lunes, febrero 08, 2010

Blown Away

The Hurt Locker (2009, Kathryn Bigelow)

Entre otras cosas, Río Bravo (1959) tiene como legado su grupo asediado en el que su complicada situación límite fuerza a los arquetipos a trabajar en equipo y otorga al esquema narrativo una singular anomalía: Hawks descubre que el centro es, siempre, su grupo, nunca su tensión o su enfrentamiento con El Otro, casi siempre oculto y anónimo, un pretexto para reflexionar sobre las dinámicas grupales. El grupo hawksiano es el eje temático de Carpenter y Romero, por poner dos ejemplos familiares, hasta tal punto que el cine fantástico ha importado su esquema, gracias a ellos, de modo que no parece que su fuente primaria fuera un western tan arrollador como el de Hawks. Este es el elemento de más interés de The Hurt Locker: su resituación hawksiana en una guerra y en un tipo de misión reducida y que consiste en desactivar bombas, siendo la constante vigilancia de un enemigo invisible el principal motivo de una contrarreloj frenética y angustiante a la que un peculiar (anti)héroe escéptico encarnado por Jeremy Renner es adicto. Kathryn Bigelow, compañera generacional (y sentimental) de James Cameron, y autora de films de indudable potencia como Near Dark (1987), su reworking peckimpahiano del Mito Vampírico, Point Break (1991), su John Ford reducido a la Adrenalina y Strange Days (1995), su valiente y desobediente cyberpunk en tiempos preMatrix. Revisión merece Blue Steel (1990), su policial feminista e hiperbólico. Visualmente es su película más caótica: aunque extremadamente eficaz en términos de verosimilitud, los habituales zooms y las cámaras sin trípodes, reducen la belleza de los planos a dos o tres tomas slowmo en los que cada explosión se convierte en un barroquizante baño de humo y arena y sangre. Sin embargo, sus set pieces son endiabladamente exactas y su montaje jamás se convierte en un problema por su sencillez estructural.

El relato se cierra con diez minutos de aparente mensaje moral. "El hombre no deja atrás nunca la guerra" se dice y se pretende cerrar una cinta de acción (milimétrica hasta ese momento) como relato moral, antes que dejar eso a un nivel sutil. El único problema es que entonces su escenario cobra un innecesario protagonismo y también sus vindicadores, alucinados por su descubrimiento de que se trata de una cinta sobre Irak en la que hay buenos y malos en cada bando. Tal argumento parece digno de un adolescente, lo que es perfecto para obviar que el asunto Irak viene condicionado por sus razones, por el significado primordial de su gesto. Bigelow tiene el pulso, pero jamás la perspectiva, con lo que no entiendo los motivos por los que esta película parece estar más cualificada para la carrera de los Oscar que, por ejemplo, Star Trek (2009, J.J. Abrams).

7 comentarios:

Kelzor dijo...

Francamente, no se donde le ve tan subrayado el mensaje de "buenos y malos". Es cierto que el contraste con la civilización o los breves momentos de paz (la cometa) son excesivamente cantosos, pero no veo la película como ejemplo moralizante ni mucho menos. Yo la veo como un reverso de "Sin novedad en el frente": donde aquella servía para hablar de las consecuencias de la guerra como algo negativo, aquí, aunque evidentemente no lo hace parecer positivo, plantea que esas consecuencias empeoran dentro de ese contraste, pues la guerra solo le tiene sentido por sí misma.

El Miope Muñoz dijo...

El dibujo del adicto a la guerra se hace a través de tres subrayados (Supermercado; conversación con el friend Nigga; conversación con el bebé) que banalizan y cubren de relato moral algo que no es más que una notoria cinta de acción/thriller. Lo de buenos y malos va para la crítica, que parece juzgar como cinta definitiva sobre Irak una película como esta, cuando el tema está en evitar el, ehem, 'mensaje político' en una guerra cuyo principal asunto y cuyo nacimiento es un acto político.

Unknown dijo...

Quillo Alvy!! Cómo te va? Acabo de ver la película Dear Wendy, de Vinterberg con guión de Larsito Von Trier.
Por favor, tú que sabes tantísimo, me puedes explicar de qué va la película y qué sentido tiene la cosa?
Es que no sé qué pensar, la verdad.
Un saludo

Paolo2000 dijo...

Yo lo siento pero quizás por la avalancha de parabienes me esperaba algo muy grande y lamento confesar que tras el poderoso chute inicial acabé aburriendome en varios segmentos de la pelicula. Sobrevalorada, anyone ?

Libertariano dijo...

Bien visto el toque hawksiano, aunque el final sí me parece lógico: un profesional acaba todo el trabajo.

El plano final permite además entroncarla con la otra gran peli bélica de los últimos años, Rambo, ésta más fordiana en ese último plano de Stallone también de espaldas pero dirigiéndose hacia un impredecible hogar.

William Saints dijo...

Estoy parcialmente con Paolo2000. No me parece sobrevalorada propiamente, pero sí valorada de un modo un poco... no sé, la verdad.

A mí no me parece adictiva. De hecho me aburrió en varios momentos. Fue como estar sufriendo constantes subidas y bajadas de azucar: tiene escenas donde la tensión casi se puede palpar, pero después cae en un aburrimiento soporífero que ni para qué te cuento.

Y sí, una pena que esa joyita de Star Trek no esté considerada como mejor película. Sigue siendo mi película favorita del año pasado.

Anónimo dijo...

Entre otras cosas, Río Bravo (1959) tiene como legado su grupo asediado en el que su complicada situación límite fuerza a los arquetipos a trabajar en equipo y otorga al esquema narrativo una singular anomalía: Hawks descubre que el centro es, siempre, su grupo, nunca su tensión o su enfrentamiento con El Otro, casi siempre oculto y anónimo, un pretexto para reflexionar sobre las dinámicas grupales...

Toma ya...

Sabías que tú, y el editor de Imágenes y Palabras hacéis una estupenda pareja como los memos más insoportables, aburridos y autocomplacientes de internet?

una pena...