lunes, febrero 18, 2008

Expediente Cloverfield


Sigue el debate entorno a la película de Reeves/Goddard/Abrams (lo más parecido a una autoría colectiva, si lo piensan). Vigalounge me cede estos Cloverfield Files, de los que indudablemente este vídeo es su máximo valedor. El documento es terrorífico: conocedor de todos los resortes y sorpresas de la película no disimula en aplicarlos con una elipsis nada spoilerífica que desconcertará a los que la hayan vista y a los que todavía estén esperando a verla. La Camisetita del chaval podría ser un guiño pajero: otro Matt Reeves participó en 28 weeks Later, que tenía a otro chaval con la camisetita de marras. También puede ser pura y dura casualidad. En todo caso ¿Se han fijado entre los agradables parecidos entre las criaturas de la película y los bichejos del Half Life? ¿Agradable, eh?

domingo, febrero 17, 2008

Volviendo sobre los regresos

El otro día revisaba los archivos del blog y comprobaba apocalíptico como la mayoría de tutubos, linkes y demases del año 2006 mueren. El blog no perdura; una vez pierde sus pequeños artificios, el tiempo lo erosiona, le saca canas hipertextuales. Hay algo que no quiero que pase en Sin Seudónimo, que termine siendo una bitácora llena de canas y no un dietario de inquietudes morales y demás.

Para relanzar Sin Seudónimo absolutamente nadie mejor que Mycroft Barret, en tiempos convulsos de campaña violenta y necesidad del escepticismo para combatir esa necedad apolítica que despachan algunos respecto a lo que ocurre en esta democracia, en este país de transición como dice el sabio. Y aquí lo tienen.

sábado, febrero 16, 2008

Un sueño perfecto


A veces me doy asco de lo previsible que puedo llegar a ser.: lo mío no es ni con el refinado palabro francés ni con el duro término castellano ni con el ya cool hard-boiled. Lo mío es patológico. Me pasó con la estupenda Brick. Y, si las estrellas se juntan y hay talento y cojones, The Perfect Sleep de Jeremy Alter será eso. Justo eso. Disfrute aquí en calidad alta, querido lector.

El ingrediente de los sueños


“¡Oh, que esta sólida, demasiado sólida carne, pudiera derretirse, deshacerse y disolverse en rocío”
HAMLET


En Paprika de Satoshi Kon, los traumas tienen la interpretación de los sueños ligada a una sala de cineatográfo, nada autiana por cierto, y como en Mullholland Drive, la fémina es la personificación (y la resolución) del antagonismo entre luz y oscuridad. Partiendo del clásico esquema de pesadilla dickiano de penútlimas verdades y de dos tramas, que terminan por fundirse de una forma más onírica que convencional, Kon consigue reunir una serie de elementos e invocar un fascinante tejido en sus momentos clave llenos de surrealismo pop, ácido comentario social y momentos netamente pesadillesco: si, como dice uno de sus personajes, Paprika es “un sueño colectivo”, o sea una disección del inconsciente colectivo llena de guiños al pasado y al futuro. Incluso en su presentación más esquemática (la resolución del misterio central de la película, el que concierne al robo de los minipc para acceder a los cerebros) deviene anticonvencional (en una fusión de carácter lynchiano y, al fin, feminista) y ya presenta una escena de Nueva Carne dignísima con escena de sexo incluida. Por los pasillos de la memoria, las películas también pueden devenir experiencias traumáticas, dice Kon (que no evita lanzarse unas cuantas autorreferencias en su brillantísimo final) e invierte no sólo como punto de partida, sino como concepto mismo de la película la mentira que deviene verdad.

Así, con un uso del metalenguaje nada obvio, la historia noir del policía deviene en material fílmico añejo, la científica en busca de la resolución del misterio en una bizarra y clásica historia de amor y Paprika, el alter ego de la función, se disuelve como esa imposible figura de la que el detective se siente plenamente atraído, como al final conectado: no parece ninguna casualidad, más allá del trauma que le mueve como policía, que su entrada al cine sea el final de la película misma. También es una apuesta poética y personal de un director de una animación tradicional deliciosa por el placer de las salas, aunque sea con una película que no esquiva ni Internet ni el suicidio de ejectuvos japoneses como linda estampa de desfile carnavalesco. Una delicia.


