domingo, septiembre 07, 2008

El Circuito

El otro día Liana y Ryu Gon acompañaron el pase de The Circuit, película que nos sorprendió gratamente. Era la inercia de su título español (El ring de la muerte) lo que invitaba a verla y el resultado no defraudó. La película está dirigida por Jalal Merhi, al que yo creía hermano de Joseph Merhi, pero nada que ver. El director es también un artista marcial conocido como El Steven Seagal de Beirut. ¿Se hacen una idea?

Bien, Merhi decide rodar la película con una decisión loquísima: hacer fundidos a blanco cada dos por tres. Al principio resultan decisiones bellamente locas, cuando une esos fundidos al cielo o incluso al tunel. Luego se suceden sin piedad y dan a la película un desorden narrativo impresionante. Sin embargo Merhi toma algunas decisiones en los combates absolutamente interesantes, como los primeros planos de los secuaces orientales recibiendo una patada. El resto de combates de Olivier Gruner, un cruce entre el Van Damme más cercano (el de Libertad para Morir, por ejemplo) y un Brian Bosworth con cara de buena gente, oscilan entre lo resultón y lo mal planificado, pero la fuerza de su protagonista hace el resto.

El guión de Doyle es de lo más clásico: hombre retirado que ha de volver a hacer lo que mejor sabe y por un motivo emocional. Esta vez es su hermano, y el asunto es el Ring de la Muerte, terreno en el que no hay reglas. Entonces Merhi toma una decisión que a mi me parece sorprendente: en un entorno tan brutal desviste toda la película de una violencia sangrienta o sudorosa. La película sigue el esquema de Hong Kong con entrenamiento delirante y maestro muerto en su segunda mitad, hasta llegar a un clímax más corto de lo esperado en el que Dirk hace lo que mejor sabe hacer: machacarlos a todos. El otro problema de Merhi es la descompensación para presentar a un malvado que nos resulte fuerte e invencible, una de las claves del cine de artes marciales: el poder del villano. Por eso la coreografía final defrauda.

Pero The Circuit es divertida y honesta pese a todo ello, con un par de peleas majísimas, la del bar, clásica en la que el héroe deja claro su potencial y un par de secuelas con Merhi-Gruner repitiendo juntos y que sólo pueden mejorar su esquema. Una de las pistas es que el motivo del regreso de nuestro Dirk es el secuestro de su novia periodista y así se explican ese metraje que se le da, con una historia de amor absolutamente gloriosa.

3 comentarios:

Ryu_gon dijo...

Sí, pese a lo gracioso de ciertas decisiones en la dirección, the circuit se revela como un film sinónimo de entretenimiento puro y duro, que eso es lo que cuenta.

A sabiendas de que existen dos partes más, hay que acudir raudo y veloz a verlas sí o sí.

Saludos!

Pedro José Tena dijo...

No sé si la ha visto, Alvy, pero la unión de Oliver Gruner con Albert Pyun en 'Némesis' es cosa fina.

Francisco Ortiz dijo...

Una de esas películas para pasarlo bien sin más, según veo, como cuando otros nos entretenemos con Eddie Murphy. Un saludo.