Dark Water.
(Dark Water, 2005).
D.: Walter Salles.
G.: Rafael Yglesias según la película de Hideo Nakata, asimismo basada en una novela de Koji Suzuki.
I.: Jennifer Connelly, Ariel Gade, John C. Reilly, Tim Roth, Pete Postalwaithe, Dougray Scott, Shelley Duvall.
Duración.: 105 minutos.
Los americanos en su sequía inagotable de ideas, siguen comprando films del extranjero ante su terrible incapacidad de verlos doblados o subtitulados. Pobrecitos. Ahora la última en caer es una d las mejores cintas de horror que se han rodado, Dark Water obra del interesante Hideo Nakta y también su mejor película.
Pocos cambios hay en esta película. Puede resultar interesante para los aficionados al arte de recrear, pero es que se trata de una copia prácticamente al carbón del original, al menos en su primera parte. Para llevarlo a cabo han contratado al interesante Walter Salles autor de la muy recomendable Diarios de motocicleta que muestra un excelente talento para crear atmósferas.
Si por algo destacaba el original era por su obviación de los sustos, en favor de crear una atmósfera inquietante que presta mas atención a los pequeños detalles, y al agua como elementos terroríficos, aparte del consecuente infante fantasmagórico. En ésa cinta, el argumento nos trae a una madre recién divorciada que se va a vivir a su hija a un sombrío apartamento de la isla de Rooselvelt en New York. Entonces empiezaa ocurrir extraños fenómenos.
Como en el original, se trata de la historia de una madre destinada a perder a su hija. La tragedia , la lleva ella inscrita en su pasado. Es un perfecto relato de los hijos abandonados, y de la falta de cariño paternal. En esto se centra tanto la pieza de Nakata como la de Salles.
Al menos, la primera parte del film es idéntica. Pero a diferencia de aquel, Salles pone al servicio su indudable inventiva en el apartado visual apoyado en una excelente música de Angelo Badalamenti y una fotografía de Affonso Beato, ( el original no disponía de esta gran música), para crear el clima tétrico que se pretende. Y lo consigue.
La secuencia de la lavandería es aterradora y es la máxima virtud de éste film, que es un remake que consigue lograr por segunda vez el efecto del impacto ya visto. El arte de la recreacion manierista, sale otra vez triunfante. El clima axfisiante del piso destartalado está muy logrado, y además también cabe decir que Salles se ha apoyado en una excelente Jennifer Connelly que nos brinda una de las mejores actauciones de su carrera.
Los secundarios no se quedan atrás. Aquí la protagonista absoluta es la madre, mientras que en la versión de Nakata había muchisima más atención al personaje de la niña desaparecida.
El principal problema de ésta es su fidelidad al original, pero también se convierte en un fallo. El final, una versión descafeinada del anterior, y una precipitada sucesión del clímax a pesar de regalarnos imágenes poderosas y únicas, como la imagen de Connelly perdiendóse entre el agua es realmente genial.
Otro detalle es que aquí el uso del agua, resulta más vistoso, creando un agua todavía mas inquietante que la versión anterior gracias a que resulta visualmente más estremedora, por su vision negra como la tez.´La historia en cambio resulta bastante más "light" pero demasiado fiel en términos generales. El fallo principal es ése, que logra estremecernos pero nos llevamos una historia bastante más precipitada en su tramo final.
En definitiva una película capaz de repetir el impacto ya visto, que se hunde en un clímax precipitado y demasiado "inexplicado", a la par que contiene grandísimas virtudes como su impagable atmósfera creando un suspense en el espectador que pocas veces va a experimentar. Hay que admitirlo, este segundo Dark Water vuelve a ser una experiencia terrorífica de las de verdad, basando el miedo en las cosas cotidianas y en una historia que si se reinterpeta en tono realista no pierde coherencia. El miedo a lo real es siempre lo mas terrorífico, y en ese sentido el jugar con la perturbación de la vida cotidiana es uno de los aciertos más plenos del último cine de terror ya sea el japonés, o el remodelado americano. La pena es que la originalidad es nula y se pierde en una fidelidad al original, totalmente innecesaria. Con esta atmósfera tan brillante, podrían haberse arriesgado a llevar la historia por otros senderos, y ser al menos más distinta sin que haya que caer por ello en las truculencias facilonas. El único ejemplo modélico de perfecto remake americano, fiel al original pero a la vez complementario y distinto, es la también inquietante The Ring dirigida por Gore Verbinski.
Puntuación.: 7,5.
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