domingo, abril 22, 2007

Libros para gente miserable (IV)

Seguimos queridos lectores con nuestro especial de recomendaciones literarias hechas a medias por las más célebres all stars de la blogoesfera y un humilde escribidor. ¿Todavía duda de qué regalar? Ahí van más casos...

Por Noel Ceballos - Miembro honorario del consejo de Arkham desde el 24 de Diciembre de 1969 y célebre investigador de los trastornos neuronales ocurridos en 7 Craven Road.

Caso 4 – Galería de pacientes célebres del Hospital Psiquiátrico Palmer Eldritch Para Esquizofrénicos, Paranoides, Postneuróticos, Intermetamorfos, Antisociales, Egodistónicos, Oniomaníacos y Personalidades del Tipo A

- Síntomas:
De toda clase: maté a mis compañeros de instituto en una orgía de sangre (humana y animal) y poderes mentales, fantaseo con recrear accidentes de circulación con estrellas de cine a las que veo como unas Afroditas con las facciones horriblemente desfiguradas, mi doppelgänger es un carismático anarquista que planea colocar cargas de dinamita en las bases de la sociedad y la narrativa occidental, pretendo rodar películas post-postvanguardistas con actrices veladas y alta probabilidad de provocar daños psicológicos irreversibles en el espectador...


- Pacientes y recomendaciones:

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- Patrick Bateman
“Esta confesión no tiene sentido”

Diagnóstico:
En ocasiones, el paciente parece extremadamente lúcido, como demuestran las grabaciones de sus sesiones con la doctora M, en las que conversaron acerca de temas tan diversos como el calentamiento global, la inmigración, Justin Timberlake o el terrorismo. No obstante, Bateman también tiene episodios psicóticos en los que afirma estar vacío por dentro y haber cometido multitud de crímenes horribles (de los que es capaz de realizar una descripción detallada y, en ocasiones, indecentemente pornográfica). Recibe visitas periódicas de su hermano, su ex mujer y su hijo de 12 años, quien parece provocar en él sentimientos encontrados. Ha realizado notables progresos en su lucha contra el consumo compulsivo, aunque aún no hemos solucionado su necesidad de visitar (con nocturnidad y alevosía) la McMansión de cierto escritor posmoderno. Los rumores de que murió hace dos años en un incendio no sólo son infundados, sino que además parece que fueron creados por él mismo.

Documentos:
“American Psycho”, de Bret Easton Ellis, así como los textos de apoyo “Las reglas de la atracción” y “Lunar Park”, del mismo autor.


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- Carrie White
"And the first sin was the sin of lust. So God visited Eve with a curse, and that curse was the curse of blood”

Diagnóstico:
La señorita White ingresó voluntariamente el año pasado, acompañada de su amiga Miss Susan Snell y tras ser dada por muerta en su ciudad natal (Lakewood, California). Lo cierto es que, tras su último episodio, es lo mejor que le podía haber pasado: aquejada por lo que el doctor Tobias Fünke describe como “telequinesia post-menstrual”, la paciente puede ser realmente destructiva cuando siente una necesidad imperante de venganza. Constantes referencias al elemento materno hacen sospechar que pudo tener mucho que ver en el posible origen de su psicopatología, aunque la paciente está muy lejos de superarlo (de hecho, su tendencia a encerrarse en los armarios como heterodoxa forma de penitencia parece un vestigio de las enseñanzas de la señora Margaret White). No ha habido incidentes reseñables desde que la paciente ingresase, aunque hace ocho años tuvimos algún que otro quebradero de cabeza con Rachel Lang, una efímera paciente que pretendía suplantar (de manera torpe pero insistente) la personalidad de la señorita White.

Documentos:
“Carrie”, de Stephen King.


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- James Gunn
“Su verdadero nombre era Trevor Forrester, pero los chicos de la urbanización le llamaban Monstruo porque era malo y feo y retrasado”

Diagnóstico:
A primera vista, lo más lógico sería diagnosticarle al paciente que nos ocupa uno o varios traumas infantiles no superados, pero su caso es algo más complicado. Aquejado de una necesidad patológica de poseer los objetos que desea y de una incapacidad congénita para relacionarse (no digamos ya de conectar emocionalmente) con las personas que le prestan su afecto, Gunn no está tan lejos de nuestro primer paciente, aunque lo cierto es que a él le costó mucho menos separarse de las pertenencias materiales que le impedían avanzar (un muñeco de Rom, el Caballero del Espacio y una masa indefinidamente verde a la que él se refería como dinosaurio) que a Bateman. Los enfermeros han declarado en varias ocasiones la dificultad de tratar con él, así como sus repetidos intentos de provocar que otros pacientes se hagan daño a sí mismos.

Documentos:
“El coleccionista de juguetes”, de James Gunn (sin relación aparente).


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- Vaughan
“En su visión del accidente de coche con la actriz, Vaughan estaba obsesionado con varias heridas e impactos (...) Hablaba de ellas con la ternura erótica de un amante que lleva mucho tiempo separado”

Diagnóstico:
Este individuo está más allá de toda ayuda psicológica. NO ADMITIR.

Documentos:
“Crash”, de J.G. Ballard.

1 comentario:

Francisco Ortiz dijo...

Vas componiendo una selección inquietante.