas indiferente a los pies que la hollan, que no hacen sino desgastarla - es capaz de enfrentar toda su dureza y tenacidad al registro de las costumbres. Así que una gran parte de lo que es costumbre no lo guarda tanto la memoria como un saber distinto, emparentado con el proyecto de existencia que todo hombre se hace y que poco a poco va traduciendo en hábitos. La memoria guarda un viaje, un amigo l que no se le ha visto en años o una caída infantil pero con mucha frecuencia lo hace tras reducir todo ello a estampas insaboras, despojándolas de un sentir que las envolvía en el momento en que sucedía; se diría que se trata de un proceso esterilizador gracias al cual el recuerdo queda conservado desprovisto de unos sentimientos que de no ser extirpados fermentan; qué poco sabe, por consiguiente, en una primera instancia, cuando la burbuja va aflorando a la superficie, arrastrando tras ella mil otros detalles sepultos e intactos que le siguen en su camino a la conciencia, de todo ese maremágnu emocional que envuelve a la más intrascendente herida en una rodilla para cuya imperfecta comprensión sería menester más tarde hacer uso de la adivinación con tanta o más intensidad que cuando se pretende adentrar en el tiempo no vivido; ha grabado sí la caída pero qué poco dice del camino del colegial, repetido cientos de veces cada día de distinta manera, o del hastío domiical salvado cada domingo con una ilusión diferente, a causa de esas imágenes tópicas envolventes de los mil caminos y las mil tardes y los cientos de domingos - todos parecidos y ninguno semejante - que constituyen nuestro andar Si a eso se añade que a medida que vamos creciendo oe nvejeciendo más análogas son nuestras tardes y más simple esa imagen única que las envuelve, simplifica y representa, se comprenderá una razón por la cual cada día se hace menos uso de la memoria, no tanto un órgano ni una función como un saber que, sobretodo, fue utilizado y aprovechado antes de los trenta años"

Juan Benet, Una meditación

lunes, mayo 06, 2013


- Ya veo - dijo - que no quieres hablar. No seré yo quien te acuse de cobardía. A todos nos cuesta que en un instante ya irrecuperable lo que apostamos todo a una vuelta de la ruleta antes de aprender las reglas del juego. Yo también creí que la vida era otra cosa. Luego se sigue jugando, se gana y se pierde alternativamente, pero ya nada es igual: las cartas están marcadas, los dados están cargados y las fichas sólo cambian de bolsillo mientras dura la velada. La vida es así y es inútil calificarla de injusta a posteriori.

Eduardo Mendoza, El laberinto de las aceitunas

domingo, abril 21, 2013


 
" - Pasarán unos años y olvidaremos todo; se borraran los embudos de las explosiones, 
se pavimentaran las calles levantadas, se alzarán casas que fueron destruidas. 
Cuanto vivimos, parecerá un sueño y nos extrañará los pocos recuerdos que guardamos; 
acaso las fátigas del hambre, el sordo tambor de los bombardeos, los parapetos de 
adoquines cerrando las calles solitarias....
 
Juan Eduardo Zuñiga, Largo Noviembre de Madrid 

lunes, marzo 25, 2013

El arte de la suplantación



De la entrevista original del Paris Review.:

¿Qué le sucede a Philip Roth cuando se convierte en Nathan Zuckerman?