PD:
Lástima que no hayan habilitado la web del Radio Club.

viernes, febrero 15, 2008

El regreso

-Spoileracos Included-
Situado en la clásica estructura de espionaje (una trama de hitman con conciencia muy familiar) The Economist gira alrededor de Sayid, personaje siempre muchísimo más sugerente. La inesperada inteligencia de Sayid, al unirse a Locke, viene unida a un giro final bastante funesto: ya sabemos para quien trabajará Sayid, haciendo sus encargos. Ajá. ÉL. ¿Acaso podía ser otro? Fue la estrella de la season 3 con sus discursos, era imposible que quedara reducido a puñetazos.


El episodio tantea ya con los misterios de la isla (El retraso del cohete) de una forma más directa que los otros y suponemos que el plano de Sayid viendo abandonar la isla es inmejorable para continuar con el giraco que seguramente va a provocar desmayos en los foros. Sin embargo la serie ya ha desvelado lo que para mí es el mensaje más importante y del que no parece producirse excepción: la isla como motor de rendición. La escena de Sawyer-Kate es especialmente significativa, pero además ya hemos visto que todos los que permanecen fuera de la isla están envueltos en una espiral de infelicidad, culpabilidad y demás, nada recomendable. Si partimos de estas observaciones, en realidad la paradisíaca isla llena de peligros y misterios nada más puede ofrecernos: un lugar dónde la aventura significa también una redención en todos los ámbitos de lo personal y el nacimeinto de nuevos héroes. Regresar a la realidad, significa poco más que perder la única oportunidad de reconstruirse. Sin embargo, otro detalle: el condicionante de la supervivencia postIsla está en la Isla misma. Veremos como exploran esta maravillosa paradoja en sucesivos episodios.

jueves, febrero 14, 2008

La construcción del deseo

Misión: Imposible me sigue pareciendo un proyecto arriesgadísimo que sólo parece coherente en Brian De Palma, al menos tras afrontar retos tan suicidas como El fantasma del Paraíso o Raising Cain. La película se construye sobre la idea de Matar al Padre; para deshacerse de una herencia tan compleja como la de la serie original de los años sesenta, la única solución posible es deshacerse de Jim Phelps. Brian DePalma quiere deshacerse de la herencia y por ello introduce una trama que nada tiene de satisfactoria: no sólo convierte directamente a Phelps en el villano de la función sino que también convierte al equipo, en, directamente, un grupo de mercenarios, que eventualmente se une a uno de los villanos (Max) para lograr encontrar al grupo de villanos. Y uno de los miembros del equipo.... también trabaja para el villano.

Este Matar Al Padre se lleva al mismo héroe, que no es tal: Ethan Hunt quiere ser Phelps. Quiere liderar al grupo, de hecho, desobece sus órdenes y toma el control cuando al principio de la película todo se desmorona. Y sobretodo quiere a Claire (Emanuelle Béart). La muerte de Phelps representa un placer para Hunt, porque ahora puede hacerse cargo de su deseo hacia Claire de una forma legítima. La película sugiere, como el clásico antagonista DePalmiano, que el villano es en última instancia un simple materialista (obsérvese sino al John Lightow de Obsession y Blow Out, con los que este Phelps comparte la lógica ambiciosa del primero, y la obsesión siniestra por alcanzar esferas políticas del segundo) que conoce perfectamente las debilidades del Héroe. Lasalle sabía que Elizaeth era la única forma de lograr desbancar a Michael ; Phelps sabe que Claire es la única manera de desbancar a Hunt. Ambos usan la figura frágil del deseo simulado para conseguir sus propósitos.: en ese sentido Misión Imposible es una de las películas más personales de Brian DePalma, no sabemos si a pesar o con Robert Towne y Steve Zaillian, autores del libreto.

Los villanos tienen una carga realmente sugerente con el mismo DePalma, perfeco constructor de traiciones y deseos cargados de barroquismo: el voyeur es el centro de su argumento prácticamente siempre y el maquiavélico su representante más velado. La traición (y la amistad) es el otro gran tema DePalmiano por excelencia: Snake Eyes, Obsession, Carlito's Way o Misión Imposible son tres ejemplos de la misma temática, que delatan a un autor personalísimo.

