jueves, mayo 17, 2007

Cats

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Si hoy se estrenara Cat People (1982) la gente (joven) saldría del cine alucinando, blasfemando y secretamente satisfecha, con ese sentimiento de culpa que tienen todos los héroes schradianos. Imposible concebir una película en estos tiempos por dos motivos: la mojigatería ya está asimilada y los remakes ya están dogmatizados en la tradición de la fotocopia.

Nacho Vigalondo insinuaba en la última Xtreme que los cambios en las secuelas de los videojuegos eran superficiales, es decir, que las secuelas eran versiones ampliadas y perfeccionadas de las entregas anteriores sin que psaara nada. Señalaba que esto en el cine tiene una recepción contraria y se ve como un defecto. ¿Es pues el remake mejorado técnicamente nocivo? Pues no. Sin ir más lejos les diré que me quedo infinitamente antes con The Ring versión Gore Verbinski, a pesar de los escasos cambios introducidos. Pero que ustedes ya me entienden: nunca está de más que cada uno pueda abordar la cosa a su manera, oigan.

Escribía Jordi Costa en la Fantastic Magazine de por allá en los noventa que El cabo del miedo era el triunfo de Scorsese sobre Spielberg. Eso explica su lógica y mediana decepción ante el Scorsese de Departed. Pero también sirve para reavivar la verdadera alma cinéfaga ochentera de cualquier persona de bien y releer la película, si quieren, como el triunfo de Schrader sobre Jerry Bruckheimer (al menos si así lo prefieren los cinéfagos de antaño reciclados ahora en cinéfilos gruñones e insatisfechos).

Resulta gratificante y sorprendente ver lo bien que ha envejecido Cat People y lo mucho que tiene que decir aún sobre el cine del mañana (además del de su contexto). Steven Soderbergh trataba en The good german traducir los códigos formales del cine clásico con un mensaje más abiertamente moderno. El fracaso del mimetismo se hace presente en toda su artificiosa y forzada puesta en escena que sirve para que el espectador reflexione: Soderbergh puede considerarse un director muy necesario pues con su última propuesta da un importante puñetazo a los viejos cinéfilos que claman sin cesar, mirando al cielo y en modo vejez mental, a Ford, Wilder, Capra, Lang y.... Tourneur.

La cinta de Schrader no tiene miedo a inscribirse en la línea postmoderna de los remakes y lo hace de forma más sutil: a diferencia del compañero Landis, esta no necesita insistir tanto en el chiste referent-pop. Lo tiene y lo usa un par de veces (ese Don Gato y canciones de miau miau como pruebas) pero como las panteras no necesita rugir para hacerse oír.

Otra cosa que no podría verse hoy (a excepción de cualquier francotirador) es una cinta que mantenga hasta el final esa perversidad ,que poquito a poco se ha adueñado del mainstream y se ha adaptado a los esquemas más rutinarios. Schrader no sólo incorpora descaradamente sus temas calvinistas, sino que ahonda continuamente en una perversa y gozosa relación de incesto/maldición en la que se insiste sin fisuras ni censuras.

¿Dónde quedó esa vía? Schrader no sólo hizo suyo un remake sino que pasó completamente de la presión de versionar a Tourneur. Su atmósfera pecaminosa (es New Orleans) y lo obvio redondean una película marcada por su poderoso clímax: sexual y sudoroso, como el resto del metraje. La parte más inteligente y autoconsciente de Schrader en cuanto a términos de narrativa está en ese final: durante un momento, Irina se acerca a Alice su previsible rival por Oliver. Durante mucho tiempo creemos que todo va a desembocar en la clásica persecución frenética/cacería en el que todo terminará bien. Schrader no se rindió y continuó con ese tono abiertamente sensual, atando al espectador a un final sin tregua y descaradamente cínico respecto a las relaciones sexuales.

Tal y como la definen en Cine de terror contemporáneo, está es una película grosaremente explícita, incomódamente perversa... todavía.

17 comentarios:

Joyce dijo...

Un remake vale la pena cuando tiene sentido más allá de lo comercial. O eso creo. Qué sentido tiene, por ejemplo, hacer Vanilla sky? Un crimen contra la original de Amenábar...

Anónimo dijo...

Mi película favorita de Schrader. Lo que hubiese ganado este hombre si se hubiese impuesto, a la Fisher, meter un monstruo y polvo por película.

Portnoy dijo...

No sé, Alvy... ¿tu has visto la de Tourneur? ¿piensas que esa película necesitaba un remake?
Estoy de acuerdo en que Cat People no es un remake al uso, pero La mujer pantera no necesitaba ningún remake... de hecho creo que todo el mundo recordará la de Tourneur y olvidará la de Schrader, demasiado ligada a su época.
Y que Vigalondo diga lo que quiera... el mundo de los videojuegos en un mundo en evolución técnica. Si repasamos la historia del cine veremos que en sus inicios, cuando la técnica cinematográfica estaba en pañales se realizaban innumerables versiones de una misma película.
Hacerlo ahora, cuando en algunos momentos el cine ha alcanzado la categoría de Arte, me parece de una supina estupidez. Pretender que la técnica puede suplir al espíritu artístico me parece una majadería.
Hablo en general, no de Cat People (De hecho de la película de Schrader solo recuerdo la canción de Bowie y a sus protagonistas... lo cual no es demasiado favorable, creo)
Un saludo

Fender Stratokaster dijo...

“si quieren, como el triunfo de Schrader sobre Jerry Bruckheimer (al menos si así lo prefieren los cinéfagos de antaño reciclados ahora en cinéfilos gruñones e insatisfechos).” Je, je, je...