Nathan Zuckerman es un acto. Es todo el arte de la suplantación, no es cierto? Ese es el don novelístico fundamental. Zuckerman es un escritor que quiere ser un doctor suplantando a un pornógrafo. Yo soy un escritor escribiendo un libro suplantando a un escritor que quiere ser un doctor suplantando a un pornógrafo - que entonces, para hacer la suplantación, para poner la lengüeta en el bode, pretende ser un conocido crítico literario. Creando una biografía falsa, una historia falsa, inventando una existencia medio imaginaria fuera del drama real de que mi vida es mi vida. Tiene que haber cierto placer en este trabajo, y eso es todo. Ir por ahí con un disfraz. Actuar como un personaje. Pasar uno mismo como alguien que no es. Pretender.  La astuta y sagaz mascarada. Piensa en el ventrílocuo. Habla de un modo que su voz parece que procede de alguien que está a cierta distancia de sí mismo. Pero si no fuera por tu línea de visión, no encontrarías placer alguno en su arte. Su arte consiste en estar presente y ausente; es más él mismo cuando está simultaneámente siendo otro, ninguno de los dos es él una vez baja el telón. No tienes por qué necesariamente, como escritor, abandonar tu biografía completamente para abordar un acto de suplantación. Puede que sea más intrigante cuando no lo haces del todo. Lo distorsionas, lo caricaturizas, lo parodias, lo torturas y subviertes, lo explotas - todo para dar a la biografía esa dimensión que excitará tu vida verbal. Millones de personas hacen esto todo el tiempo, y no con la justificación de crear literatura. Lo hacen en serio. Es sorprendente qué mentiras puede sostener la gente tras la máscara de sus verdaderos rostros. Piensa en el arte del adúltero: bajo una presión tremenda y contra enormes dificultades, maridos y esposas ordinarias, que se petrificarían con autoconciencia encima de un escenario, aunque en el teatro del hogar, solo ante la audiencia del cónyuge traicionado, representan roles de inocencia y fidelidad con una técnica dramática perfecta. Grandes, grandes actuaciones, concebidas con genio para los más pequeños particulares, una actuación impecablemente meticulosa y naturalista, y todo hecha por un ránking de aficionados. La gente hermosamente pretendiendo ser "ella misma". La imaginación puede tomarse las formas más sutiles, sabes. ¿Por qué debería un novelista, un simulador de profesión, ser menos cuidadoso o de más confianza que un estólido, nada imaginativo, contable de un suburbio siendo infiel a su esposa? Jack Benny solía simular que era un ávaro ¿recuerdas? Se llama a sí mismo por su buen nombre y exclamaba que era tacaño y mezquino. Excitaba su imaginación cómica hacer esto. Probablemente no era tan divertido como cualquier otro tipo escribiendo cheques a la UJA y llevando a sus amigos fuera a cenar. Céline simulaba ser un indiferente, incluso irresponsable doctor, cuando parece, de hecho, que trabajó duramente en su profesión y que fue concienzudo con sus pacientes. Pero eso no era interesante.

domingo, marzo 24, 2013

Mi héroe: Philip Roth


Por James Wood (The Guardian)

¿Creyó alguien a Philip Roth cuando, a principios de año, anunció que se retiraba de la escritura? De todos los novelistas contemporáneos, es el único que ha hecho que el escribir parezca un acto necesario y continuado, inextricable de las continuidades y los conflictos del estar vivo. Para Roth, la narración y el yo parecen haber nacido juntos, y, por lo tanto, deben morir juntos también. Más que ningún otro novelista moderna, ha usado la ficción como confesión y  como el desplazamiento de la confesión: sus virulentos, quejicas y alter egos, de Portnoy a Zuckerman o Mickey Sabbath todos parecen rothianos, incluso cuando están solamente siendo suplentes de Roth. Ha hecho de su infancia en Newark, su amor, sus padres irritantes, su condición judía, su sexualidad, su propia vida de escritor algo familiar y vívido para millones de lectores. Ha parecido necesitar la ficción como una clase de reportaje performativo y despiadado, es por lo cual, en años recientes, las grandes novelas (El teatro del Sabbath, Pastoral Americana) han compartido espacio con trabajos mucho más flojos, y por lo que ha sido tan productivo; la ficción al mismo tiempo urgente y algo incompleta, tan necesaria como el arte y tan desesperanzada como la vida.

Admiro a Roth (que cumplió ochenta años esta semana) por muchas razones. Porque no ha seguido siendo el mismo (su prosa enjuta es ahora muy distinta de las pulidas cadencias de sus primeros trabajos).  Porque esa prosa es un instrumento maravilloso, capaz de sorpresas líricas y de la más cruda de las franquezas, al mismo tiempo altamente construida y derrochantemente oral. Porque es muy divertido (pensad en el momento en el El escritor fantasma en el que Nathan Zuckerman que él ha hecho el bien, como un chico judío majo, al casarse con Ana Frank, que ha sobrevivido mágicamente el Holocausto). Y porque ha demostrado que el artificio posmoderno y el realismo americano no son incompatibles, sino que, en realidad, se alimentan el uno al otro - tal vez su mejor novela, La contravida, toma lo que necesita de la autoconciencia posmoderna y los juegos ficticios, y monta una conmovedora investigación sobre qué significa llevar tu vida. Que nuestra perpetua máquina de escribir profundice en las páginas, como con Henry James, hasta que tengamos que pelear por la pluma de su mano moribunda.