Sin embargo voy a citar mi escena favorita de Misión Imposible: en la abertura, entroncando con el espíritu de simulacro de la serie, los miembros del equipo fingen una situación terrible para atrapar a un contacto. Claire simula estar muerta, llena de sangre, y Ethan se acerca a ella (Claire), sintiendo ese deseo hacia la muerta irrefrenable por no haberlo evitado, por no haberla protegido. Está enamorado de la indefensión que no existe. La escena se repite con una elipsis inquietante, cuando Claire regresa al piso franco. Y para Hunt no hay tragedia cuando descubre el entramado, cuando Claire muere y descubre que es una traidora: el deseo ha desaparecido.

miércoles, febrero 13, 2008


Go for shoes and suck me sexy!

Ladrillo a Ladrillo


Sobran las palabras
El saberse terminado en los exámenes no es una sensación tan satisfactoria y orgásmica como uno espera.: parece que todas las ganas de hacer otras cosas estuvieran siempre durante y poca cosa más. Mienten las sensaciones y si uno observa su regreso a la Tierra, tiene más fuerza que nunca, sobretodo para ponerse a ver Brickfilms, las películas de Lego que han marcado un hito en la animación digital: entre la resurrección bastarda del stop motion y la dimensión de la propia figura, como algo radicalmente revisionista, con una expresividad que ya saben, ha alcanzado a los videojuegos de forma inexorable. Así que ahí mis recomendaciones.:

October 31st. Imaginen una película de horror con esas voces infantiles que doblan el Trick or Treat, a modo de plegaria y todo ello en una cinta de un espesor entre kafikano y tarkovskiano. Entre el horror cósmico y la banda sonora absolutamente minimalista y melancólica uno no puede resistirse.

The Truth. Lo de Matt Gillan es puro teatro: ambientar un corto en el que hay un exceso de créditos en un juicio mezclando la persecución con un final absolutamente absurdo, a través de una historia tan bien animada (a nivel técnico es de los más apabullantes) es meritorio. En Lego el Gran Mainstream tiene unas Líneas Absurdas díficiles de cuestionar o preveer.

Night of the Tater (En quicktime) El blanco y negro demuestra que todos queremos rodar una secuela de Sombras y Niebla desde ya. Además de eso una historia sobre criaturas metafísicas que a nadie le va a dejar indiferente. Y en plastilina.

24. No se trata de la parodia sino del esfuerzo imitativo y de dirección que exige una propuesta tan loca como suicida. Incluso se hacen concesiones a la handycam, asi que el resultado es vivaracho, divertídisimo, y muy emocionante. Y claro, experimental. Da que pensar ¿eh?

Tectonic Man. Hay una diferencia mucho más estricta de lo que creen entre un film de superhéroes actual y Tectonic Man: los primeros no se saben tan brutales como los segundos. Partir de los materiales de derribo para construir una muralla de amor al superhéroe, no a pesar, sino con todas las cosas, es algo que ningún director de cine se podía permitir. En brickfilm es posible que veamos eso que debería haber sido. Si lo piensan bien Tectonic Man y The Good German no están tan lejos. Además es la joya de la lista.

martes, febrero 12, 2008

La caja lista

La Caja Lista, Concepción Cascajosa Virino (Ed.)

Uno de los hechos incuestionables de Elitevisión es su condición de proyecto insensato al que los tiempos modernos le ayudan a funcionar completamente (veremos si los avances genéticos, también) por lo que enfrentarse a un libro que pretende abordar la televisión norteamericana actual requiere cierto valor, por parte de los autores, maxime que es imposible abordar todos los episodios, de no ser por libros dedicados únicamente a cada serie.

Concepción Cascajosa Virino ya sorprendió gratamente con Prime Time (Calamar Ediciones) un estimable libro que abordaba a la televisión en su reciente edad de oro y ahora es la encargada de coordinar La caja lista, un ensayo necesario que consigue aportar visiones más que interesantes gracias a su uso de los estudios culturales (algo necesario) como perspectiva analítica (incluso se atreve a rescatar Doctor En Alaska del olvido con un interesante artículo acerca de sus motivos).

Los estudios narrativos acerca de Buffy (el más complejo por ser la serie la que más beba de otros medios y tome muchas referencias culturales, y ya como exponente de ello la carrera actual de Whedon con los tebeos) son necesarios, igual que los de 24 y su tiempo real. Muchísimo más díficil el de Lost, no por su enfoque, sino por ese giro flashforwardiano de la temporada 3 que nos hace pensar que La caja lista debe tener una secuela ya de por sí obligatoria (si a eso le sumamos la película de Sexo en Nueva York y 24).

