domingo, abril 01, 2007

Boy with the curious books

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Miguel Ángel Muñoz convoca un concurso del mejor libro de relatos de 1982-2007. No sólo ya he votado y les animo a hacerlo, sino que (público invisible) desde este rincón se imponen directrices ideológicas claves para seguir formando parte de este selecto club de lectores invisibles.

Ojito, chejovianos. Sugerencias de voto alvysingerianas para evitar una catástrofe. O mejor, dos. Y primero, enumeramos los errores:

-No queremos que gane Raymond Carver. Sería la horrorosa confirmación de que determinados hijitos generacionales adoran tanto a Carver que sólo ven (leen) a Carver. Es mentira ¿verdad?

-No queremos que gane Richard Ford. No nos parece ni de lejos un mal cuentista pero si un cuentista funcional, poco brillante y que basa todo su impacto en una vieja tradición del old american que dominan mejor Sam Shepard. Consideramos que deben de ser autores radicalmente evolucionados a Ford-Carver (y no hablamos de realismo vs. posmodernismo ni otros duelos fangosos) y que han asumido su tradición para innovar más.

Y ahora las sugerencias.:

-Si quiere usted ser un muchacho de bien puede votar....

....a Don Quim Monzó, El porqué de las cosas. Un libro inteligente e inquietante que abre muchas grietas en nuestra vida. Si, el original el perquè de tot plegat es mucho más sugerente y amplio pero el contenido sigue siendo igual.

-Si quiere usted ser un muchacho de notable, un tipo de hombría puede votar...

a Lorrie Moore (que estás en los Cielos), Pájaros de América. No es Carver y no hace falta, y si es tragicómica, como si fuera una mueca irreversible en nuestro rostro.

-Si quiere usted ser un outsider y el primero de la clase, debe votar....

a David Foster Wallace, La niña del pelo raro. En 1989 la vanguardia literaria no asistía a un momento de deificación. No nos confundamos: lo que hizo Foster Wallace fue continuar una línea díficil del relato, dónde la participación del lector es tan importante como el impacto emocional que tiene. Y, claro está, relatos que marcan un punto y aparte.: Lyndon, esa magnífica perversión histórica es el mejor de ellos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Alvy, no se por qué los cuentos de DFW me resultan demasiado repelentes. Quiero decir que es quizás el único sitio (adoro sus artículos, adoro sus novelas) donde me parece que su increíble ingenio no está al servicio del relato sino... de su ingenio. Es una exhibición de talento quizás demasiado sistemática.

o tal vez debería darles otra oportunidad.

Unknown dijo...

Alvin, no sé pero en la convocatoria de MAM nos olvidamos por completo de dos indispensables, Denis Johnson y Donald Barthelme. Tienes razón en lo que dices de Carver y Ford, y hay mucha tela que cortar todavía al respecto. En cambio prefiero a Barthelme antes que a DFW, que me aburre un poco. Pero los libritos de Barthelme, 40 stories, por ejemplo, puf, sensacionales. Voy a cambiar el sentido de mis votos.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hijo mío, mira que te ha dado con Ford. ¿Poco brillante? Según se mire. Compararlo con Shepard está fuera de lugar porque precisamente ambos son cuentistas muy diferentes (y cuyas texturas proceden de sitios diferentes). Como bien se ha dicho por ahí, a veces parece que DFW quiere ser pretendidamente ingenioso antes que contar algo.

Ford es una fiesta para el corazón (deberías releerlo), por mucho que DFW sea vanguardista, ingenioso, y lo que quieras. A veces no basta ser ingenioso y vanguardista para ser mejor.

Pedro Incio dijo...

DFW es bueno, muy bueno. Sus relatos "periodísticos": tipo " Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer" son buenos, muy buenos. No sé donde leí que decía que aprendió a escribir resescribiendo una y otra vez los cuentos y novelas de Henry James.
PI

Anónimo dijo...

"Entrevistas breves con hombres repulsivos", por su "Octeto" y su relato sobre la industria televisiva de principios de los 90 como si fuera fantasía heróica.

Anónimo dijo...

HEROICA.

Siempre la cago en esa tilde.

J. Alvargonzález dijo...

Yo votaría "LLamadas telefónicas" de Roberto Bolaño. Sí, ya, no es perfecto, ni mucho menos, pero ése es uno de mis oscuros motivos para votarlo.

Enrique Ortiz dijo...

Qué buena entrada, Alvy, en la que no puedo sino estar de acuerdo. Ele, ele, ele, outsiders de la tierra... Un abrazo muy fuerte.