sábado, febrero 23, 2013

-Ahora ya no - continuó tras un suspiro-. Ahora el dinero son viles papeluchos arrugados. Yo cuando tengo alguno, estoy deseando soltarlo.
-Todo lo papeluchos que usted quiera - interrumpió el comisario- pero hacen falta para vivir.
-Eso suele decirse, sí. Para vivir....Pero ¿a qué llaman vivir? Para mí vivir es no tener prisa, contemplar las cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan, acordarse con orgullo de la lección de los muertos, no permiten que nos humillen o que nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes hasta cien como hacía el Pato Donald...Vivir es saber estar solo para aprender a estar en compañía, y vivir es explicarse y llorar...y vivir es reírse...He conocido a mucha gente a lo largo de mi vida, comisario, y créame, en nombre de ganar dinero para vivir, se lo toman tan en serio que se olvidan de vivir. Precisamente ayer, paseando por Central Park más o menos a estas horas, me encontré con un hombre inmensamente rico que vive por allí cerca y entablamos conversación. Pues bueno, está desesperado y no sabe por qué. No le saca partido a nada ni le encuentro aliciente a la vida. Y claro, se obsesiona por tonterías. Al cabo de un rato, parecía yo la millonaria y él el mendigo. Nos hicimos muy amigos. Dice que él no tiene ninguno. Bueno, uno, pero que se está hartando de él.

Carmen Martín Gaite, Caperucita en Manhattan, Siruela, 1990.

viernes, febrero 22, 2013

-¡Yo tendría esperanzas! - dijo Tamkin-. Si el amor es amor, es por nada. Quince, no demasiado para que se lo pida a la vida un hombre de su inteligencia. Los locos, los delincuentes empedernidos y los asesinos tienen millones para derrochar. Queman el mundo: petróleo, carbón, madera y el suelo mismo y hasta chupan el aire y el cielo. Un hombre como usted, con humildad ante la vida, que quiere sentir y vivir, tiene apuros...no queriendo - dijo Tamkin con su aire de paréntesis - cambiar una onza de alma por una libra de influjo social...nunca saldrá adelante sin ayuda en un mundo como éste. Pero no se preocupe-. Wilhelm se aferró a esa seguridad-. No tiene por qué preocuparse. Fácilmente superaremos su cifra.

Saul Bellow, Carpe Diem (traducción de José María Valverde)

martes, febrero 19, 2013

La noche más oscura

Esta magnífica reseña de Ignatiy Vishnevetsky, quizás el mejor crítico joven en activo. La traduzco yo de Mubis ya que ha hecho que reconsidere mis opiniones sobre la película de Bigelow y aprecie su temeridad intelectual. La necesidad del crítico de persuadir y de crear un discurso distinto al dominante.

La mentalidad monitor o los medios para el fin devienen el fin en sí mismo

Por Ignatiy Vishnevetsky 

                                 
                                   No sabemos lo que sabemos
                                  Qué cojones significa eso
                                 Es una tautología

Los protagonistas de La noche más oscura debaten sobre lógica y teoría.  Son bastante menos espías que críticos del espionaje; toman notas copiosas, trafican con DVDS de interrogatorio, y analizan las acciones de sus objetivos en términos de intención y autoría. Todo está fundado en un marco teorético. Todo puede ser intelectualizado. "No lidiamos con la certidumbre", dice un operativo de la CIA, "lidiamos con la probabilidad". 

Lo que emerge es un retrato de la guerra moderna como una tecnocracia elaborada. Tortura, vigilancia y la acción enemiga son todas tratadas como datos, lo que se usa luego para calcular posibilidades. Estas probabilidades forman las bases de las acción del futuro, lo que produce más datos. El ciclo sigue y sigue y sigue.

La nueva película de Kathryn Bigelow tiene mucho en común con otra ambiciosa película estrenada este año por otro gran cineasta americano - The Master de Paul Thomas Anderson. Ambos films lidian con sistemas - la guerra del terror en La Noche Más Oscura, la Causa en The Master - que pretenden superar traumas pasados (el 11S, malos recuerdos) mediante la transformación de lo vivido en objetos abstractos (datos de inteligencia militar, la terapia performativa de la Causa) y que devienen fines en sí mismos. Intencionadamente, ambos sistemas están basados en la desfamiliarización, dehumanización, y la repetición. 

Ambos films están poblados por personajes que son versiones ficcionales de figuras mundiales (no lleva mucho tiempo descubrir que la Jessica de La noche más oscura es Jennifer Lynne Matthews, que Joseph Bradley es Jonathan Banks, y así sucesivamente). Ambos terminan también en notas ambiguas y deliberadamente niegan a sus espectadores sentido alguno de catarsis dramáticas. 

Pero aunque The Master es realmente la más ambiciosa y lograda película en términos cinematográficos, La noche más oscura está bastante más lograda en términos dramáticos; aunque sus imágenes jamás son tan potentes como las de The Master, las usa más concienzudamente. 