Me sentí muy aludido.

Anónimo dijo...

Que un remake sea agradecido no implica que el original estuviese necesitado, Portnoy.
Por otro lado, la evolución técnica de los videojuegos no niega la argumental y la conceptual, algo que a veces se niega desde demasiado fuera y demasiado dentro.

Mycroft dijo...

En cuanto a la necesidad de remake, es un argumento falso.
¿Cuantas películas hizo Lang de Mabuse? ¿No eran en el fondo la misma pelicula? ¿Y no nos fascinaban de nuevo cada vez?
Lo que reprocho a un remake es que no sea personal, no aporte algo propio, sea mimético o directamente mediocre (ay, departed).
Pero Shcreader es mejor director que todo eso, mejor de lo que muchos (incluido él) piensan.

diego u. dijo...

Schrader es un cineasta de trinchera

Druida del Sur dijo...

No se como llegue aca , creo que por otro blog, que le prestaste una chica un libro de Baudrillard.
Que lindo
bueno un saludo.
Santiago.

PD: quiero tener algun amigo intelectual o ignorante o lo que sea, asi que agregame al MSN o mail ol o que sea. Chaos

Anónimo dijo...

¿¿Por qué no he pasado por aquí antes??
Me voy a cagar en DIOS.
¡¡Cosecha Roja!!

¡¡Me va a llevar DÍAS leer todo esto!

Salanova dijo...

Yo no creo que sean malos los remakes, siempre que no sea una copia de la original. Aunque, hay veces que no se debería hacer, por ejemplo, con las grandes obras del cine, imagíenense un remake de 'Blade Runner' como que no...

Gracias por lo de Life On Mars.

Portnoy dijo...

"¿Cuantas películas hizo Lang de Mabuse? ¿No eran en el fondo la misma pelicula?"... no sé, Mycroft, ¿no hizo siempre la misma película Hitchcock? ¿y no era siempre distinta? Todo en ellas era McGuffin, lo único importante ra el efecto de la película sobre el espectador. En un remake se suele confundir la historia con la película. Que en la película de Tourneur la mujer se transforme en una pantera tiene tanta importancia como si se transformase en... no sé... cebra salvaje, por decir. Lo importante es la película, la fotografá, el montaje, la sugerente forma de no mostrar nada. Pretender que hablar de los problemas de las personas que se convierten en felinos pueda llegar a ser un remake de una obra de arte es ilusorio... es sencillamente otra cosa, otra película que jamás podrá librarse de su antecesora al haberla tomado como referencia... pero sólo como referencia narrativa, no artística. Si el remake debe cargar siempre con el peso de no ser una película "original" ¿por qué empeñarse en ellos? Por qué no liberalizamos nuestra conciencia artística y entendemos, como en oriente saben desde hace siglos, que la cultura solo avanza reescribiendo la de los que nos precedieron. Reescribiendo, no "ejecutando" ejercicios de calco circunstanciales.
En los ochenta consistía en mostrar explícitamente todo lo que las versiones anteriores sugerían, es decir, mostrando lo que la versión anterior había demostrado que era completamente prescindible.
Sangre y sexo

John Trent dijo...

Yo creo que, aunque cosa este mal como comentas, hay excepciones que nos hacen tener aun esperanza sobre el riesgo en el cine. Lo malo es que esas excepciones, en la mayoria de los casos, son rechazadas por el publico mayoritario. Es realmente curioso como hemos cambiado los habitos de consumo, contradictoriamente: ¿en el siglo XXI, con toda la violencia real que se ve por TV, la gente no esta acostumbrada para segun que propuestas de ficcion?.

Mycroft dijo...

Scarface es un remake, a la hoguera con él...

Portnoy dijo...

Hay remakes que son copias y los hay que son otra cosa, obras que podrían haber sido originales pero que están lastradas por el peso de sus predecesoras. El Scarface de Brian de Palma, o el guión de Stone, podría haberse enfocado de otra manera... ¿por qué apelar a una película de Hawks copiando el título? Por pasta, por supuesto, por explotación de un éxito aceptado por todos... ¿era necesario? Creo que es una pregunta que debemos hacernos siempre, si el remake es necesario o un capricho comercial.

Mycroft dijo...

No no no, esta usted equivocado portnoy, no se copia el titulo en Scarface pror capricho, o como franquicia.
Se trata de la misma historia. La misma exactamente. El ascenso del mafioso peldaño a peldaño, la lucha de poder, y el triángulo malsano con su amigo y su hermana.
No me diga que eso no estaba ya en Hawks. Y no hace que la obra de De Palma sea menor que la de Hawks, porque en aquel entonces De Palma era un director lo suficientemente personal. Pero la legitimidad de hacer un remake existe, aportando la visión nueva por supuesto.
Otro ejemplo son los ultracuerpos de Kauffman (aunque ahi si prefiero los de Siegel)

Alicia Liddell dijo...

Tremenda película, tan tan sucia. Maravillosa Natasha Kinski. Pero prefiero la poesía del referente.

Portnoy dijo...

"Pero la legitimidad de hacer un remake existe, aportando la visión nueva por supuesto".
Totalmente de acuerdo, aportando la visión nueva y personal... lo que ocurre es que solemos equiparar remake con (mala) copia, y no es culpa nuestra, es por las (malas) experiencias que nos obligan a padecer.
El problema estará, como siempre, en determinar que es una visión nueva y personal de una película. Por lo general cualquier cambio (técnico, jurídico, contractual...)justifica toda atrocidad.
Un saludo