El clímax del libro está en el diálogo sobre una de las series más comentadas: Los Soprano. Pero a Virino la acompaña Fernando de Felipe y el diálogo podrá ser cualquier cosa, menos obvio. Los interesados en las respuestas del éxito de ciertas series y en porque la televisión lleva hoy la delantera del público, no deberían pasar sin leerlo.

viernes, febrero 08, 2008

A pesar de todo, la gran conspiracion

-With spoilers-

Después de un final de feria y un principio no menos prescindible, Lost empieza a ser aquella serie que despertó nuestra curiosidad: llena de sugestivos misterios (esa obsesiva escotilla de la segunda temporada) que empiezan a ser resueltos. Brian K. Vaughan se ha revelado como el guionista con más talento para dialogar la serie: Sawyer está mejor que nunca, incluso Jack se permite diálogos cómplices, tensos, divertidos. Drew Goddard ha apoyado el episodio en su habitual “dosificación de información” pero esta vez con más respuestas y recordando poderosamente a la narrativa de un tebeo, con organizaciones, secretos y un no menos sugerente complot. Lost funciona en episodios como Confirmed Dead, en los que los flashforwards se cuestionan como tales, en los que los guiñitos de toda la vida (el icono del Dharma) vienen precedidos por la aparición del Funcionario, la pesadilla clave del fantástico contemporáneo (Serenity usaba un villano similar, y también de color, por cierto). Además Vaughan/Goddard introducen un cazafantasmas y una arqueóloga, recordándonos que, todavía tienen cosas que contar.


Locke adquiere ese aura superhumana que ya necesitaba y hace preguntas racionales (¿Qué es el monstruo de humo?!) y empezamos a ver que, después de todo, Benjamin Linus significaba algo. Es cierto que la naturaleza Abramsiana de la serie está basada en la apología continuada del hype puede caer fácilmente en lo perezoso por parte del espectador poco aficionado al fanatismo baboso que requiere la serie, por lo que un buen episodio, cuya garantía sea replantearnos viejos dilemas espaciotemporales de la serie, devolver lo sobrenatural a un plano interesantísimo (y ciertamente tebeístico, por su presentación) y empezar a sugerir dilemas metafísicos no es poco. Ahora, solo cabe esperar asustados a un nuevo regreso a esa otra optativa, todavía viva, del aburrido metarrelato al que se aspira y que mucho nos debe sorprender para estar más cerca de Bioy Casares, que del Stephen King más sentimental.

martes, febrero 05, 2008

Un garbeo por Cloverfield

Fuentes:
El deseo y la bestia
Cloverfield por VLM
A propósito
de Cloverfield
El apocalipsis en tu móvil

Algo está pasando: en Lunar Park, Bret Easton Ellis tuvo que vestirse de Bret Easton Ellis para poder hablar de si mismo de la forma más metáforica y terrorífica posible. En Rant, Chuck Palahniuk recurre a las biografías orales de George Plimpton para recontar dos cosas: A sangre fría y la crónica del psycho killer más surrealista de todos los tiempos. Pero no olvidemos una cosa: Capote tuvo que partir de los hechos para escribir la ficción. Ahora es a la inversa.


Cloverfield evidencia que el cine es ahora quien necesita a la realidad. A diferencia de War of the Worlds (2005), la cinta de Matt Reeves va mucho más allá: la crónica de Spielberg (al pie del cañón, con los supervivientes y el desespero, el desconcierto) no tenía la reflexión sobre las relaciones entre el individuo con la Historia. En una bella metáfora: no es que Nueva York se derrumbe, es que ese derrumbamiento está tan ligado a los asuntos privados del sujeto. Esa interrupción súbita de los Hechos es lo que genera prácticamente toda Cloverfield como una película de monstruos fuera de lo normal, la primera norteamericana que se deja ver, sorprender y aturdir tras Jurassic Park de Steven Spielberg. Comparte con la ácida (y magistral) The Host, esa relación confusa, que en la cinta de Boong Jon-Ho deviene perplejidad (característica primordial de su cine), entre monstruos y humanos, pero igual que la cinta asiática, se encomienda a referentes que no podían ser más clásicos: desde los clásicos de Eugene Lourié hasta Them! Además ¿qué es sino el punto de partida, sino una aplicación teórica de aquella frase de Casablanca que rezaba el mundo se derrumba y nostros nos enamoramos?

lunes, febrero 04, 2008

La postpostmodernidad

Antes de que lean este post os dejo ya la pregunta que se harán algunos al leerlo: ¿Cuándo pasa a ser la teoría descriptiva?