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                        Quiero objetivos. Haz tu puto trabajo. Tráeme gente a la que matar
El rostro de Osama Bin Laden no es enseñado en ningún momento de La noche más oscura. George W. Bush y Dick Cheney no son mencionados nunca. El período previo a la invasión de Irak es discutido - como un ejemplo de lógica defectuosa - pero no la invasión en si misma. Afganistan aparece solamente como un territorio ocupado. La victoria de Barack Obama no es mencionada tampoco; aparece solamente como candidato político, vislumbrado brevemente en una televisión.

Desnudada del bagaje extra-textual tan central en la interpretación deGreenwald/Mayer/Maass, a qué se reduce La noche más oscura? Una película sobre un sistema que es creado para vengar un ataque pero cuyo propósito primario deviene la auto-justificación y la auto-perpetuación. 

Para ser un thriller, La noche más oscura es conspicuamente breve en villanos que aparecen en pantalla. El principal objeto de la caza de la película no es en realidad Bin Laden, sino su mensajero Abu Ahmed - otro no-personaje que aparece brevemente solo como una figura conduciendo un coche y como un cadáver (en estas apariciones breves, esta de hecho interpretado por el administrador informático de la producción). Los detenidos, por otra parte, son personajes simpáticos - traumatizados por el abuso, condenados a pasar el resto de sus vidas en prisiones secretas.

La noche más oscura nunca reconoce ningún beneficio en el mundo real ni de la Guerra del Terror ni de la muerte de Bin Laden; uno, de hecho, debería asumir que no hubo ninguno. La escena final de la película, que tiene lugar unas pocas horas antes del anuncio oficial de la muerte de Bin Laden, describe como la protagonista Maya (Jessica Chastain) embarca en un avión transportador de tropas; ella es advertida por un miembro de la tripulación que tienen órdenes de volar adonde ella quiera, pero mientras el primer plano final  persiste en su cara, lo que registramos es una profunda falta de propósitos - un  "¿y ahora qué?" nunca dicho.

Maya empieza la película como una figura fantasmal fija detrás de los salvajes interrogatorios de Dan. Reclutada por la CIA recién salida de la escuela, no tiene amigos verdaderos ni vida interior. Su obsesión por encontrar a Abu Ahmed habla menos de la dedicación o el profesionalismo (el film establece bastantes veces que ella es repudiada por muchos de sus colegas) que por la necesidad de un propósito. Como el Sargento James, el protagonista de The Hurt Locker, ella usa la guerra para llenar un vacío emocional; sin hombre al que cazar, no tiene nada.

Ella es, en otras palabras, un agente perfecto para la Guerra del Terror - o más específicamente, para la versión de la película de la Guerra del Terror. No hay discusión en La noche más oscura acerca de la eficacia de la tortura - pero tampoco charla alguna sobre victoria, juridiscción o justicia. Nadie en la película ni siquiera sugiere capturar y tratar a Bin Laden. 

De lo que los personajes hablan es proceso, probabilidad y el relativo valor de la información. La guerra se convierte en datos, y entonces los datos devienen el objeto de la guerra, suplantando sus objetivos iniciales. Cuando Osama Bin Laden es asesinado en La noche más oscura, su muerte es abrupta y anticlimática. Ninguna carga se aligera. Los NAVY Seals rápidamente lo cargan en una bolsa de cadáveres. Es solamente otro cadáver. Están más interesados en los discos duros de sus computadoras - los datos que permitirán que la Guerra del Terror continúe. 

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                   No hay vergüenza alguna si quieres mirar a través de la pantalla

Una ficción basada en hechos es todavía una ficción. Cuestionar el rigor histórico de las imágenes de La noche más oscura - en lo que Mayer y Mass han basado sus argumentos - pierde lo que esas imágenes realmente retratan  (los argumentos de Greenwald se basan en afirmaciones de la película que van de lo especioso a lo completamente inventado).

El tono de La noche más oscura es el opuesto a un rah-rah-rah patriotero. Es una película siniestra que muestra en primer plano la crueldad de sus personajes; no por nada establece la brutalidad de la tortura antes de establecer su función en la Guerra del Terror, o que detalla como los NAVY Seals que atormentan el recinto de Bin Laden ejecutan a combatientes heridos. 

Los personajes de la película nunca hacen nada que pudiera ser interpretado como heroico; de hecho, lo que siempre es identificado es como - la resuelta Maya, el sádico Dan, el ambicioso Joseph Bradley, la soberbia Jessica -   funcionan como agentes de un sistema vasto, impersonal. También está presente un largo plantel de secundarios (la película muestra más de un centenar de roles hablados) interpretando personajes que no son nunca identificados por su nombre; lo que los identifica, en cambio, es su lugar en la cadena - como informantes, traductores, buscadores, guardias, analistas, especialistas en vigilancia, tomadores de decisiones. La sección de la película que lidia con los NAVY SEALs que eventualmente llevan a cabo la redada en el recinto de Bin Laden empieza con un título en el que se lee "Canarios".

