Warren Beatty llamó a Biskind su Trotski, en una hipérbole que define a la perfección el sueño húmedo retratado en este libro.: los norteamericanos que creyeron que podían dominar el mundo siendo una Nouvelle Vague invencible, unos europeos con lo mejor de dos mundos. Moteros Tranquilos, Toros Salvajes es, esencialmente, un libro de chismorreos a veces guíado por la tesis y como tal no ofrece otro vértigo que el de un estupendo compendio de anécdotas de un mundo efímero que se termina casi al comenzar, pero también la gran década del cine norteamericano con permiso de los cincuenta. Biskind coquetea con la crítica cultural o la crítica de cine, la lectura eminentemente política de cada película y evento y es ahí donde la tesis funciona. En otros párrafos, está tan ocupado de asegurar al lector un Hollywood hecho de sueños rotos, fracasos que hunden grandilocuentes carreras, sexo y drogas, de niños inmaduros guíados por mujeres fuertes en una falsa revolución sexual, que uno comprueba cada giro como predecible. Pero hace al Poder algo atractivo y necesario, motivo por el cual este libro es un Trotski hollywoodiense, un escritor de rumores pedante, una estupenda y entretenida perversión de algunos hechos.
2 comentarios:
Hola, Alvy, si quieres saber qué fueron ´de verdad´ los años sesenta, lee Despachos de guerra, de Michael Herr, en Anagrama. Chavales de 18 años en Vietnam. Ya verás y ya dirás,
Yo uso esta foto en mi perfil de "Vice".
Publicar un comentario