Bueno el caso es que Alan Kirby dice que la postmodernidad está muerta. Y ya ha puesto ejemplos diáfanos en lo que él llama pseudomodernidad. ¿Ejemplos? The Blair Witch Project, The Office and co. Se suman a la lista Redacted, Cloverfield, Diary of the Dead y claro [REC] si lo ven conveniente.

Al tajo.

Los acarnienses

Mientras el señor intestino vuelve a su cauce y empieza a dejarme en paz, me propongo superar tragedias mundanas de escaso interés (una de ellas, no haber visto cloverfield) que me mantuvieron cohartado este fin de semana. Las comedias completas de Aristófanes, una de mis últimas adquisiciones estrella resultan deslumbrantes, no sólo porque los mecanismos humorísticos más inteligentes (tales como la ironía o el contraste de situaciones) son presentados, sino porque una larga tradición de humoristas del siglo XX debe mucho más a la comedia clásica griega que a Moliére, por ejemplo (el primerisimo Woody Allen o las dos creaciones televisivas de Groening comparten tonos e ideas con el dramaturgo griego).

Resultaría inepto afirmar que el interés resulta, exclusivamente, en comprobar el valor actual de estas obras, sería propio de un suplemento. Al revés, lo actual tiene mucho de clásico y Los Acarnienses es una sátira despiadada que hace referencia a toda Grecia: política, sociedad, religión y arte eran capaz de fusionarse sin que rechinaran (cuando ahora vivimos tiempos de especialización, increíbles). Mi momento favorito es por supuesto cuando su protagonista, Diceópolis necesita soltar un discurso serio: acude, nada más y nada menos que a Eurípides para que le preste una túnica y así ser tomado en serio. Resulta fabuloso como a la comedia más absolutamente brillante le basta un gag para resumir su condición: Aristófanes reduce toda la tragedia a un tono de solemnidad absurdo, o sea... un harapo.

sábado, febrero 02, 2008

El regreso del metarrelato

-With Spoilers-
Mientras mi estómago da sus últimos coletazo de rebeldía e indigestión, acabo de ver el último episodio de Lost. Que podría llamarse ya tranquilamente Llantos y Abrazos mientras Michael Giacchino nos brinda sus notas de piano. Hay momentos realmente dolorosos: Hurley a cámara lenta yendo al agua; Hurley soltando el discurso sobre su amigo Charlie... ya lo habrán deducido. El protagonista es Hurley y la estructura de flashforward se mantiene, aunque el interesante apunte de la serie (que no sean flashforwards ordenados, lo que ya ocurre con los flashbacks si observamos las temporadas anteriores) viene mascadito por una línea de guión: Estoy pensando en dejarme barba. Un guiño a ese grupúsculo de fans que suspiraron las bondades del flashforward del clímax de la anterior temporada, porque una serie como Lost es básicamente sus seguidores multitudinarios y una línea más de complicidad nunca está de más.


Desde luego ésta es una serie mucho menos revolucionaria de lo que van a hacernos creer en los sucesivos posts y escirtos. Es una apuesta por el metarrelato. ¿Se acuerdan de aquello que Lyotard dijo que ya no servía? Pues Lost apuesta por él y lo aumenta. Veamos: las primeras temporadas giraban acerca de los pecados morales de sus protagonistas que recordaban estando en la isla. Y la cuarta, sirve de inflexión: ahora los personajes recordarán los pecados que ya cometieron estando en la isla. Hete aquí el juego de espejos y hete aquí nuestro metarrelato más completo que no demasiado más complejo. Ah, flaco favor hace al conjunto este inicio de temporada que ya repite esquemas de la serie (la división del grupo en dos bandos) muy vistos.

Addenda:

Salanova informa en los comentarios sobre el agregado de La invención de Morel al marco de guiños cómplices ya tranquilamente admitidos de la serie. Ya es un aliciente para ver el segundo capítulo, por tácticas no será. Sin embargo, voy a responder a algunos de los interrogantes de los comentarios: el problema no es que la gente lamente que Charlie muera, sino que el personaje, ya de por sí un motivo cómico, sea el héroe último minuto no parece servir para otra cosa que para pronunciar frases como “Así Charlie no habrá merto en vano”. Me gustaría basarme en un ejemplo contrario de como matar a un secundario, provocando consecuencias emocionales y lógicas en los personajes (también en la narrativa, claro está) y de hacerlo con elegancia: Carl y Scooby en la cuarta temporada de The Shield. Su muerte desencadena esa venganza llevada a cabo por los policías, incluso frena una pelea (por una chica, claro está) entre Dutch y Mackey (¡Carl & Scobby are dead!). Sin embargo los personajes no necesitan conmovernos a nosotros para que dejen de conmover a los otros personajes, que son quienes trabajaban con ellos día a día. Es basicamente un compañerismo narrado a través de detalles y elipsis. La serie de Lindelof & Abrams (está claro que hay que empezar a referirse a Lindelof como un pilar creativo tan sólido como Abrams) será muy hábil con la dosificación de información, pero sus planteamientos y sensiblería nunca distan del melodrama más estándar y fácil.

Addenda (2):

Salanova aclara! El capitulo es el cuarto y el otro libro referenciado es VALIS de Philip K. Dick. Dos detalles demasiado sensibles para quedarnos de piedra ¿eh? Fans de Lost con criterio os llamo al escepticismo o de lo contrario, estaremos comprados de antemano.

viernes, febrero 01, 2008

Leer essays le hace a uno mejor anglófono

Debería empezar a pensar en titular una sección del blog Alvy Singer Recommends, o Variaciones sobre Mis Links del Del.Icio.Us. En todo caso prefiero mascarme las neuronas y generar títulos candidatos a premios tales como Mejor Refrán Hecho Título de Post o Mejor Titulación inneceseriamente Completa, en los futuribles concursos de la blogocosa (aunque de eso hablaremos otro día). ¿Se han fijado la poca atención que se le ha prestado a Milan Kundera en el terreno inglés reciente? Sí, ya sé que me van a decir: Es que Kundera... Bien, las palabras de Guillem Martinez lo definen mejor que nadie, así que no traten de hacerse los listos por montones. Una obviedad: se siguen escribiendo ensayos sobre Pynchon, Barthelme y Gaddis. Y, vale, dos obviedades encadenadas: ¡Auster! Sí, el Auster primerizo, el que va de La invención de la soledad, pasa por la trilogía de Nueva York y podríamos decirse que termina en Leviatán. Me parece que Kundera es notablemente mejor que todo ese Auster y merece algo más de revisión crítica, por supuesto no me estoy refiriendo a esas reseñas elogiosas que salieron como setas y que lo coronaron en algo que francamente no sé si tuvo mucho que ver, y de ahí su retiro. Por eso me he dedicado a buscar cosas que leer sobre el señor: Russell Banks, estimable novelista, ha escrito sobre él un texto, de acuerdo, elogioso pero con ciertos apuntes sobre su pensamiento bastante reseñables. Además el tema viene al caso si se quieren hacer los listos: Martin Scorsese después de adaptar Shutter Island (debería hablar sobre esa novela ya, porque resulta que tiene más de un paralelismo con La posibilidad de una isla, pero los dos son de una tradicionalidad previsible casi gloriosa), se animará a adaptar The Darling. Esto lo reseño no por crear expectativas sino por los hechos: Aflicción es una novela y una película que ha dado muy buenos resultados. The Darling puede devolver a Scorsese a un plano importante o confirmar su muerte, lo que de todos modos puede ser interesante. Más reseñas, a leer por su concisión: Ignorance reseñada por Bill Robinson. Y una muy bella: la de John Updike, con su habitual elegancia. Después hay una cosa maravillosa: una discusión en un foro de internet anglosajón sobre Kundera. Se mezcla la estupidez preponderante y la concisión desarmante, y es que cuando tenemos que vestir nuestras opiniones de intelectualismo somos muy divertidos. Resulta imposible resistirse a este placer culposo.

En cierto sentido Kundera ha tenido dos herederos en el lector europeo: Michel Houellebecq y Haruki Murakami. El primero ha llenado esa sensación de escritor europeo ciertamente polémico que encuentra respaldo en toda clase de librerías y el segundo ha llenado esa condición de superventas profundo, imponiéndose lo japonés a lo europeo. Y los cito a los dos porque serán los próximos cadáveres que se cobrará el impasible mercado de narradores profundos último modelo, y ya verán como si no lo remediamos, el acercamiento crítico a ambos quedará reducido a un éxito cada vez mas lejano. Lo que al menos en un caso es una auténtica lástima. En el otro es otra pose más de su viaje al descenso.

Actalización: JR Zamora en los comentarios nos brinda este ensayo Nietzsche & Kundera.