Dentro de la mise en scène de La noche más oscura, los monitores y los vídeos en directo devienen intercambiables con sus sujetos del mundo real. La gente se convierte en puntos luminosos radares de búsqueda, formas vislumbradas a través de los aviones espía, fotografías pegadas en tableros de borrados. Más tarde, en la película, Maya se encuentra en el centro de control Depredador de la CIA, mirando una pantalla del tamaño de una muro; delante de ella está la expresión última de la guerra tecnocrática - el vídeo en directo de un ataque de drones. 

La noche más oscura es la primera de las películas de Bigelow que ha sido rodada en digital, y como muchas de las películas estrenadas este año - especialmente Holy Motors, la primera película de Leos Carax rodada digitalmente - expresa una actitud ambivalente respecto a la digitalización.

La película de Carax termina declarando que "la era de las máquinas visibles ha terminado", la de Bigelow, menos triste, declara implícitamente el fin de la era de la guerra visible. Bin Laden - nunca mostrado directamente en la película y referido en los diálogos con las iniciales de la CIA UBL - es el último enemigo del mundo real y es vencido al ser convertido en información abstracta; su localización no es descubierta, pero deducida. Cuando la CIA decide atacar contra él, no es debido al imperativo moral, sino a la probabilidad calculada. 

lunes, febrero 18, 2013

Fundamentalistas del libre mercado

Zizek magnífico en el Guardian. Aquí está mi traducción:


Por qué los fundamentalistas de libre mercado creen que 2013 será el mejor año

Por Slavoj Zizek 

El número de Navidad del Spectator publicó un editorial llamado "Por qué 2012 fue el mejor año". Argumentaba contra la percepción de que vivimos en "un peligroso, cruel mundo en el que las cosas son malas y están yendo a peor". Aquí está el párrafo con el que se abre: "Puede que no sea percibido así, pero 2012 ha sido el año más estupendo de la historia del mundo. Suena como una afirmación extravagante, pero viene confirmada por la evidencia. Nunca antes hubo menos hambre, menos enfermedad o más prosperidad. El mundo occidental permanece en una depresión, pero la mayor de países en vías de desarrollo están poniéndose por delante y la gente está siendo extraída de la pobreza al ritmo más rápido jamás registrado. El número de muertos causado por  la guerra y los desastres naturales es también piadosamente bajo. Estamos viviendo en la edad de oro"

La misma idea ha sido desarrollada sistemáticamente en un gran número de best-sellers, desde el Optimista Racional de Matt Ridley a los Mejores Ángeles de nuestra Naturaleza de Steven Pinker. Hay una versión más terrenal que la que uno oye en los medios, especialmente en los países que no son europeos: crisis ¿qué crisis? Mira a los llamados países BRIC, Brasil, Rusia, India y China o a Polonia, Corea del Sur, Singapur, Perú, incluso muchos estados africanos subsaharianos - están todos progresando. Los perdedores son la Europa occidental y hasta cierto punto, los Estados Unidos, así que no estamos tratando con una crisis global, sino simplemente con el cambio del progreso más allá de occidente. ¿Es un potente símbolo de este cambio no el hecho de que, recientemente, mucha gente de Portugal, un país con una grave crisis, están regresando a Mozambique y Angola, antiguas colonias de Portugal, pero esta vez como inmigrantes económicos, no como colonizadores?

Incluso respecto a la situación de los derechos humanos: ¿es la situación en China y Rusia ahora mejor que hace cincuenta años? Describiendo la crisis en marcha como un movimiento global, sigue el relato, es una visión típicamente eurocentrista que viene de los izquierdistas que normalmente están orgullosos de su anti-eurocentrismos. Nuestra crisis global es, de hecho, un mero punto en el radar de una historia de progreso en general.

Pero deberíamos restringir nuestra alegría. La pregunta que debe formularse es: ¿si Europa está sola en su decaimiento gradual, que está reemplazando su hegemonía? La respuesta es: "el capitalismo con valores asiáticos" - lo que, por supuesto, no tiene nada que ver con la gente asiática y todo con la clara y presente tendencia del capitalismo contemporáneo a limitar o suspender la democracia.

