lunes, marzo 06, 2017
La pregunta sobre la existencia de creencias o deseos comunes a todos los seres humanos tiene poco interés, excepto desde la perspectiva de una comunidad utópica, inclusivista, que se jacte de las diferentes clases de persona que acoge, y no de la firmeza con que mantiene afuera a los extraños. La mayoría de las comunidades humanidades son exclusivistas; su sentido de la identidad y las autoimágenes de sus miembros dependen del orgullo de no ser verdaderos otros tipos de personas: personas que adoran a un dios equivocado, comen comidas equivocadas o tienen algunasotras perversas y repelentes creencias o deseos. Los filósofos no se preocuparían por tratar de mostrar que ciertas creencias y deseos se encuentran en todas las sociedades, o que están implícitos en algunas prácticas humanasi mposibles de eliminar, a menos que esperaran mostrar que la existencia de sas creencias es una prueba de la posibilidad de construir una comunidad planetaria inclusivista. En este ensayo usaré la expresión "política democrática" para referirme al intento de plantear la existencia de tal comunidad.
Richard Rorty, Universalidad y verdad en Richard Rorty / Jürgen Habermas Sobre la verdad ¿validez universal o justificación? Traducción de Patricia Wilson.
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1 comentario:
Me abstengo de entrar muy a fondo al tema filosófico en Habermas, hasta que me lea alguna de las obras de referencia. Pero quisiera apuntar algunos de mis problemas con él.
1-El tema de los valores, el iuspositivismo, y el iusnaturalismo. Habermas pretende una especie de síntesis Kantiana. Lo ocurrido en Alemania no le permite ser un iuspositivista puro, pero en el fondo lo es, pero adoptando todas las desventajas del iusnaturalismo con la indeterminación de los valores. Está haciendo trampas al solitario, desde el punto de vista de filosofía del derecho, no se sostiene.
2-El punto de vista puramente racionalista. Ignora absolutamente los elementos ideológicos,, los irracionales, y los emotivos que tienen peso en la vida social y política. No hay que irse al neo-lacanianismo de Zizek tan sólo. Ignora el tema de los aparatos ideológicos Althusserianos (que no son mera superestructura) o si se prefiere, la biopolítica foucoultinana, la antropología de Canetti en su Masa y Poder, o el análisis freudiano de lo irracional (Reich y su explicación del fascismo, y otros estudios en esa dirección). No estoy apuntando en una crítica meramente marxista, pero tan sólo hay que ver la realpolitik que impera actualmente con batallas culturales (Trump, LePen, FAES, etc), para observar que su modelo es excesivante de laboratorio.
3-La obsesión consensual. Me parece naïve y aproblemática. Me remito a artículos de gente más leída. Quizá esta crítica que cito lo hace desde una postura más tendente al marxismo que la mía, pero hay puntos que creo válidos.
http://www.hacialaemancipacion.com/politica/Revista%2014/Critica%20a%20Habermas.pdf
"En primer término, presupone la concepción idealizada de que un dialogo bien llevado conduciría inevitablemente a un acuerdo, y no a un desacuerdo como es práctica bastante frecuente en los diversos campos de la vida real. Además, presume que si se alcanza un consenso, se habría logrado la verdad. Muchas veces en la realidad concreta, pueden obtenerse acuerdos por consenso, aun en el campo de las ciencias, que son falsos. "
"Habermas idealiza la forma en que debería llevarse a cabo la discusión para alcanzar el consenso. Plantea relaciones sociales que distan mucho de lo que se podría lograr en el seno del capitalismo, el cual se caracteriza por reproducirse siguiendo la lógica de la ley del valor, no sólo en sus aspectos cuantitativos, sino sobre todo en los cualitativos, así como en la dominación política y cultural. Habermas postula que en la búsqueda del consenso, cada persona que discute sería totalmente libre de hablar; tendría una igual oportunidad de contribuir; poder equivalente; y que cada uno trataría de persuadir al resto mediante argumentos racionales en lugar de utilizar amenazas entre otros.
Como se podrá apreciar, hay una diferencia tan grande con la realidad que es
prácticamente imposible implementar lo propuesto en una escala importante dentro
del capitalismo, especialmente en la periferia del sistema, a la cual Habermas presta poca atención.
Por más tendencial que aparezca, la idea de que cada discusión está dirigida a lograr un verdadero consenso, es difícil de aceptar o defender. No es evidente que el consenso irrestricto, sea el criterio central para resolver las disputas en sociedades donde existen clases sociales, y diferencias que se amplían entre ellas, así como entre sistemas teóricos que compiten o entre posiciones valorativas diferenciadas"
-Por último, defenso que los libros que recopilan conferencias, clases, seminarios, entrevistas, y en el caso de Habermas, panfletos políticos, son, si no de igual importancia que las investigaciones de profundidad, realmente reveladores e importantes.
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