El rey pescador.
(The Fisher King, 1991).
D.: Terry Gilliam.
G.: Richard LaGravenese.
I.: Jeff Bridges, Robin Williams, Amanda Plummer, Mercedes Ruehl, Michael Jeter, David Hyde Pierce.
Duración.: 132 minutos.
Se me ocurren pocos nombres para citar con desidia que este tipo es "el escogido" para llevar a cabo el proyecto maldito que es Don Quijote. Y Terry Gilliam es el elegido. Y precisamente su Don Quijote fue maldecido por una serie de desdichas que recoje el muy recomendable documental Lost in la Mancha que bien podría ser otra película de Gilliam mostrando al soñador luchando contra un destino inexorable.
Al ver esta película he establecido muchos parecidos con una obra de Tim Burton que tiene un calado similar, que es Big Fish. No voy a atreverme a decir cual de las dos es mejor aún, puesto que eso es muy arriesgado, ya que en ambas los acercamientos al tema de un soñador incomprendido son de dos subjetividades que tienen intenciones similares pero separadas a la vez, quizás el balance lo haga al final de esta crítica. También se nota que Gilliam precede a estos mundos personales de Burton y de reitero, Jean-Pierre Jeunet.
La historia que propone El Rey Pescador es desde luego muy interesante, narra como Jack Lucas un locutor neoyorquino que esta en la cúspide, y que se dedica a aconsejar, insultar, a los que le llaman, ve como gracias a un consejo, un psicopáta mata en un bar a unos yuppies. Al cabo de tres años, Lucas está al borde del abismo, vive con una mujer que le ama, pero no consigue salvarla de todas las depresines que no supera después de este hecho traumático, intenta suicidarse borracho en un puente. Allí se topa con Parry, un vagabundo que le salva y que dice que está buscando el santo grial en Nueva York. Después Jack descubre que Parry es en realidad Henry Sagan, un antiguo profesor de universidad de literatura que enloqueció al ver morir a su esposa en el atentado del bar que provocó Lucas. Sintiendose en deuda con él, y creyendo que así superará sus problemas Jack empieza a ayudar a Parry.
El film nuevamente (como en la posterior 12 monos) muestra a unos locos que en realidad no lo son tanto, y los dibuja como soñadores incomprendidos por una sociedad incapaz de aceptarlos. Y también Gilliam teje su mensaje ya habitual. El Mal, somos nosotros, los humanos. Ya sean en forma de bandas que apalizan a vagabundos, o hipócritas que lanzan monedas a los pobres a modo de limpiar conciencias. Hay una escena excelente en la que un grandísimo Tom Waits, se define como un "semáforo social" para la gente.
Revisada en conjunto, y comparada con el film similar Big Fish, me temo que la balanza se inclina claramente hacia el sueño blanco de Tim Burton. Pero sólo porque aquel cuenta con un gran envoltorio visual y porque se mantiene en los mismos niveles (menos el notable bache final) durante el metraje. Y El Rey Pescador es mucho más irregular en su ritmo, y no tiene esa perfección visual lograda en la aportación de Burton, y es que Burton es un maestro de lo visual, es lo suyo. Y Gilliam tambien, pero es mas imperfeccionista, y aqui no dió rienda suelta a su imaginacion como en Brazil o Las aventuras del barón Munchausen. Sin embargo la dirección es increiblemnte barroca, al estilo Gilliam, y la historia le va como un anillo al dedo.
Los actores excelentes. Jeff Bridges, como casi siempre, excelente, es un actor muy efectivo. Robin Williams le sienta de maravilla ese rol de "loco maravilloso" que ha ido bordando a lo largo de los años, y aquí pues está correcto. Y ellas, Amanda Plummer y Mercedes Ruehl les secundan estupendamente.
Ahora bien, me gustaria matizar varias cosas, en su comparacion con Burton. Este film no es en su visión global mejor que aquel. Pero en muchos momentos consigue una cinematografía pura e increíble, momentos de impresión, mientras que aquel va en una línea muy clara. Por ejemplo: el arranque de El Rey Pescador es pletórico, la descripción que hace de Lucas en tan poco tiempo y sin reiterarse. En cambio las idas y venidas de Jack, y la cita de Parry, descolocan un poco el conjunto. La escena donde Parry se enamorada de Lydia, y todo el conglomerado neoyorquino trabajador y obsesionado deja de andar, para bailar, es pura magia. Y el clímax final esta muy logrado.
Es decir, El rey pescador no es mejor que Big Fish globalmente, pero contiene aciertos arrebatadores que nunca podremos encontrar en el film ese, que aunque nadie lo ha dicho, Tim Burton ya cae en un sentimentalismo muy convencional. Pero claro, es Tim Burton, y si Burton es sentimental es "bonito". Spielberg el sentimental empalagoso de toda la vida, lo es, lo llamamos "sensiblero". Pues miren ustedes, que Big Fish tiene momentos demasiado empalagosos y de eso ya trataré largo y tendido en la crítica del film.
Y en esta hay elementos emocionales, hay un clímax donde la emoción confluye, pero no se cae tanto en la lagrima facil. Pero sin embargo, la aportación de Burton, es, matizo, superior a su pesar. Pero no se pierdan esta, tiene momentos geniales, y es un film altamente recomendable.
Y no dejen de soñar. Y cantar, desnudos de prejuicios humanos, mirando al cielo, mirando a la vida.:
I like New York in June. How about you?
Puntuación.: 8.
3 comentarios:
Qué gran película.
A mí es una de las que más me gustan de Terry Gilliam. COn toda esa imagineria medieval metida en los bajos fondos de una gran ciudad y los personajes heróicos sean la antítesis de lo que estamos acostumbrados a ver.
La verdad es que fue una grata sorpresa al verla.
Gilliam es un cineasta que debe valorarse más.
Sus "hermanos grimm" son entretenidos pero lo que de verdad me ha parecido estupendo es el tráiler de "Tideland" por lo que veo condenada a convertirse en film maldito pero radical y hermoso (por ese increíble trailer ) como éste, injustamente ignorado, o como Brazil y tantos otros...
Un saludo!
Gilliam es un portento. No estará hecho para todos los gustos, ni siquiera estará hecho para pasar a la historia "oficial" del cine. Pero es el perfecto ejemplo de cineasta alternativo: el que busca su camino, su forma de ser, importándole un comino lo que los demás esperen de él. Nos desafía con todo su compendio de locuras, con un carnaval de desvaríos. Parece que se encontrara cómodo en el papel de incomprendido o perro verde. Yo, sencillamente, me rindo a sus pies.
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