Está tendencia en modo alguno contradice el muy celebrado progreso de la humanidad - es su cualidad inmamente. Todos los pensadores radicales, de Marx a los conservadores inteligentes, estaban obsesionados con la pregunta: ¿cual es el precio del progreso? Marx estaba fascinado por el capitalismo, por lo inaudito de la productividad que libera; pero insistió en que su éxito engendra antagonismos. Deberíamos hacer lo mismo hoy: mantener en nuestro punto de mira el envés oscuro del capitalismo global que está fomentando revueltas. 

La gente se rebela no cuando las cosas están realmente mal, sino cuando sus expectativas son decepcionadas. La revolución francesa sucedió solamente cuando el rey y los nobles estaban perdiendo su dominio en el poder; la revuelta anti-comunista de 1956 explotó después de que Imre Nagy hubiera sido un primer ministro durante dos años, después de debates relativamente libres entre los intelectuales; la gente se rebeló en Egipto en 2011 porque había algún progreso económico bajo Mubarak, dando lugar a una clase de personas jóvenes y educadas que participaban en la cultura digital y universal. Y esto es por qué los comunistas chinos tienen razón en su pánico: porque, de media, la gente está ahora viviendo que hace cuarenta años - y los antagonismos sociales (entre los nuevos ricos y el resto) están explotando, las expectativas son mucho más altas. 

Ése es el problema del desarrollo y del progreso: siempre son desiguales, dan a la luz nuevas inestabilidades y antagonismos, generan nuevas expectativas que no pueden ser alcanzadas. En Egipto justo antes de la primavera árabe, la mayoría vivía un poco mejor que antes, pero los estándares por los que medían su insatisfacción eran mucho más altos.

Por tal de no perder este enlace entre progreso e inestabilidad, uno debería siempre centrarse on como la primera aparece como una realización incompleta de un proyecto social y señala su limitación inmanente. Hay un relato (quizás apócrifo) sobre el economista, a la izquierda del keynesianismo, John Galbraith: antes de un viaje a la URSS, a finales de los cincuenta, escribió a su amigo anticomunista Sidney Hook: "No te preocupes, no seré seducido por los soviéticos y volveré a casa diciendo que tienen socialismo". Hook le respondió inmediatamente: "Pero eso es lo que me preocupa ¡que volverás a casa diciendo que la URSS no es socialista!". Lo que Hook temía era la ingenua defensa de la pureza del concepto: si las cosas van mal al construir una sociedad socialista, eso no invalida la propia idea, sencillamente significa que no la implementamos debidamente. ¿No detectamos la misma ingenuidad en los fundamentalistas del mercado de hoy? 

Cuando, durante un reciente debate televisivo en Francia, el filósofo y economista francés Guy Sorman dijo que la democracia y el capitalismo deben ir necesariamente juntos, no pude resistir preguntarle la pregunta ovia: ¿Pero qué pasa con China? Se cerró en banda: ¡En China no hay capitalismo! Para el fanático pro-capitalista Sorman si un país no es democrático, no es verdaderamente capitalista, de la misma manera que para un comunista democrático, el estalinismo no era una forma auténtica de comunismo. 

Así es como los apologistas del mercado, en un inaudito secuestro ideológico, explican la crisis de 2008: no fue el fallo del libre mercado el que lo causó, pero la excesiva regulación estatal; el hecho de que nuestra economía de mercado no fuera una verdadera, sino que eran los embragues del estado del bienestar. Cuando descartamos esos fallos del mercado capitalista como contratiempos accidentales, terminamos en un inocentón "progresismo" que ve la solución como una aplicación "más auténtica" y pura de una noción, y así, intenta apagar el fuego mediante una buena dosis de gasolina.

Evidencia


A devil's chaplain, un bellísimo libro. Traduzco yo, una carta que escribe a su hija y que Brain Pickings ha tenido bien a rescatar:

A mi queridísima hija:

Ahora que tienes diez años, quiero escribirte sobre algo que es importante para mí. ¿Te has preguntado alguna vez como sabemos las cosas que sabemos? ¿Como sabemos, por ejemplo, que las estrellas que parecen pequeñso agujeritos en el cielo, son, en realidad, gigantes bolas de fuego como el Sol y están muy lejos? Y cómo sabemos que la tierra es una pelota más pequeña girando alrededor de una de esas estrellas, el Sol?

La respuesta a estas cuestiones es "evidencia".

A veces evidencia significa verdaderamente ver (o escuchar, sentir, oler) que algo es verdad. Los astronautas han viajado lo suficientemente lejos de la tierra para ver con sus ojos lo que hay alrededor. A veces nuestros ojos necesitan ayudan. La estrella del crepúsculo parece un brillante parpadeo en el cielo pero con un telescopio puedes ver que es una bola preciosa - el planeta que llamamos Venus. Algo que puedes aprender con verlo directamente (u olerlo o sentirlo...) se llama una observación.

