miércoles, mayo 23, 2007

Señales del final de una charla (y II)

Al repasar mentalmente sus libros de una forma general pensé en su estructura. Todos tienen una estructura distinta ¿Casualidad o causalidad?

Yo del único libro que soy estructuralmente consciente y me produce cierta inquietud y es en el que menos trabajé es Esperanto, que me parece que es un misterio. Los otros libros tienen una estructura mucho más difusa, todos marcados por la gran influencia de mi infancia que es 2001.

Sí, por poner un ejemplo, mítico es ya el tipo disfrazado de mono en La velocidad de las cosas...

Esa película me marcó mucho. Es uno de mis hitos formativos. Recuerdo haber salido pensando del cine ah tambien se pueden contar historias de esta manera. Se puede hacer una película de ciencia ficción que transcurra en la prehistoria, que la máquina sea más humana que las personas. Y la otra es Sgt. Pepper's por la manía referencial. Pero no soy una persona que planifique el libro y luego se sienta a escribirlo. Por eso nunca sé lo que van a durar. La estructura de mis libros es durante no antes. En ese sentido el libro que mejor veo es Esperanto pero no lo siento como un libro mío, lo envidio, creo que me fue concedido...
Y además (Esperanto) es el libro que más diálogos suyos tiene... Pienso en el momento del colocón colectivo de dog en una habitación.
A mí me parecen muy funcionales, muy útiles pero no me parecen naturales ni fluidos, pero esa una perspectiva.
Bueno, La Montaña García no me parece funcional
Me alegro por la Montaña García (Risas)
Y hablando de su labor como anticrítico literario como se define...
Bueno, me gusta escribir sobre lo que me gusta leer. Ahora estuve tentado de escribir una reseña muy negativa del último libro de Paul Auster que me pareció una especie de vergüenza absoluta. Tiene una costa muy interesante que es un libro adolescente y senil al mismo tiempo.
Alguien dijo que Paul Auster ha pasado de imitarse a sí mismo a imitar a Woody Allen, en el de Brooklyn...
Si quiere hacer eso, que lo haga no me molesta. Pero Paul Auster, siempre digo, no es un escritor de escritores sino de personas que quieren ser escritores. Es como un nuevo Herman Hesse. Un escritor que sirve para iniciarse en la literatura pero me parece que es una influencia nefasta.
Jamás recomendaría Siddharta a mis amigos...
Yo siempre digo que Auster es el Dr. Jekyll y Bukowski Mr. Hyde. Cumplen la misma función. Son los dos modelos para un preescritor: el follador, alchohólico y canalla o el dandy exquisito encerrado en su biblioteca. Ni uno es Borges ni el otro Henry Miller.
Y en crítica literaria creo que gente como Zadie Smith está poniendo énfasis en el valor de la experiencia personal como una forma viable de reseña pero también la del cartógrafo
Yo prefiero la figura del evangelizador que va predicando la buena nueva. Además los escritores, salvo muy muy muy pocas excepciones, no pueden ser críticos puros. Un crítico puro no puede de uno que escriba ficción. Tiene que ser alguien que lea y critique. Pienso en Ignacio Echevarría, una mirada puramente crítica, alguien que nunca ha intentado escribir un libro. Yo como escritor, que soy parte de la tripulación del Titanic o del Pequod, prefiero hablar de los marineros que mejor me caigan.
El otro día leí además que fue cronista culinario...
No, eso fue un trabajo alimenticio, literalmente hablando. Mi primer trabajo fue en una editorial que tenía una revista de tarjetas de crédito y luego tenían otra gastronómica y de turismo. Yo tenía nueve seudónimos con nueve personalidades muy marcadas (una mujer, un gay). Fue un trabajo formativo muy efectivo. Muchas veces me compraban diecisiete fotos de la Polinesia y me decían escribe un viaje a la Polinesia. La capacidad de la imaginación se te abre mucho. Tenía una sección que me gustaba mucho que era como escribían sobre comida los escritores. Eran como pequeños ensayos sobre la comida en Hemingway, en Henry James.
Volviendo a Paul Auster, ahora la figura mediática en Estados Unidos es Dave Eggers
Dave Eggers es un gran entretenedor. A mi su primer libro me gusta mucho, me gustan los relatos. Es bastante admirable lo que ha hecho con las revistas como The Believer.
Ha acercado la literatura a los más jóvenes
A mí me parece que en Estados Unidos esto siempre ocurre. En los ochenta fue con la editorial Vintage cuando publicaban American Psycho, McInerney, las novelas de Tama Janowitz. En este sentido la sociedad norteamericana aún permite la existencia de estos fenómenos psíquico culturales. En Argentina es mucho más díficil todavía.

PD: Noel ha vuelto a demostrar porqué empequeñece cualquier letra épica. Y les digo que formo parte del titánico crossover que convoca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por el comentario: ha sido un cosa ardua de realizar, así que es un placer saber que el esfuerzo ha merecido la pena.

Enrique Ortiz dijo...

Cómo me gusta, Sr. Alvy, esto de las entrevistas, mucho más, claro, si son a Fresán. Muy interesante lo de Auster, mucho, mucho, mucho. Un abrazo, Alvy y gracias.