sábado, julio 08, 2006

BREVES APUNTES SOBRE "CATEDRAL"

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Catedral es después de o debería decir junto con Short Cuts el mejor trabajo del muy influyente y famoso maestro del (mal) llamado realismo sucio, Raymond Carver. El libro tiene una lectura fácil y sencilla.

El mismo secreto de sus relatos lo define él
en su pequeño ensayo Escribir un Cuento:

“Me gusta hacerlo así cuando siento que una nueva historia me amenaza. Y siento que de esa propia amenaza puede surgir el texto. En ella se contiene la tensión, el sentimiento de que algo va a ocurrir, la certeza de que las cosas están como dormidas y prestas a despertar; e incluso la sensación de que no puede surgir de ello una historia. “

Así sus historias no empiezan porqué acaso no van a acabar nunca. O ya están terminadas. Y muchas veces Carver juguetea con esa tensión para que luego pase (o no) algo. Es magnífico además no sólo en su tratamiento de los temas privados como dice Rushdie, sino en su maestría narrativa. Escoge siempre un narrador parcial, un protagonista, un personaje. Jamás narra lo que acontece, sino cómo lo ven los personajes, y sus relatos son el conjunto de las emociones vividas por Frank, Fran, o como se llame su protagonista.

Sea masculino o femenino Carver tiene una sensibilidad sin fronteras y es un maestro en todos los ámbitos. He de reconocer que Catedral el cuento que da título al libro y asimismo lo cierra es toda una lección de cómo encadenar sentimientos en un cuento y dejar al lector intenso, pero el que le precede, El Tren, dedicado a John Cheever y que homenajea explícitamente al Tren de las cinco cuarenta y ocho es una pequeña maravilla para los amantes de ambos autores: vemos como Carver versiona y matiza los mundos y suburbios tan propios de Cheever.

Y aunque cojan trenes distintos, ambos autores reposan en la misma estación.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, discutiremos tmbién por esto (que tampoco es malo, ¿no?). No pongo en duda la maestría en el manejo del lenguaje de Carver, y su habilidad para detener el tiempo del relato y de los propios portagonistas. De hecho pocos autores me transmiten de forma tan acertada su angustia vital. Pero por otra parte esa carencia de ritmo, buscada, provoca también desidia cuando lo leo, cansancio. Supongo que me pueden los contadores de historias, las plumas más afiladas, y Carver, que va justo en la dirección contraria del mero "contar una historia", me agota.

De todas maneras, te aconsejo darle un vistazo, si no lo has hecho ya, a Pier Vitorio Tondelli, boloñés, en mi opinión heredero directo de la prosa de Carver.

Anónimo dijo...

Tampoco perderás el tiempo si te das un garbeo por Flannery O'connor.

Simon Templar dijo...

Por qué será que esto de Carver y Catedral me suena...parece una tontería...pero me suena de algo.
;)

Miguel Sanfeliu dijo...

Alvy, totalmente de acuerdo. "Catedral" es un libro imprescindible y Carver un genio como la copa de un pino. Alquien que supo abrir un nuevo camino para el género del relato.