A veces la evidencia no es solamente la observación en sí misma, pero la observación siempre yace a su espalda. Si hubo un asesinato, a menudo nadie (excepto el asesino y la persona muerta) lo observó. Pero los detectives pueden reunir un montón de otras observaciones que puede que señalen hacia un sospechoso particular. Si las huellas dactilares de una persona encajan con aquellas encontradas en una daga, esto es una evidencia de que él la tocó. No prueba que cometió el asesinato, pero puede ayudar cuando eso se inscribe con muchas otras evidencias. A veces un detective puede pensar en un montón de observaciones y de repente, darse cuenta de que todas encajan y tienen sentido con esto y lo otro y también lo tuvo el asesinato.
Los científicos - los especialistas en descubrir qué es verdad sobre el mundo y el universo - a menudo trabajan como detectives. Hacen una suposición (llamada hipótesis) sobre lo que puede que sea verdad. Entonces se dicen a sí mismo: si esto fuera verdad, deberíamos ver esto y lo otro. Esto se llama una predicción. Por ejemplo, si el mundo es de verdad redondo, podemos predecir que un viajero, siguiendo una y otra vez la misma dirección, debería, eventualmente, encontrarse otra vez allí donde empezó. Cuando un doctor dice que tú tienes el sarampión no echa un vistazo y ve el sarampión. Su primer vistazo le da una serie de hipótesis de que quizás tengas sarampión. Entocnes se dice a sí mismo: si ella tiene de verdad sarampión, debería ver....Entonces él va a través de su lista de predicciones y las comprueba con sus ojos (¿tienes puntos?), con sus manos (¿está tu frente caliente?) y con sus orejas (¿jadea tu pecho de un modo miserable?) Solamente entonces toma su decisión y dice: "yo diagnostico que la niña tiene sarampión". A veces los doctores necesitan otras pruebas, como análisis de sangre o rayos X, que ayudan a sus ojos, manos y orejas a realizar observaciones.

La gente a veces dice que debes creer en sentimientos profundos e interiores, de otra manera nunca estarás seguro de cosas como "Mi esposa me ama". Pero este es un mal argumento. Puede haber montones de evidencias de que alguien te ama. Alrededor de un día cuando estás con alguien que te ama, tú ves y oyes montones de pequeños bocaditos de evidencia, y todos cuentan. No es solamente un sentimiento interior, como el sentimiento que los sacerdotes llaman revelación. Hay cosas exteriores para apoyar el sentimiento interior: miradas a los ojos, notas tiernas en la voz, pequeños favores y bondades; esa es la verdadera evidencia.

Los sentimientos son valiosos también en la ciencia, pero solamente para darte que ideas que luego compruebas con la búsqueda de evidencia. Un científico puede tener una corazonada sobre una idea que solamente se "siente" bien. En sí misma, esta no es una buena razón para creer algo. Pero puede ser una buena razón para pasar algún tiempo haciendo un experimento particular, o buscando de un modo particular por la evidencia. Los científicos usan los sentimientos todo el tiempo para lograr ideas. Pero no valen nada hasta que están apoyados por la evidencia.

¿Qué podemos hacer sobre todo esto? No es fácil para ti hacer nada, porque tienes solamente diez años. Pero podrías intentar esto. La próxima vez que alguien te diga algo que suene importante, piensa para ti misma: ¿es esta la clase de cosa que la gente sabe probablemente a causa de la evidencia? ¿O es la clase de cosa que la gente solamente cree debido a la tradición, autoridad o revelación? Y la próxima vez que alguien te diga que algo es verdad, por qué no decir a ellos: ¿qué clase de evidencia hay para ello? Y si no pueden darte una buena respuesta, espero que pienses cuidadosamente antes de creer una palabra de lo que digan.

con amor

Papá

sábado, febrero 16, 2013


"El lío empieza en las piernas de la gente; son los árboles, pero más", me dije aquel primero de julio, poco después de sentirme arrastrada casi en volandas al interior del vagón y sufrir los empellones agudizados tras el cierre de las puertas. Me abrumaba notar lo distintas que son unas de otras - y también de las mías - las piernas de la gente, aunque aparentemente tan iguales y todas ellas soporte de un peso que no se ve, el del cerebro tratando de mantenerse alerta, el de los miembros cansados, el del estómago en trance de digestión del desayuno, el de los pulmones cargados que añoran un suspiro, unas desnudas y otras enfundadas en pantalones o medias de colores y tactos diferentes, rematadas por zapatos que tantean a ciegas buscando un hueco para implantar allí su gesto; los pies y las piernas tienen un gesto propio, no sólo al andar, también al apoyarse contra un travesaño o una puerta, y sobre todo al pasar del reposo al movimiento. Clasificar piernas por su gesto y partir de ahí para indagar los pasadizos secretos del alma sería una tarea ingente, de equipo, por supuesto, y además haría falta como complemento indispensable de los datos objetivos, el testimonio que aportasen los allegados, o sea todos aquellos para quienes el movimiento de esas columnas vivas haya resultado inconfundible un día y lo sigan llevando impreso en la trastienda de los ojos, presto a revivir a la menor ocasión, aunque se trate de persona muerta o en paradero desconocido. Da igual que estemos en el piso veintitrés de un edificio en Atlanta; si miramos por la ventana y allá abajo, entre el hormigueo bullicioso de la avenida, cruza alguien que adelanta la pierna derecha con ese gesto peculiar, el corazón nos pega un brinco y tras el nombre que espontáneamente brota de nuestros labios, o bien podemos preguntarnos qué habrá venido a hacer a esa ciudad esa persona o bien batirnos en retirada con la flecha envenenada de la alucinación clavada en las espaldas; no puede ser verdad, aunque habrías jurado que lo era, y cerramos los ojos recordando cómo cantaban los pájaros el día de su entierro.

Carmen Martín Gaite, Lo Raro es Vivir, Anagrama, 1996.

miércoles, febrero 13, 2013

"Mis amigas del Marie Claire me envían su revista, que hojeo al sol antes de que la toque nadie. Artículo sobre consoladores. La señorita que lo firma va describiendo las características de todos ellos. Hasta que llega a la cima y advierte, tal vez sopesándolo, que su uso frecuente está desaconsejado, porque la usuaria podría acostumbrarse a su tamaño, en verdad excepcional, y despreciar a partir de aquel momentos otras opciones del catálogo, incluidas las de su pareja. Enorme satisfacción matinal: el tamaño importa"

Arcadi Espada, Diarios, Espasa, 2002. 

sábado, enero 19, 2013

Che cosa sei


Celentano y Mina

Confidencias



-....Porque, lo que yo digo,qué fuerza mueve las esferas y nos hace oscilar en el tiempo si no es la amenaza o la esperanza de lo que no ha ocurrido todavía? Se aguza el ingenio para esquivar las garras de la fatalidad o se buscan puntos al abrigo de la intemperie para mantener viva la hoguera de la esperanza, que se alimenta con poco, si vas a mirar, a veces bastan unas hojitas de eucaliptus. Ésos son los dos únicos polos de referencia, Mauricio. Mientras vamos hacia algo o huyendo de algo, por quimérica que parezca la meta, estamos vivos. Lo otro es vegetar.

Carmen Martin Gaite, La reina de las nieves, Anagrama, Barcelona, 1994.

jueves, enero 17, 2013

Especies de espacios

Hay un montón de cosas que me repelen todavía de The Artist (id, 2011) y entre ellas está el hecho de que sea un reciclaje de películas considerable y obviamente mejores de Gene Kelly o William Wellman. Tal vez lo más irritante es lo poco imaginativa que es la película con la sintaxis del cine mudo, frecuentemente pareciendo un pastiche de cine mudo en el que el peso lo lleva Jean Dujardin, haciendo de Douglas Fairbanks y Gene Kelly con un encanto arrebatador.

Aún así, Michel Hazanavicius realiza un trabajo solvente y, pese a una infame apropiación de la bso de Vértigo (el tema Scene d'amour de Herrmann, usado del modo más patético posible) hacia el final, en sus revisiones he digerido mejor con la propuesta de la película y he apreciado un par de logros visuales que sobresalen en su dirección.

Como esta es una historia de cambios del destino en Hollywood, Hazanavicius acierta al dotar a los planos de un elemento expresivo tan primario como encantador. Más que cualquier recoveco argumental, este plano es más bello que los tópicos narrativos que le preceden.



Más tarde, el personaje de George Valentine (Dujardin) oye como su descubierta Peppy Miler (Bérenice Bejo) critica el cine mudo y su pandilla de señores mayores, aunque ella ignore que está detrás.



Y ella le da, literalmente, la espalda tanto al actor como a su carrera, ahora en cuestionamiento. La escena es artificiosa, pero la floritura estilística no parece forzada en una propuesta de estas características. De hecho, más allá del juego sonoro, elemental, son estos los pequeños detalles con los que The Artist puede conquistar al cinéfilo más exigente.

La vanguardia